Las señales
por Elisabeth Cavalcante em STUM WORLDAtualizado em 28/08/2011 09:34:09
Traducción de Silvana Partucci - [email protected]
Uno de los aprendizajes más importantes de nuestra vida es saber interpretar las señales que la existencia nos envía. Dios, el Todo, el Tao, -sea cual sea la denominación que le damos- nunca se comunica con nosotros a través de la razón. Él se comunica a través de las señales.
Entender su lenguaje, exige de nosotros el don de decodificar símbolos. ¿Cómo podemos hacer esto? Abriendo nuestros canales de percepción que se manifiestan a través de la intuición.
Cuando pedimos algo con todo nuestro corazón, con la convicción de que aquel deseo es una manifestación de nuestra alma, y no de nuestro ego, las respuestas surgen en forma de acontecimientos que se sincronizan con nuestro anhelo.
Si no estamos alerta, abiertos para recibir las respuestas, podemos dejarlas escapar, por la simple incapacidad de comprender su significado.
El lenguaje de la existencia es poético, sutil, pero extremamente preciso. Solamente aquellos que abren su corazón y nutren un amor incondicional por la vida y todas sus manifestaciones, se vuelven aptos a entenderlo.
Mientras insistamos en interpretar las respuestas de nuestros cuestionamientos a través de la razón, perderemos. Es preciso observar y dejar que los símbolos penetren profundamente en nuestro corazón y permanezcan allí, hasta que podamos percibir su real significado.
Una señal no es para ser interpretada. Es para que se viva a través de ella. Tu mente será tentada a interpretar. No seas tentado por la mente. Dile a ella: ese campo no es tuyo, eso no es para ti, juega con otras cosas. Deja que esto penetre en mi ser. Y es eso que estoy haciendo cuando hablo con ustedes.
No estoy hablándole a vuestra mente, estoy hablándoles a ustedes como seres luminosos, como dioses encarnados, como posibilidades, como potencialidades infinitas. Les hablo a sus futuros, no a sus pasados. ¡Vuestro pasado es basura, tírenlo! ¡No lo carguen!
Hablo a sus futuros, a lo inesperado, a lo desconocido. Poco a poco, se volverán capaces de oír esta música, la música de lo desconocido, la música en la cual todos los opuestos desaparecen y surge una armonía oculta.
Si, la naturaleza ama esconderse, porque la naturaleza es un misterio. No es una cuestión, no es un enigma a ser solucionado. Es un misterio a ser vivido, disfrutado, celebrado.
OSHO