Lavado cerebral en relaciones abusivas
por Silvia Malamud em STUM WORLDAtualizado em 18/06/2017 11:23:08
Traducción de Teresa
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Sobre los sistemas abusivos que nos llevan al olvido, al sueño profundo, sin sueños.
A lo largo de nuestra historia la mayoría de nosotros, pasivamente y sin cuestionamiento alguno, siquiera desconfía de que el modo en cómo siente o piensa puede haber sido totalmente alterado por otros sistemas de valores y de creencias muy diferentes de lo que podría ser. Más de lo que se imagina, innumerables personas a lo largo de sus vidas son sometidas a potentes fuerzas de persuasión y coerción, no siempre identificándolas como tales. Corren el riesgo de olvidarse por completo de quienes un día fueron, sin siquiera sospechar cuánto han pasado a vivir como autómatas.
Hay una metodología llamada Lavado Cerebral que hace una suerte de adoctrinamiento ciego en el pensamiento y en el modo de ser de las personas, reeducándolas para que funcionen de acuerdo a lo que se espera que sean. Para que este intento se lleve a cabo con éxito, métodos agresivos como persuasión, imposición autoritaria, inserción de culpas, cansancio y otros de la misma especie suelen servir como reglas básicas a aplicar sobre las víctimas. Con el avanzar de las conductas de tortura mental, automáticamente esas personas van siendo inseridas en situaciones de clausura, visto que con el tiempo ya no son capaces de vivir la propia vida lejos de los abusos. Permanecen en una especie de letargo psicológico que les impide ver con claridad dónde y cómo están. Acaban por convencerse de que no van a ser capaces de tener vida propia, con pensamientos libres e independientes. Son inducidas a pensar que no serán capaces de auto-administrarse sin tales tutores abusadores. En esa etapa la confusión perceptiva ya está hecha y el lavado cerebral totalmente realizado. A esto lo llamo fase final del ser humano, que es cuando éste, aunque incluso no lo sepa, ha renunciado a sí mismo.
En relaciones con abusadores narcisistas perversos, por ejemplo, los métodos no están nada alejados de lo que es conocido como lavado cerebral, pudiendo hacerse analogías. Los narcisistas perversos usan de agresividad, velada o no, con la finalidad de persuadir a sus parejas para que hagan callar sus autodefensas, venciéndolas por el cansancio hasta que por fin consigan denigrar su autoestima consiguiendo lo esperado, que es la dependencia emocional. Para llegar a ese punto les harán creer en las más peregrinas mentiras incluso a dudar de sí mismos y de sus capacidades innatas de discernimiento.
Por medio del lavado cerebral los afectados empiezan a pensar y a tener opiniones sobre sí mismos que no tendrían si estuviesen en condiciones de libertad, si bien eso no lo saben.
En estos términos, las técnicas utilizadas para el lavado cerebral suelen ser la deshumanización, privación del sueño, acoso moral, inserción de sentimientos de culpa, inversión secuencial de verdades y gasligthing.
Los comportamientos abusivos sobre la víctima serán tan incidentes y tan inductores de culpa que llegará un punto en que su cerebro estará como una página en blanco, hora en que la presa se halla totalmente dominada y sumisa. E incluso cuando saben que sufrieron abusos, muchas de las víctimas, por el efecto nefasto del lavado cerebral, pasan a creer que no son capaces de seguir con su propia vida sin estar atadas a sus carceleros; en situación de fragilidad, suponen que sus abusadores son los únicos con poder para conducir sus vidas. Parece historia de ficción, pero desgraciadamente no lo es. Con eso, muchas aunque visiblemente dilaceradas, en el período de necesaria ruptura, a veces aún defenderán desesperadamente a sus manipuladores, clamando por volver a la situación de rehenes.
Si acaso te encuentras pasando por alguna relación poco confortable, por algunos instantes haz el papel del observador, como si fuese una tercera persona empezando a vislumbrar lo que está sucediendo en esa relación, y atrévete a entrar en tu esencia, priorizando ver los matices de tu yo verdadero. Observa si esta relación de veras te hace feliz y completo y si es este el camino a seguir. Haz una reflexión y comprueba si te has desplazado de todo lo que puede significar ser tú mismo. Y, al final, si llegas a la conclusión de que puedes estar pasando por alguna situación de abuso emocional trata de mirar hacia fuera de la caja, derribando verdades que en algunos momentos te parecieron absolutas. Pide ayuda y haz terapia para efectivamente vivir el derecho de estar en lo mejor de ti.
¡Cuanto más despiertos, mejor!
