Lidiando con la energía de los obsesores
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 15/09/2014 09:59:57
por Maria Silvia Orlovas - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Todos deseamos vivir cosas agradables, tener buena salud, alegrías, un buen empleo, ganar nuestro dinero, etc., pero casi siempre los retos para alcanzar todo esto son muy grandes, y la vida acaba por convertirse en una gran lucha, una gran batalla. Y no son pocas las frustraciones y los fracasos a que nos enfrentamos diariamente; pero como el juego no termina cuando nosotros queremos, y difícilmente logramos cambiar el flujo de las experiencias, lo que nos resta es buscar luz en el campo espiritual.
Siempre bromeo con que las personas no van naturalmente hacia la vida espiritual, ¡se despeñan! Acudimos a la mediumnidad, vidas pasadas, autoconocimiento, meditación, religiones, cuando las cosas no están funcionando, lo cual es natural. Estamos intentando sacar una venda de los ojos para poder ver el camino, para descubrir si tenemos que cambiar algo, si está en nuestras manos el hacer las cosas de otro modo. Y casi siempre la vida cambia completamente cuando cambiamos el foco.
Me ha pasado a mí, y puede estar pasando contigo. Y las sorpresas suelen ser grandes.
Descubrí en una de las primeras sesiones espíritas en que participé hace años que tenía un obsesor…
No sé cómo explicar mi asombro, porque me veía como una persona buena, que nunca hizo daño a nadie, entonces ¿cómo podía ser odiada? ¿Cómo alguien podía estar perdiendo su tiempo en impedir que mi vida fluyese?
Esa primera visión de un verdugo adosado a mi espalda me dejó muy perturbada, porque nunca me he sentido cómoda en la situación de víctima, principalmente porque, si no hice ningún daño, no tenía por qué ser atacada. Y hoy comprendo que hasta fue bueno mi escepticismo, porque si aceptase ser víctima de alguien del mal, ¿cómo podría revertir todo eso?
Luego me puse a estudiar y me quedó claro que en vidas pasadas ya fuimos del bien y del mal. Ya estuvimos en la guerra, ya matamos a alguien, traicionamos, hicimos abortos… robamos, e igualmente tuvimos motivo para sentir mucho enojo e intentar hacer justicia con las propias manos.
Si comprendemos que en nuestra energía hay de todo, empieza a formar sentido el tener obsesores, pero ¿será cierto que no podemos cambiar todo eso?
Pienso que sí, presiento que sí, y cuando descubrí la sanación del Ho’oponopono descubrí que, con esa meditación, con ese ejercicio, también llegaríamos a los espíritus que están en nuestra energía.
Empecé pidiendo perdón, por todo cuanto hice de forma consciente e inconsciente, porque a menudo hacemos el mal sin comprender que estamos obrando así. Después, ofrecí el perdón porque entiendo en mi corazón que no siempre las personas, o para el caso, los espíritus, comprenden exactamente lo que hacen… Puede haber un gran error. Una gran oscuridad envolviéndonos.
Fui, entonces, imaginando y pidiendo que una gran luz bañase a todos los implicados. Una luz llena de amor, vibrando: yo te amo, yo te ofrezco amor, yo te amo, yo te amo.
Después, agradecí la ocasión de limpiar las energías, de aprender con el proceso.
Y desde entonces, he venido haciendo constantemente el ejercicio de ofrecer el perdón a las vibraciones que están a mi alrededor, y no hace falta decir que todo ha cambiado porque yo cambié.
Presiento que nuestros obsesores piden la reparación de algún daño.
Aprendí con los Maestros de la Fraternidad Blanca que no existe el mal, sino una gran ignorancia sobre el bien.
Hoy mi deseo es sintonizarme con el bien, con la luz, con las fuerzas evolutivas, pero no niego el mal. Sé que las fuerzas negativas existen, pero percibo que están ahí para darnos un impulso para que tratemos de mejorarnos, curarnos del egoísmo, abrir la mente y el corazón, incluso aceptando nuestras debilidades.
Tenemos mucho que aprender con esos hermanos nuestros que todavía están inmersos en la ignorancia.
