Lo que le pasa a uno, lo sienten todos
por Simone Arrojo em STUM WORLDAtualizado em 21/02/2015 09:34:40
Traducción de Teresa - [email protected]
Una de las técnicas más importantes para un caminante espiritual es hacer su Mapa astral y Numerológico, herramientas maravillosas para tener conciencia de nuestra frecuencia espiritual, de nuestros retos y tendencias. Muchos hacen los Mapas y les extraña que su realidad no sea la que está descrita en el Mapa. Para otras, el mapa es perfecto. ¿Qué es lo que cambia de una persona a otra? ¿Qué significa eso? Bert Hellinger, el creador de la Constelación Familiar, ha logrado hacer visible y práctica la forma de contemplar nuestros vínculos grupales y principalmente nuestros vínculos de sangre, nuestros enmarañamientos familiares. Nuestros vínculos familiares son tan fuertes que, a menudo, nuestras experiencias individuales pasan en blanco. Vivimos presos a esa alma colectiva sin tener ninguna conciencia de ello.
Constelé a una persona, a comienzos de año, que vino con su Mapa astral y su Revolución Solar en mano. Ese Mapa mostraba toda su fuerza, liderato y prosperidad profesional, y sin embargo, en la vida práctica, él no era capaz de salir adelante en nada, ganaba y perdía dinero y no se había siquiera encontrado profesionalmente, a sus casi 67 años. Hicimos un trabajo de Constelación y lo que se mostraba es que su familia entera sólo contemplaba las pérdidas. Pérdidas de personas, pérdidas de relaciones y pérdidas económicas. También aparecía que eso venía de una bisabuela, matriarca que tenía mucho dinero, ganado con tierras, plantaciones y haciendas. Ella tuvo un amante, que la traicionó, y su hijo mayor, que tomó los dolores de la madre, fue asesinado por el amante de ella. A partir de ahí, todos sólo miraban ese acontecimiento, como si el tiempo y la vida de todas las generaciones estuviesen, en alma, todavía prisioneras de esos dolores. Todos los de la familia estaban separados, vivían temerosos de alguna traición, aunque nunca hubiesen sido traicionados.
Esa persona no se acordaba de tales historias, pero cuando empezó la constelación, dijo que últimamente muchos en su familia, inclusive en las pasadas navidades, habían estado hablando sobre eso.
Para la espiritualidad, el tiempo no existe. Para la espiritualidad, el problema de uno, es problema de todo el grupo. Hay una memoria colectiva que actúa en todos, y mientras esto no se contemple de manera consciente, y sin juzgamiento, todos sienten y viven detenidos sin atender a la propia vida, al propio desarrollo.
Voy a contar ahora dos experiencias de cómo el Colectivo Profesional actúa en todos:
Yo iba en avión a Salvador y un comisario de la Cía. Aérea me dijo, sin venir a cuento: “En nuestra Compañía, tenemos un lema, que “si algo sale mal, todos lo sienten” y me contó que, en un accidente aéreo ocurrido hace años, todos los empleados que trabajaban en tierra, y que embarcaron a los pasajeros de aquel vuelo que sufrió el accidente, se pusieron enfermos.
Hace años, también en un vuelo de Italia a Brasil, muchas personas se encontraron mal, se desmayaron, los comisarios discutieron, el Comandante vino a echar una bronca a una Comisaria que se puso a llorar y ya no pudo seguir trabajando. Yo estaba despierta, y acabé ayudando con lo único que podía hacer en el momento: el Reiki. Después de que todo se hubo calmado, el Comandante me llamó a la cabina y yo, que suponía que iba a llevar una bronca también, me deparé con “otro” Comandante, que dijo: Gracias por tu ayuda. ¿No has notado nada diferente en este vuelo? Y sin saber qué contestar, le dije: No, creo que no. Él me contó: “Este vuelo ya empezó mal porque no había tripulación suficiente y tuvimos que traer una tripulación de un vuelo que había llegado de Asia; éstos descansaron un poco y luego cambiaron el turno con ellos. Cuando algo empieza mal, necesitamos mucho esfuerzo para corregir esa energía que, aparentemente, de forma invisible, actúa de modo tan real... que todos la sienten, incluso los pasajeros”.
Aprendí mucho a observar cómo el trabajo en equipo no envuelve tan sólo la actividad en sí, sino que la responsabilidad de hacer lo correcto para todos es sólo el espejo de lo que ya sucede en nuestra familia. Y esto también incluye matrimonio, sociedad y amistades.
Es preciso que contemplemos nuestros vínculos, nuestra familia de otra forma.
Percibir cuántas historias se repiten desde hace generaciones, preguntar las historias de nuestros antepasados, nos hace tener conciencia de que: somos todos uno... y que por eso, a través de nosotros TODO puede ser diferente. Está en nuestras manos ahora ese servicio espiritual, para que las futuras generaciones no arrastren memorias inconscientes y traumas que nosotros no hemos logrado superar.
¡Gracias, Sergio! ¡Realmente somos todos uno!
