LOS EFECTOS PSICOSOMÁTICOS DEL TOQUE
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 22/03/2018 10:12:01
por Oliveira Fidelis Filho - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Graciosa y cariñosamente ella se acercó a mí, me miró a los ojos, rozó mi piel, se enroscó entre mis piernas tocando y deseando ser tocada. Al comienzo procuré alejarla; con todo, por más que me resistiese acabé cediendo a sus encantos, y placenteramente deslicé mi mano sobre su lindo cuerpo. ¡Ah! Se me olvidaba. ella me dio, además, unos estremecedores lametazos.
Apreciado lector, no te excites ni te escandalices, me refiero a una linda perrita, la Taipa, mezcla de Pastor Alemán y Rottweiler, perteneciente a un amigo. Irónicamente, no raras veces los animales disfrutan más de aquello que como seres humanos andamos tan carentes, es decir, del toque.
En general, cuando tocamos a un animal lo hacemos despojados de prejuicios y tabúes. Están más que demostrados los beneficios de tener a un animal al que se pueda tocar con libertad, aceptación y puro cariño. Los beneficios, tanto para el animal como para la persona, son, comprobadamente, los más variados.
En el transcurso de la Historia, el toque y la imposición de manos están asociados a incontables relatos de curación. Tocar físicamente, teniendo por objeto el restablecimiento de la salud, es una práctica que se remonta a más de 15 mil años. Pinturas en cavernas en los Pirineos, primitivas tallas en la roca, pinturas en China, Egipto y Tailandia, indican este hecho.
Cuando pienso en el efecto psicoterápico del toque, recuerdo a Jesús y las innumerables curaciones que hizo por medio de su amoroso toque y la imposición de sus manos. Jesús sabía del poder que tiene el contacto físico para transmitir amor, curar, aliviar el dolor, y de la sensación de bienestar y acogida que transmite. Ese poder, que resultaba en curaciones - de la mente, del cuerpo, de los sentimientos y relaciones - protagonizado por Jesús, a menudo fluía por medio del toque. Varios son los relatos bíblicos que lo confirman.
Mis hijas gemelas nacieron prematuramente y una de ellas ha tenido que estar en la incubadora para ganar peso. Durante el período en que estuvo allí, una de mis obligaciones era, también, tocar su frágil cuerpecito, su delicada piel, con las puntas de mis dedos. Era interesante observar su reacción al toque. Desgraciadamente, más de veinte años atrás yo era muy poco consciente de la importancia del toque; siempre me parece que la toqué menos de lo necesario. Hoy sé que la experiencia más precoz, más elemental, determinante, y probablemente más dominante del bebé al nacer, es la táctil.
El contacto físico no es tan solo un estímulo agradable, sino una necesidad biológica. A medida que crecemos y pasan los años, las formas de contacto físico pueden variar, pero no la necesidad de él. Son muchos y graves los trastornos psíquicos, somáticos y de relación derivados de la insuficiencia de toques en la infancia. ¿Habrá alguien que haya sido tocado debidamente, suficientemente y de forma satisfactoria?
Los hijos de padres que expresan su afecto con toques constantes sobresalen respecto de aquellos que son más raramente tocados. Demuestran mayor autoestima, son más sociables y más tranquilos.
Los niños que son objeto de amorosos toques tienen más carisma, pues la energía fluye libremente. Claro que me refiero a padres psíquicamente sanos.
Al igual que el contacto físico puede llevar intenciones cariñosas y afectuosas que originan consuelo, ánimo y efectos curadores, también puede ser vehículo de intenciones abusivas y traumatizantes. Vale recordar que el toque trae consigo su intención, y que en la piel está grabada la memoria emocional capaz de decodificarla; por tanto, es prácticamente imposible disimular la intención, la emoción de un toque. No es posible tocar de modo superficial y declarar afecto, ni tocar sexualmente y declarar que el deseo no es más que amistad. Por más que se afirme o niegue, el toque lleva en sí la verdad sobre su real intención.
La diferencia entre un contacto acogedor y amigable y otro, cuyo objetivo es excitar sexualmente, no deja dudas. No se trata de optar por éste o por aquél; ambos son importantes y necesarios, pudiendo ser también terapéuticos. La cuestión, por tanto, está en el cuándo, cómo, a quién y para qué.
La ausencia de toque es, también, uno de los factores generadores de promiscuidad. Si las relaciones primarias hubiesen satisfecho la demanda de contacto físico que sienten esas personas, las relaciones secundarias serían bastante más escasas. Hay muchos moteles llenos de personas carentes de toque. Para muchos, el sexo es la única forma que conocen para satisfacer esa necesidad: el hambre de piel. Con todo, lo que en verdad echan en falta es ser abrazados y tranquilizados por toques ungidos de amabilidad, comprensión y ternura.
No son pocos los casos de personas que, tras romper una relación pobre en toques y hacerse con una pareja cuyo toque es cariñoso y abundante, dejan "milagrosamente" sus actividades sexuales extraconyugales. La aventura sexual y la compulsión por el sexo, en muchos casos, no son más que una desesperada carencia de toque. Y, faltando la magia del toque, de poco servirán las condenaciones provenientes de la moral religiosa, de la amenaza del infierno o de la promesa del cielo.
Privados de contactos, de toques, de abrazos, de mimos en la convivencia familiar y entre amigos, recurrimos cada vez más a los profesionales del toque. Y, así, aumenta la importancia y la demanda de aquellos que suplen esta carencia, ya sean profesionales o charlatanes. Incluso peluqueros y barberos, conscientemente o no, acaban por suplir, también nuestra hambre de toque.
En lo que atañe a ofrecer alivio, seguridad, ternura, consuelo y confianza, nada se compara al toque afectuoso. Es un bálsamo milagroso para los momentos en que nos sentimos solitarios, cansados, quebrantados o asustados. En tales circunstancias, una caricia, un abrazo, un toque cariñoso es fuente de refrigerio que revitaliza cuerpo y alma.
Sin desconsiderar las diferencias y preferencias entre los visuales, auditivos y sinestésicos, o incluso entre los introvertidos y extrovertidos, no me ofrece duda que el toque a todos les hace bien.
¿Cuántos abrazos has recibido hoy? ¿Muchos, ninguno? ¿Te gustaría ser abrazado cariñosamente, ser acogido entrañablemente en los brazos de alguien? En lo que concierne a abrazos, nada es más verdadero que la recomendación de Jesús "todo cuanto, pues, queréis que los hombres os hagan, hacedlo vosotros también a ellos."
¡Ah! Y no olvides que es dando como se recibe. Esta máxima no se aplica únicamente a los boxeadores, vale para los cariños, los galanteos, los toques y los abrazos también.
Si este artículo te pareció importante, por favor, "dame un toque".
SÍGUEME EN MI BLOG - link
