Magia Judaica - Parte 1
por Acid em STUM WORLDAtualizado em 08/04/2020 11:35:18
Traducción de Teresa - [email protected]
Tras un largo tiempo con la depre de fin de año, he aquí que vuelvo con una serie de artículos sobre una exposición que visité en el Museo de Arte e Historia del Judaísmo, titulada Magia: Ángeles y demonios en la tradición judaica. En ellos veremos una faceta poco conocida del judaísmo: sus supersticiones y cómo los antiguos judíos se protegían de las influencias malignas, invocando ángeles y dibujando símbolos en cuadros, amuletos, objetos de casa, etc.
ÁNGELES Y DEMONIOS
El judaísmo tradicional tiene la creencia de que Dios gobierna sobre un mundo de numerosos seres invisibles y poderosos, especialmente los ángeles, los demonios y los muertos.
Entre el período del Segundo Templo y el período talmúdico (600 aC - 500 dC) varios textos describían el mundo celestial como poblado por un número infinito de ángeles, intermediarios entre el hombre y Dios. Y es en el Sefer ha-Razim (Libro de los Misterios), el libro de magia judaica más antiguo que ha sobrevivido (mediados del primer milenio de nuestra era) donde esta visión del mundo adquiere una dimensión mágica, con una jerarquía compleja, ángeles encargados de cada fenómeno natural o de los provocados por el hombre, así como las maneras de convocarlos.
El Talmud Babilónico (Talmud Bavli), compilado en torno al siglo VI, mira los demonios como seres intermediarios entre hombres y ángeles: incontables, pueden alterar la apariencia, moverse a los cuatro rincones de la tierra instantáneamente y hacerse invisibles. Obedeciendo a un rey, Asmodeo, ellos viven al margen de la civilización, en desiertos, pozos, ruinas, fosas de letrinas, pero también entre los hombres, y a veces dentro de ellos. Su poder oculto reside en la capacidad que tienen de perjudicar a los humanos.
Terrible, el demonio Lilith*, madre de todos los demonios, encarna la brutalidad de una naturaleza hostil a los seres humanos. Su imagen y nombre son encontrados en gran cantidad de amuletos y objetos apotropaicos, a menudo acompañados de los nombres y figuras de tres ángeles de la medicina: Sanoi, Sansanoi y Semangelof - que mantienen al demonio alejado.
La historia más conocida de Lilith puede ser encontrada en el libro Alfabeto Ben Sira**. Según este libro, Lilith fue la primera mujer que Dios creó, y la primera feminista. El texto dice:
Después que Dios crease a Adán, que estaba solo, dijo: 'No es bueno que el hombre esté solo' (Génesis 2:18). Entonces creó a la mujer para Adán, a partir del polvo de la tierra, tal como había creado al propio Adán, y la llamó Lilith. Adán y Lilith inmediatamente empezaron a llevarse mal. Lilith dijo: "¿Por qué debo acostarme debajo de ti? ¿Por qué debo abrirme bajo tu cuerpo? ¿Por qué he de ser dominada por ti? Aunque te pese, yo también fui hecha de polvo y por eso soy igual a ti." Cuando se quejó de su condición a Dios, Adán replicó: "Yo no voy a acostarme debajo de ti, sino solamente encima. Pues tú eres apta únicamente para estar en la posición inferior, mientras que yo estoy hecho para ser superior." Lilith respondió: "Nosotros somos iguales el uno al otro, considerando que ambos fuimos creados de la tierra". Pero no se entendían entre ellos. Cuando Lilith se dio cuenta de eso, pronunció el Nombre del Inefable y se marchó volando en el aire. Adán permaneció en oración ante su Creador: "¡Soberano del Universo! ¡La mujer que me diste se escapó!" Dios entonces llamó a tres ángeles para traerla de vuelta.
El Señor dijo a Adán: "Si ella quiere regresar, lo que está hecho está bien. Si no, ella debe permitir que todos los días mueran 100 hijos suyos". Dejando a Dios, los ángeles encontraron a Lilith en medio del mar, en las aguas donde los egipcios estaban destinados a ahogarse. Ellos le repitieron las palabras de Dios, pero ella no quiso regresar. Los ángeles dijeron: "Entonces nosotros debemos ahogarte en el mar".
"¡Dejadme!", dijo Lilith. "Yo fui creada sólo para causar enfermedades a los niños. Si el niño es varón, tengo poder sobre él durante los ocho días siguientes a su nacimiento; si fuese una niña, durante veinte días". Los ángeles le insistieron para que volviese, pero Lilith les juró en nombre de Dios: "Donde quiera que yo os vea a vosotros o vuestro nombre en un amuleto, yo no tendré poder sobre ese niño". También estuvo conforme con la muerte de sus 100 hijos por día.
Así, era corriente tener en la cuna y en los niños amuletos con los nombres y las imágenes tanto de Lilith como de los tres ángeles. La mayoría de esos amuletos (Shmirot y Qame'ot) servían para proteger a la madre y al recién nacido. Encontrados en forma de joyas, tejidos bordados, escapularios de papel, escritos o impresos, fueron tradición durante toda la diáspora. La profusión de estos amuletos revelaba la profunda sensación de inseguridad que reinaba en lo referente a la fertilidad y la natalidad.
Varios ritos de protección fueron realizados y transmitidos por mujeres. Las paredes de la sala de la mujer gestante, su cama e incluso su cuerpo, eran portadores de invocaciones repetidas, como la fórmula "Adán - Eva - Fuera Lilith - Sanoi Sansanoi Semangelof". La cuna y el espacio circundante al niño también debían ser fuertemente protegidos. Mujeres de la comunidad judaica local, e incluso la vecina de la familia eran movilizadas para asegurar el cumplimiento de los ritos de protección. Considerado como el momento de mayor peligro, el día y la noche antes de la circuncisión eran los de mayor movilización para derrotar el asalto final de Lilith. Oraciones y rituales apotropaicos se combinaban para aumentar su eficacia.
Con Lilith también surgieron las leyendas vampíricas: Ella tendría 100 hijos por día, Súcubos cuando fueran mujeres e Íncubos cuando fuesen hombres, o simplemente Lilims. Ellos se alimentaban de la energía desprendida en el acto sexual y de sangre humana. También podían manipular los sueños humanos, y serían los causantes de las poluciones nocturnas. Después de haber sido poseído por una Súcubo, difícilmente un hombre salía con vida.
Hay ciertas particularidades interesantes en los ataques de Lilith, como una opresión aplastante sobre el pecho del hombre (una venganza por haber sido obligada a quedar por debajo de Adán) y su habilidad para cortar el pene con su vagina, según los relatos católicos medievales. Al mismo tiempo en que representa la libertad sexual femenina, también representa la castración masculina.
Esa historia de Lilith como primera mujer sólo apareció en nuestra era, pero lo más interesante es que la Biblia/Torah, en el primer capítulo del Libro del Génesis/Bereshit, versículo 27, dice lo que sigue: "Dios creó el hombre a su imagen y semejanza; lo creó a imagen de Dios, creó el hombre y la mujer". Sin embargo, en el segundo capítulo, versículo 18: "El Señor Dios dijo: No es bueno que el hombre esté solo; voy a hacerle una ayuda proporcionada a él." Y sólo en el versículo 22 del segundo capítulo es cuando crea a Eva: "Y de la costilla que había tomado del hombre, el Señor Dios hizo una mujer y se la presentó al hombre". Es posible que en el primer capítulo la mujer creada fuese Lilith y, tomando en consideración el versículo 23: "Dijo entonces el hombre: ¡Esta sí, es hueso de mis huesos y carne de mi carne!. Ella se llamará mujer, porque del hombre ha sido tomada". Podemos verificar por la expresión de Adán "¡Esta sí, es hueso de mis huesos y carne de mi carne!..." la afirmativa de la existencia de otra criatura que no era calificada como mujer y que no podía someterse a él pues era independiente, estaba al mismo nivel de creación, a la misma altura de Adán. En algunas traducciones, como la Biblia ortodoxa judía, el texto "Esta sí..." aparece como "AHORA esta es hueso..." lo cual no parece que sea un error de traducción, sino una evidencia de que existió una anterior.
Referencia: Intérprete Nefita: Lilith - La Supuesta Primera Esposa de Adán
* Lilu o Lilith fue una diosa adorada en Babilonia y Mesopotamia, asociada a vientos y tempestades, que se creían portadores de enfermedades y muerte. La etimología de la palabra Lil está próxima a la palabra de origen semita Layl (noche). En las leyendas judaicas se dice que Lilith era esposa de Samael, príncipe de los ángeles caídos, o de Asmodeo, Rey de los demonios.
**Alphabetum Siracidis en latín, Othijoth ben Sira en hebreo. Es un libro falsamente atribuido a Jésus ben Sira, datado entre 700 y 1000 de nuestra era. En él hay un corto pasaje donde Ben Sira cuenta la historia de Lilith a Nabucodonosor.