Materializar nuestros deseos
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 15/06/2012 11:53:39
por Bernardino Nilton Nascimento - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Una de las mayores virtudes del ser humano es reconocer que va por el camino equivocado. Pero la mejor parte consiste en saber que puede modificar su rumbo en cualquier momento. Dios nos ha dado la oportunidad de diseñar y modificar nuestra vida para mejor o peor, según queramos, a cualquier edad y en cualquier momento.
Por nuestros pensamientos, por nuestras palabras proferidas, podemos pasar de la sustancia y adquirir todo cuanto nos pertenece por derecho, es decir, como cualquiera de los herederos de este mundo.
Es preciso tener una fe perfecta en nuestros deseos y en nuestros sueños. Es preciso controlar nuestros pensamientos, empleando las palabras adecuadas, o sea, diciendo solo aquello que nos gustaría escuchar. Esas palabras se vuelven mágicas, si se pronuncian con dedicación y amor. Ese deseo va más allá de nuestro propio deseo y afecta al prójimo, proporcionándole alegría.
Nuestras palabras y nuestros pensamientos poseen una enorme fuerza vibratoria que está continuamente moldeando nuestro cuerpo, nuestros deseos y nuestro mundo interior, reflejándose en el exterior. Todo cuanto imaginamos y pedimos en nuestras plegarias, con verdadera fe, lo recibimos. Es preciso poner en práctica en nuestra vida todos nuestros buenos pensamientos, y luchar para que se materialicen.
Debemos estar preparados para recibir lo que hemos pedido, incluso cuando todavía no haya el menor signo de éxito. No podemos abandonar. Hemos de continuar, imaginar y proceder como si estuviésemos siendo atendidos. Sea como fuere, recitando un mantra, una plegaria, un ruego a una entidad en la que se cree, o incluso la fe en uno mismo. Pero ha de venir del corazón, de nuestra propia fuerza interior, para que seamos favorecidos. Si imaginamos que todo será diseñado por nosotros, y diariamente ya pensamos en nuestros deseos realizados, no te quepa duda de que alcanzaremos la victoria.
Es cierto que, para muchos, no es fácil dirigir el movimiento de las cosas. Los pensamientos contrarios de duda y temor surgen en el subconsciente. El mundo y las personas cambian a todo instante. Son los miles de pensamientos que cada uno de nosotros experimenta, lo que acaba por debilitar la fe, la certidumbre y la confianza. El no tener dominio sobre nuestros malos pensamientos explica los motivos de la oscuridad, de los fracasos. Cuando no somos positivos y optimistas, los malos pensamientos nos debilitan, y así pasamos una vida atormentada. Por lo regular, esos malos pensamientos vienen de un pasado que ya se ha ido sin retorno, o de un futuro que aún no existe pero que ya profetizamos como funesto, por el miedo, por la pereza de luchar o de no pensar en positivo.
Tenemos el poder de cambiar, de imaginar y de soñar las cosas buenas como ya realizadas, como si estuviésemos viendo nuestros objetivos. Así, traemos el futuro para el presente en nuestra mágica imaginación con fe y dedicación. Esto ya es un buen motivo para incentivarnos a luchar por la vida.
Tenemos que hacer las afirmaciones de una alta verdad espiritual, desafiando las antiguas creencias del subconsciente, para que el error aparezca y pronto se encienda nuestra luz interior, que expulsará de una vez los pensamientos negativos. En tal ocasión debemos hacer repetidamente nuestras afirmaciones, dando gracias, como si ya estuviésemos viviendo nuestro objetivo. Como dice la palabra del Señor: “Antes de que me llaméis, os responderé”. Esto quiere decir: “Todo bien y toda dádiva ya os pertenece, y vuestra felicidad es la mía”.
Las grandes obras, las grandes realizaciones, se llevaron a cabo por el mantenimiento de la visión en la mente; sin embargo, a menudo, poco antes del gran triunfo llegan el desánimo y el temor al fracaso.
Todos aquellos que alimentan sus sueños diariamente nunca han dejado de alcanzar sus objetivos. A muchos les han llamado tercos, chiflados o soñadores. Pero de esas mentes soñadoras brotaron los grandes descubrimientos, las grandes artes y las más sabias palabras.
Quien alimenta pensamientos positivos de esperanza y victoria tendrá siempre una visión clara que va más allá del mundo material. Y así, veremos nítidamente, en el mundo de las dimensiones superiores, como todo es perfecto y completo. Allí solo se cultivan los pensamientos positivos, con equilibrio y amor.
Debemos mantener nuestra visión, nuestro objetivo y nuestra peregrinación, y pedir la manifestación de aquello que ya hemos recibido. Puede ser una salud perfecta, un hogar, una amistad, un trabajo, un viaje, o incluso un gran amor.
Todos esos pensamientos acabados, realizados en perfecto estado, deben ser registrados en las dimensiones superiores hasta que se materialicen en nuestra sangre para que circule, con toda la fuerza de la fe, por nuestro cuerpo, del corazón a los pies, hasta llegar a nuestra mente. La sangre es la materialización del espíritu, el corazón es la materialización del amor y la mente es la materialización de la voluntad. Es preciso que respiremos certidumbre y voluntad, trazando el camino del triunfo, de la victoria y del amor a la vida.
Dios no necesita tiempo y nunca se retrasa. Con él, todas las cosas son posibles. Hemos de reconocer su perfección y saber que nada nos faltará si hacemos de su corazón nuestra morada.
BNN
