Meditar sobre la vida
por Izabel Telles em STUM WORLDAtualizado em 05/04/2009 08:40:42
Traducción de Teresa - [email protected]
“Florecerá el justo como la palmera,
crecerá como el cedro del Líbano.
Fructificarán aun en la senectud,
y estarán llenos de savia y verdor.
(Salmo 92, 13.15)
Cuando ya tenía las maletas hechas y el taxi avisado para llevarme al aeropuerto, subo por última vez las escaleras de mi casa para ir a mi habitación, a verificar si había desconectado las luces del espejo de aumento del cuarto de baño, cuando mis ojos se cruzan rápidamente con un libro de mi estante. Tiré del libro leyendo vagamente el título sin fijarme en nada.
Sí, había desconectado la luz. Bajé las escaleras corriendo porque ya oía al taxista tocar el timbre y algunas horas más tarde estaba dentro del TAP 190 que despegaba hacia Lisboa.
Tan solo hoy, un mes después de haber llegado aquí, me fijé en qué libro había recogido mi intuición en la biblioteca: Meditaciones sobre los 22 arcanos mayores del Tarot (Editora Paulus), de autor desconocido. Y, lo más asombroso, la revisión del libro la hizo el Padre Ivo Storniolo, mi más querido amigo que la luz se ha llevado hace algunos meses y de quien siento inmensa nostalgia.
Verdaderamente, entendí que me he traído también la energía de este sabio junto a mí.
Enfrascada en la información preciosa de este magnífico libro, voy repasando mis conversaciones con Ivo en su apartamento en el centro de São Paulo desde cuya ventana veíamos el Edificio Martinelli, cuya arquitectura me daba la reconfortante sensación de estar en otro lugar en el tiempo del mundo.
Contaba los minutos para estar con él cada quince días, que era cuando podíamos estar juntos.
Estaba en Ubatuba, un día, distraída de la vida, caminando por la playa un domingo de poco sol y mucha neblina, cuando una ola algo más fuerte rompió en mis pies y tuve un pensamiento repentino que me sopló en los oídos la presencia de Ivo y murmuré:
“Que estas aguas de este inmenso mar laven tu alma, renovando tus fuerzas, bendiciendo tu espíritu”.
Y fue todo.
Al regresar, la semana siguiente, recibí un e-mail comunicando que nuestro querido amigo había dejado esta dimensión en aquellos días.
Al escribir estas palabras todavía lloro. Fue una noticia que me quitó el aliento y aún me lo quita un poco, pese a mi esfuerzo en aprender todo cuanto me enseñó y aceptar este pasaje como bello y provechoso. Un premio valioso para quien supo construir paso a paso este momento... Y él, según creo, lo supo extremadamente bien.
Sobre esto habla, en el libro, la carta XXVII del Tarot – La Estrella: las dos vías del crecimiento para alcanzar nuestro núcleo: la construcción y el crecimiento continuos.
La construcción representada por la carta de la Torre (XVI), parece partir del acumulamiento de pedazos de conocimientos y experiencias que vamos pegando unos con otros.
En cambio, el crecimiento continuo tiene más que ver con un árbol, que siguiendo el proceso evolutivo de su semilla, sabe quién es y crece rumbo a su evolución, sin esfuerzo, solamente siguiendo su elevación ininterrumpida.
Formas diferentes de estar en este mundo.
Por ahora, es lo que consigo ir percibiendo de esta lección del libro que traje conmigo de Brasil. Y que recomiendo vivamente para vivir los tiempos por los que vamos atravesando.