MEDIUMNIDAD & ESPIRITUALIDAD
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 04/09/2015 14:49:31
por Maísa Intelisano - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
El mejor médium es el médium espiritualizado
Hubo un tiempo en que el refrán el mejor médium es el médium evangelizado,creado por los espíritas, llegó a ser tenido por ley.
Sucede que, como la mediumnidad sólo era sistemáticamente estudiada y entrenada dentro de las casas espíritas, era natural que para ellos el mejor médium fuese el más evangelizado, toda vez que el Espiritismo es una doctrina basada en el Cristianismo, en las enseñanzas que Jesús dejó en los Evangelios.
El desvío empezó cuando ese parámetro se hizo popularmente difundido, como si el médium que profesase cualquier otra religión o doctrina, o que no profesase ninguna, no pudiese ser un buen médium, un médium responsable, un médium dedicado al crecimiento espiritual de sí mismo y de las personas con quienes convive.
Sin embargo, más importante que la creencia profesada por el médium, es la forma en cómo entiende, ejerce y usa su mediumnidad. Y en ese aspecto, poco importa si sigue las enseñanzas de Jesús, de Buda o de Krishna, pues todos ellos, en esencia, dicen las mismas cosas, enseñando que somos todos espíritus, imperfectos aún, encarnando y desencarnando sucesivamente, y todos iguales ante el Creador.
En ese aspecto, importa más saber cómo el médium mira al prójimo y qué desea para éste; si usa su mediumnidad, aunque inconscientemente, para llevar el bien a todos indistintamente; si usa la mediumnidad para aprender y crecer; si, más que médium, entiende que es un espíritu, y como tal debe llevar su vida aquí en la Tierra.
La condición temporal de médium sólo es una tarea más, un trabajo más que cumplir, que no lo exonera de todos los demás trabajos comunes a todos los otros seres humanos. Por el contrario, como médium, o sea, como intermediario entre los hombres encarnados y los hombres desencarnados, él debe conocer bien la naturaleza humana y para ello ha de vivir bien EN EL mundo, sin vivir PARA el mundo.
Es mejor ser espiritualizado que ser médium
La mediumnidad es condición que nos pone en contacto directo con el mundo espiritual, el mundo de donde hemos venido y a donde habremos de volver cuando esta vida se termine; aunque, siendo neutra en sí misma, lo mismo que nos da la posibilidad del contacto con seres elevados, también puede ponernos en contacto con seres desequilibrados y perturbados. Lo que determina la calidad de los contactos que se hagan por medio de ella es la intención del contacto y principalmente, el nivel espiritual de quien la posee y ejerce.
Cuanto más espiritualizado sea el médium, en el sentido de tener conciencia de su condición de espíritu en experiencia en la carne, aprendiendo y corrigiéndose para crecer, más elevados serán sus contactos y más positivos los frutos de esos contactos, aun cuando se manifestasen entidades desequilibradas, desorientadas y perturbadas, pues estarán siempre dedicados a la espiritualización de la humanidad como un todo.
De nada sirve ser médium sin esa conciencia, pues no estamos aquí para ser sólo buenos médiums, sino para ser espíritus mejores, más éticos y amorosos, y la mediumnidad es únicamente un recurso más, que Dios nos proporciona para que tengamos éxito en esa tarea que emprendemos.
El médium que no trata de crecer como espíritu, que no busca el perfeccionamiento de sí mismo en bondad, discernimiento, amor, fe, serenidad y equilibrio, que no procura llevar a las demás personas la idea de que no somos este cuerpo físico, de que nuestra esencia es mucho más sutil, más noble y mucho más importante que él, es un mero altavoz que sólo repite lo que le dicen los espíritus, sin que le importe el nivel de esos espíritus, sin preocuparse por si lo que dicen es bueno o malo, sin que le importe el efecto que haga lo que ellos dicen en las otras personas y en el mundo a su alrededor.
Es lo que dice Ramatis, en el libro "Mediumnismo", cuando afirma que “no basta ver, oír y sentir espíritus en su plano invisible, pues el médium, en cualquier hipótesis, debe ser el hombre que, aparte de contribuir para la divulgación de la inmortalidad del espíritu en la Tierra, es ciudadano comprometido con los deberes comunes junto a la colectividad encarnada, donde sólo la bondad, el amor, el afecto, la renuncia y el perdón incesante pueden librarlo de las cadenas del astral inferior.”
Por eso destacamos la precedente frase, ya que es mejor ser espiritualizado aun no siendo médium, que ser médium sin ser espiritualizado, visto que es mucho más importante para nosotros evolucionar como espíritus, con independencia de si somo médiums o no.
No sirve de nada que seamos unos estupendos médiums, viendo espíritus, hablando con ellos, escribiendo y diciendo lo que ellos piensan, si no somos capaces de aprender con eso, si no somos capaces de buscar y llevar luz en ese contacto, si no somos capaces de hacer que el mundo en torno a nosotros sea mejor con ese intercambio.
El contacto con el mundo de los espíritus, por si sólo, no atribuye a ningún médium cualidades morales que él no tenga en sí, que él mismo no haya conquistado como consciencia, que él mismo no posea como herencia de sus propios esfuerzos a lo largo de su vida espiritual.
Nadie se vuelve digno de confianza y respeto sólo por ser médium. Y el médium sólo será considerado digno de confianza y respeto cuando ya lo sea como individuo.