NACER NUEVAMENTE
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 01/07/2010 15:16:28
por Vera Marfeza - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Cuando nacemos, preestablecemos la forma en que vamos a lidiar con la vida. Los valores que aprendemos y fijamos, desde el instante en que somos concebidos, quedan presentes en nuestra vida, en la memoria celular, aunque ni siquiera nos acordemos de ellos.
Al respirar por primera vez lo hacemos en un ambiente normalmente frío, con una luz que nos hiere, por manos de un médico solamente profesional, que ha aprendido, no se sabe dónde, que el crío necesita ser azotado para respirar. Esa primera respiración se consolida como una tentativa de sobrevivir y cada vez que respiramos, esa memoria de vida y muerte vuelve a surgir. Iniciar la jornada en ese momento parece una de Indiana Jones.
Hoy el bebé va para la habitación con la madre, pero antiguamente él se quedaba en otro ambiente, desconectado de aquella que le había acompañado durante los 9 meses de gestación. Aprendimos allí la dura realidad de la pérdida y del desamparo. A partir de entonces es rezar para no caer en manos de una de esas enfermeras enojadas con la vida. Y esto es a lo que llaman “parto normal”, imaginaos si no lo fuese.
Para que podamos limpiar ese momento, ya que no fue posible nacer de una forma ideal, dentro del agua, es preciso desprogramar lo que ha quedado como información en aquel instante. Visitar ese momento del parto y restaurarlo trayendo nuevas informaciones y borrando la original. Contemplarse llegando a un ambiente calmo, acuático, con música suave, por manos de personas preparadas para recibir esa nueva vida y sentirse muy, pero muy especial, lo mismo que una celebridad que va al encuentro de su público. Tu nacimiento tiene que ser un acontecimiento maravilloso. No importa lo que haya pasado aquel día, lo que permanece es lo que tú crees que ha sido.
Solo para tener una idea, hay más de 20 formatos-base que influyen sobre el nacimiento: partos normales, no deseados, no planificados, ilegítimos, sexo equivocado, parto prolongado, parto rápido, parto prematuro, cesárea, feto transverso, anestesia, parto inducido con medicamentos, con el niño de nalgas, con fórceps, cordón enrollado en torno al cuello, gemelos, trillizos, crío que nace en un clima de muerte del padre o de la propia gestante, niño demasiado grande (por lo regular se hace ansioso en la infancia y come mucho), gestante que se accidenta, aborto provocado, aborto espontáneo, muertes fetales (para quien todavía no lo sepa, si un feto o embrión muere, en un nuevo embarazo de esa gestante el espíritu es el mismo; esa información de que aquel espíritu necesitaba solo de aquellos momentos para cumplir el karma está completamente equivocada; si la madre no tiene más hijos aquel espíritu va en busca de otra familia para nacer, o nace como nieto(a) en esa misma familia, como ya he visto suceder).
Con tales influencias pairando sobre nuestro ADN desde el nacimiento, no son de extrañar los patrones de comportamiento que se forman a partir de entonces. Reprogramar ese nacimiento es darse una oportunidad para cambiar radicalmente la forma de vivir. Es darse una nueva vida a sí mismo(a) sin que sea preciso morir.
