Nueva Oración de la Presencia - IV
por Wagner Borges em STUM WORLDAtualizado em 08/04/2020 11:35:04
Traducción de Teresa - [email protected]
(Con Alma Celta y Corazón Lindo)
Que tú seas bendecido por un Gran Amor.
Que tu camino sea honrado (porque la jornada real es en tu corazón).
Que tu mirada sea generosa - y que tus actos sean guiados por el Eterno.
Que tus centros vitales brillen como pequeños soles - y que tu aura** esté repleta de los más bellos colores.
Que tú nunca desistas de los ideales luminosos que orientan tu conciencia.
Que el cielo de tu corazón sea claro y sin las nubes del miedo y de la intolerancia.
Que tus pies dejen huellas de luz - y que tus pensamientos toquen el cimborio celeste.
Que tú tengas la alegría de los delfines - y nunca te olvides de tu niño interior.
Que tú sepas reconocer tus errores - y tengas la fuerza y la sabiduría necesarias para convertirlos en preciosas lecciones.
Que nada afecte a tu carácter ni a tu espiritualidad - aunque estés frente al aguijón del dolor y de la incomprensión.
Que tu magia sea siempre la del perdón - y que te halles dentro del círculo de Luz de tus amigos espirituales.
Ah, que la Presencia*** te bendiga.
P.S.:
La Luz de las estrellas está en tu corazón.
Y, cuando tú amas, tus ojos brillan mucho.
Entonces, tu semblante se convierte en un sol.
Sí, un sol de Amor.
¡Ah, que tú nunca te olvides de esto!
Y que tu jornada sea auspiciosa.
- Mientras pasaba a limpio estos renglones, rodaba en mi equipo de sonido la bella voz de Luther Vandross (1950-2001), gran vocalista del soul y del pop norteamericano. Entonces, como banda sonora de esta nueva Oración de la Presencia, dejo a continuación dos enlaces del Sitio de YouTube - con dos perlas de ese gran cantante.
Luther Vandross -
- One night with you
- I Want the Night to Stay
Paz y luz.
Wagner Borges - maestro de nada y discípulo de cosa alguna.
- Notas:
*Las tres partes anteriores de este texto se publicaron en el Website del IPPB, y puede accederse a ellas en ese Sitio.
**Aura - del latín, aura - soplo de aire - halo luminoso de distintos colores que envuelve el cuerpo físico y refleja, energéticamente, lo que el individuo piensa, siente y vive en su mundo interior; psicoesfera; campo energético.
*** La Presencia - metáfora celta para el Todo que está en todo. Cuando los antiguos iniciados celtas admiraban los momentos mágicos del amanecer y del crepúsculo, solían decir: ¡Esto es un asombro! Y así era con todas las cosas consideradas como manifestaciones grandiosas de la Naturaleza y del ser humano. Ver el brillo de los ojos de la persona amada, la belleza plácida de la luna, la alegría de la sonrisa del hijo, o el desabrochar de una flor eran acontecimientos maravillosos. Entonces, ellos se atrevían a escuchar los espíritus de las brumas, que les enseñaron a valorar el Don de la vida y a percibir la pulsación de una PRESENCIA en todo.
A partir de ahí, empezaron a referirse al TODO QUE ESTÁ EN TODO como la PRESENCIA que anima la Naturaleza y los seres. Si la luz de la vida era un asombro de grandiosidad, mayor aún era la maravilla de la PRESENCIA que originaba esa grandiosidad. ¡Percibir esa PRESENCIA en todo era un asombro! Y saber que el sol, la luna, el ser amado, los hijos, las flores y la Naturaleza eran expresiones maravillosas de esa totalidad, llevaba a los iniciados de aquel contexto antiguo de Europa a decir: ¡Qué asombro!
Hoy, inspirado por los amigos invisibles celtas, dejo registrado aquí en estos escritos el tierno asombro que siento al meditar sobre la PRESENCIA que está en todo. Y me acuerdo de las enseñanzas herméticas inspiradas en el sabio estelar Hermes Trismegisto, que decía en el antiguo Egipto: ¡El TODO está en todo! Lo Inefable es invisible a los ojos de la carne, pero es visible para la inteligencia y el corazón.
El TODO o LA PRESENCIA, es igual el nombre que se le dé. Lo que de veras importa es la grandiosidad de meditar sobre eso; esa misma grandiosidad de pensar en las infinidades de soles y en las miríadas de seres diseminados por la vastedad interdimensional del Multiverso, y de maravillarnos al percibirnos como una pequeña partícula energética consciente e integrante de esa totalidad, y poder decir de corazón: ¡Caramba, qué asombro!