Obsesiones: ¡Canjes involuntarios de energía!
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 31/08/2009 12:52:05
por Bruno J. Gimenes - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Siempre que el asunto es obsesión, es normal que sobre esa cuestión haya una carga emocional muy fuerte. Por el simple hecho de que tenemos la costumbre de separar a obsesor de obsedido, y con facilidad formamos la figura de la víctima (obsedido) y del villano (obsesor), sin comprender que el uno no vive sin el otro, por tanto, ambos son co-responsables por ese proceso.
Nuestro objetivo es procurar exponer ese punto de una forma diferente, enfocado en los aprendizajes que se pueden extraer, porque en la realidad de los hechos, las lecciones que extraemos de esos acontecimientos es lo que más importa. Los escenarios cambian, los actores cambian, los lugares cambian, pero cuando el tema es obsesión, las comprensiones necesarias son siempre las mismas.
El estudio de las interferencias energéticas nocivas está ampliamente difundido en la comunidad espiritualista brasileña y mundial. Hoy en día es común encontrar decenas de excelentes libros y publicaciones acerca de ese tema y sus particularidades. Con todo, como nuestro mayor objetivo es la evolución espiritual en la práctica, vamos a desarrollar una visión de contexto sobre el asunto, para no tratarlo aisladamente del todo. La obsesión es un proceso en que un individuo, entidad, situación o fuerza, perjudica a otra situación, entidad, persona o fuerza, ejerciendo influencias que alteren su estado. Esa influencia puede ser consciente o inconsciente, por ambas partes.
Normalmente se considera obsesor a aquel que ejerce influencia sobre otro, alterando, disminuyendo o desorganizando la energía o vibración de una o más personas o entidades. El obsedido es la persona o entidad que recibe esa influencia, sufriendo las consecuencias de esa alteración, desorganización o mengua de la energía.
En la comunidad espiritualista, es muy común estudiar el tema enfocando la atención en las obsesiones del plano Espiritual solamente. Esto ocurre porque poquísimas personas en este mundo capitalista están entrenadas para percibir las interferencias de orden sutil (espirituales), por tanto invisibles a los ojos del individuo sin entrenamiento en las capacidades del alma. Siendo así, acabamos por preocuparnos más con aquello que no podemos ver.
Es importantísimo desarrollar la habilidad y el conocimiento sobre los procesos implicados en las obsesiones del plano espiritual, pero no podemos olvidar que gran parte de las obsesiones de desencarnados sobre encarnados se han iniciado aquí en la Tierra. Quizá si los implicados en el proceso obsesivo pudiesen en vida haber tenido el esclarecimiento necesario, muy probablemente la realidad sería otra. Si todos comprendemos que algunas actitudes que tenemos para con nuestro prójimo son, muchas veces, comportamientos obsesivos, podríamos disminuir esas consecuencias dañinas aún en vida, de persona a persona.
Muchas obsesiones de desencarnados sobre encarnados se producen porque la muerte no disuelve los lazos kármicos.
Aquél que hoy muere con odio mortal contra su vecino en vida, cuando está en el plano espiritual tiende a producir igualmente sus fluidos perniciosos, inmanentes de su psiquismo desequilibrado. Y ese desencarnado, cuando vuelve a la Tierra, con su personalidad congénita, tiende a ser un encarnado que ejerce influencia negativa sobre aquel mismo vecino, porque sus corazones no se han armonizado. Las obsesiones atraviesan las barreras del tiempo y de las dimensiones.
Tomemos como ejemplo la educación en Brasil y en el Mundo. Muchas naciones ya se han dado cuenta de que la salida para la mayoría de los problemas socioeconómicos está en la educación. Muchos padres invierten todo cuanto tienen para proporcionar a sus hijos educación y estudio digno, para que se conviertan en almas más evolucionadas. Y ¿cuál es la consecuencia de esto? ¡La libertad! O, como diría Jesús: “La Verdad que os hace Libres”.
Es preciso que comprendamos el asunto, conociendo sus causas raíces, para actuar después de manera condecente, diezmando sus consecuencias negativas y proporcionando un aprendizaje y evolución colectivos.
Queremos invitar a todos a pensar; siempre que el tema en cuestión sea la obsesión, hay que ejercitar la visión del todo. Tenemos que procurar comprender la causa raíz, porque si centramos nuestro enfoque solamente en la consecuencia o en el momento presente, jamás seremos efectivos, luego no estaremos evolucionando, tan solo girando en círculos. Este ejercicio de reflexión pretende hacer que percibas que cambiamos de papel frecuentemente, ahora somos obsesores, ahora obsedidos.
-Somos obsesores del Planeta Tierra, cuando estamos destruyendo, contaminando, expoliando.
-¡Somos obsedidos cuando en el tránsito, alguien nos insulta con fuerza y rabia en la mirada!
-Somos obsesores de todo (de nosotros, de los demás, de las cosas y ambientes) cuando somos negativos, pesimistas o víctimas.
-Somos obsedidos cuando permitimos que los demás nos falten al respeto, nos exploten, nos critiquen sin motivo.
-Somos obsesores cuando hacemos sentir culpa. Somos obsedidos cuando nos hacen sentir culpa.
Siempre que hay canje de energías perniciosas, podemos considerarlo como un flujo obsesivo. Porque hay disputa, hay combate, hay conflicto, ya sean las dos partes conscientes de ello, o no. ¡Siempre hay desgaste, aunque sea invisible!
Una obsesión empieza cuando una parte tiene interés en la energía del otro, y viceversa. Una obsesión termina cuando una o las dos partes empiezan a tener consciencia de la obsesión y sus consecuencias. Cuando solamente una de las partes despierta en su entendimiento, la cura (por lo menos de su parte) puede producirse. El hecho de que una de las partes no acepte la armonización no imposibilita la cura por parte del que sí está interesado en el final del vínculo obsesivo, no obstante, si esto solamente lo busca una de las partes, esto hace que el proceso sea más difícil y demorado. Y en este caso, cuando quien quiere la cura consigue su objetivo, contrariando a la otra parte, el obsesor naturalmente se irá a buscar un nuevo objetivo que obseder, ya que padece dependencia.
En casos en que hay conciencia, intención e iniciativa por ambas partes para que el proceso obsesivo sea transmutado, y al fin esto se produce, en el universo se forma un punto de luz, que gira el engranaje de la evolución del mundo, porque manifiesta iluminación, liberación y armonía, que, dicho sea de paso ¡es todo cuanto el universo necesita!Esas influencias energéticas entre almas, situaciones, lugares, ocurren a todos los niveles: físico, espiritual, emocional, mental. También son muy frecuentes entre personas que se aman, entre padres e hijos, marido y mujer, jefe y empleado, profesor y alumno, y así sucesivamente.
Porque siempre que entendemos que tenemos necesidad de la energía de otro para sobrevivir, le estaremos absorbiendo sus mejores vibraciones. Porque siempre que olvidemos que formamos parte del Todo, de la Fuente ilimitada, estaremos limitándonos, por tanto necesitaremos de las migajas que logremos expoliar a nuestro prójimo. Pero no te asustes, no te sientas culpable, pues robamos la energía ajena porque no estamos entrenados para recibir energía abundante, ilimitada, directamente de la Fuente.
Las relaciones cotidianas de control, celos, posesividad, envidia, no son más que indicios de los efectos devastadores que las obsesiones generan en todo el tejido magnético de la Tierra. Una muestra más de nuestro egoísmo y alienación espiritual. También es una demostración de que el desarrollo de nuestra conciencia espiritual es el gran triunfo que tenemos para que esa realidad cambie a mejor.