Pasando la página de 2011
por Maria Isabel Carapinha em STUM WORLDAtualizado em 05/01/2012 15:13:41
Traducción de Teresa - [email protected]
Estuve recientemente de vacaciones en la Disney, un mundo encantado de fantasía mezclada con la realidad, donde, en aquel momento, volvimos a ser niños.
Nadie allí teme expresar lo que siente o desea, o llorar, sonreír o gritar, pues todo eso forma parte de ese lugar encantado.
Un mundo que también nos hace vivir intensamente cada momento, y la capacidad que tenemos allí de desconectar de todo y de todos nos hace pensar sin cesar en lo bueno que sería vivir así… Vivir un momento de cada vez, una única historia en el presente, sin permitir que pasado ni futuro latiesen en nuestra mente, a menudo haciéndonos conectar con cosas negativas.
El pasado ya fue y nada podemos hacer por transformarlo; si fue malo, ¿qué tal desbloquear esa energía, trasmutar recuerdos y mirar hacia delante? Si fue bueno, los recuerdos pueden hoy convertirse en experiencias valiosas, sin que haya necesidad de permanecer conectados a esos momentos que ya pasaron.
El presente es, sí, la única realidad posible y ahí viene una decisión importante: podemos hacer de él un excelente – o un pésimo – momento. En este cambio de año quiero sentir cada vez más la sensación de vivir con la vibración de los episodios que pasé en la Disney, donde el ahora es algo importante, que conduce a elegir la felicidad, siempre en plena conexión con lo Divino.
Además, quiero ser capaz de llevar esa alegría, confianza y paz, a todas las personas que forman parte de mi vida, quiero hacerles ver, con actitudes y palabras, que lo que importa es ser feliz. Quien es feliz tiene el cielo en sus manos y por si fuese poco, no se pone enfermo.
Para poder dar lo mejor de nosotros y transmitir esa confianza en la conexión con lo Divino, es muy importante que antes busquemos nuestro equilibrio personal, puesto que es sencillamente imposible dar a otros lo que para nosotros no tenemos.
Cuando comprendemos la paradoja de que el momento actual es absolutamente creado por nosotros mismos, que nada es fijo y programado, ni aleatorio o accidental, efectuamos la transición que nos lleva a vivir verdaderamente y por completo nuestra misión. Empezamos entonces a ver que nuestro papel es el de implicarnos en la vida, participando, disfrutando, compartiendo, cooperando y también divirtiéndonos con las alegrías que la vida puede proporcionarnos.
Nunca, nunca estamos solos, siempre estamos en contacto directo con nuestra Fuente interior. Todo cuanto hemos de hacer es sintonizarnos con ella.
Esta armonía sobreviene cuando buscamos el equilibrio personal; eliminamos nuestros bloqueos y comprendemos de manera muy clara y convicta que la vida puede ser mucho más compensadora que la que vivimos hoy.
Abandonar el sufrimiento, la tristeza, la angustia y la resignación son los pasos iniciales en el pasar página. ¿Qué tal decretar un año nuevo diferente para ti?
El equilibrio energético por la Mesa Radiónica te ofrecerá los siguientes beneficios:
- ya no derrocharás tiempo y energía con pensamientos y actos inadecuados;
- tus aptitudes naturales se revelarán;
- tendrás conexión directa con el sentido de tu vida y sus lecciones;
- desarrollarás actitudes positivas, que darán más motivación a tu vida;
- aprenderás a vivir sin ansiedad, a estar más presente, a prestar más atención a tu experiencia en este momento;
- percibirás de inmediato lo que no debe volver a formar parte de tu vida, eliminándolo así para siempre;
- advertirás de manera clara e intensa tu camino espiritual;
- tu confianza, poder personal y autoestima aumentarán cada día;
Cuanto más conectado con lo Divino vivas y más procedas conforme a tu intuición, tanto más tu vida será un reflejo de todo ello. Eso es equilibrio. Jamás intentarás controlar el fluir de la vida, permitiendo así que el Universo te traiga todo lo necesario para una existencia próspera y armoniosa.
Después de todo esto lo único que te quedará será agradecer, pero agradecer con el alma, pues la vida es muy buena de vivir y podremos, ya en sintonía con el Todo, recibir a cada momento lo que nos corresponde por derecho para marcar la diferencia en este mundo tan conturbado.
En todos mis textos siempre pongo relatos sobre atendimientos, tanto personales en mi consultorio, como a distancia, pues la historia de los demás siempre puede ser un ejemplo a seguir, pero hoy tengo la obligación de agradecer y contar una historia mía.
Poco antes de viajar a Disney, unos tres meses antes, fui a hacer mi mapa astral con una amiga y cliente. Concluimos el mapa – me había gustado todo – hasta el momento en que decidí preguntar sobre mi viaje; ella me preguntó la fecha y empezó su análisis en el ordenador.
Terminado el estudio, ella me dijo que no sería aconsejable viajar en aquel momento, pues había aspectos muy complicados que podrían traer serios problemas, como accidentes personales, pérdidas financieras, desarmonía. Para concluir, me dijo: “renuncia, cambia la fecha del viaje, lo que te digo con toda mi experiencia es realmente muy grave”.
Salí de allí muy preocupada y algo desanimada con las novedades sobre el viaje, que hasta entonces era solo alegría. Me conecté, medité y de manera muy intuitiva sentí todo el poder de la Mesa Radiónica en mi vida. Sentí de forma muy intensa el Poder de lo Divino en mi vida.
Hice la lectura para mi marido y para mí tres días antes del viaje. A la hora del embarque, con parte de los pasajeros ya en el avión, todos los equipajes facturados… entonces anunciaron que era preciso desembarcar. La explicación fue que había necesidad de cambiar de aeronave, pues se había detectado un problema grave de última hora.
Enseguida pensé, he aquí la identificación del imprevisto por el mapa astral y la corrección por la Mesa Radiónica, poniendo nuevamente nuestra vida en Orden Divino, permitiendo continuar la jornada sin graves sobresaltos.
Amo con pasión lo que hago y siento la constante necesidad de poner nuestra vida en Orden Divino, no solo la vida de otras personas, sino también la mía propia, sirviéndome de este poderosísimo instrumento de equilibrio personal.
Nada podrá estar nunca por encima de la Fuerza Divina en nuestras vidas.
