Pérdida de energía y vampirismo espiritual.
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 30/08/2010 12:48:52
por Adriana Garibaldi - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Permanecemos inmersos en un mar energético y éste, al igual que el océano, guarda leyes que han de ser atendidas para que escapemos del peligro. Las energías que nos penetran e interpenetran son cualificadas según el tenor de nuestros pensamientos. Todo es energía, pero ésta no es cualificada en su estado original. Los pensamientos y las emociones las cualifican, dándoles una coloración propia.
Todos somos responsables por la calidad energética de nuestro planeta, tanto como por mantener nuestro aire, nuestra agua y nuestra atmósfera en perfecta condición de pureza. Mantener limpias esas energías por medio de un pensar armonioso y puro es tarea de todos, pero obligación básica para aquellos que ya han comenzado a despertar para una nueva comprensión espiritual.
Las energías magnéticas espirituales, tanto como el oro u otras formas de riqueza material, pueden ser ahorradas, guardadas, almacenadas, donadas, robadas, etc.… La riqueza energética con que la vida nos obsequia de forma graciosa y abundante es capaz de promover milagros en nuestra vida cuando aprendemos a manejarla con sabiduría y competencia.
Imaginemos que la vida nos pone en las manos una suma muy grande de dinero. Sería descuido por nuestra parte mantenerla desprotegida. Seguramente la entregaríamos a una institución bancaria para que fuese debidamente aplicada, garantizando su valor.
Reflexionemos ahora. La energía magnética entregada por el Padre como precioso patrimonio, lo mismo que la energía del dinero, tiene que estar debidamente vigilada. Como he dicho al comienzo, esa energía puede y debe ser almacenada y cuanto más lo hagamos, mayor será nuestro poder para atraer más y más energía de la fuente. Recordemos siempre las palabras de Jesús, el Cristo: “Al que tiene se le dará y tendrá en abundancia”.
Ahora pensemos un poco acerca de esto. Cuando permanecemos distraídos, perdiendo el foco de concentración que debe ser mantenido siempre vigilante, perdemos energía. Cuando hablamos sin ton ni son o intentamos hacer un esfuerzo por impresionar a quien nos oye, perdemos energía, entregándola a nuestro interlocutor. Cuando desplazamos nuestro cuerpo emocional intentando auxiliar a otro de forma imprevisora sin una preparación interior, perdemos energías.
Auxiliar a nuestro prójimo es tarea importante para todos nosotros, pero hemos de llevarla a cabo de forma sabia, sin abrir nuestro campo áurico de manera peligrosa. En ese caso no solo estaremos perdiendo energía, como además permitiendo que ésta sea vampirizada por nuestro hermano, que inconscientemente acaba por agotar nuestras fuerzas psíquicas. Cuanta más energía se acumule, más y más energía será atraída hacia nosotros y mayor será nuestra fuerza. De ese modo tendremos condiciones para transformarnos en una factoría de almacenaje de energía, pudiendo encaminarla en beneficio de las personas a quienes deseamos llevar auxilio.
Cuanta más energía acumulamos, más energía será atraída hacia nosotros. Cuando dispersamos la poca energía que tenemos, menos energía tendremos y menor será nuestro poder para mantenernos ligados a la Fuente que la emana. Recordemos que “a quien más tenga, más se le dará”.
Hay un método práctico para aprender a almacenar energía.
1- No rendirnos a la tentación, principalmente a la tentación del destaque. Este es un punto importante que ha de ser considerado en primer lugar. Cuando deseamos llamar la atención de nuestro interlocutor, un canal fluídico se abre desde nosotros hacia él y nuestra energía magnética fluirá a través de ese canal, dejándonos agotados.
2- No hablar sin propósito, de forma compulsiva y, principalmente, no hacer apreciaciones críticas respecto de los demás. Hablar mal de otros, especialmente de los ausentes, abre nuestro campo áurico al influjo del astral inferior que acaba por robar nuestro tesoro energético.
3- Ser comedidos al hablar, pensando en cada frase para no derrochar nuestra energía a través del habla. Recordemos siempre que cuantas más energías se ahorren, más energía tendremos a disposición.
4- Cuando nos sentimos inclinados a prestar algún auxilio a los demás, principalmente a través de la palabra, debemos hacerlo sabiamente, siendo preciso, para ello, envolvernos en una coraza protectora.
Imaginémonos dentro de una redoma de vidrio, en el color o formato que deseemos. Ésta ha de ser semipermeable y controlada por nuestra propia voluntad. De esa forma tendremos el poder de donar las energías necesarias a nuestro hermano, sin correr el riesgo de ser asaltados energéticamente por él.
Envolvámoslo, al mismo tiempo, en un aura de luz preferentemente de color rosa, mentalizando en su favor un cordón luminoso que lo mantenga unido a su propia alma. Recordemos que nuestra mente es creativa y guarda el poder de transformar, crear y construir según nuestra voluntad, renovándonos para una nueva jornada de claridad mental y despertar interior.
Mensaje inspirado por el maestro Vywamus
