Pérdidas a lo largo de la vida
por Maria Isabel Carapinha em STUM WORLDAtualizado em 17/08/2011 12:38:33
Traducción de Teresa - [email protected]
¡Cuánta energía malgastada en asuntos pasados, que ni siquiera forman parte de tu vida desde hace años! Sí, somos atraídos por sentimientos que no se modifican durante años, y sufrimos, sí, como si aquel hecho hubiese ocurrido hoy… y ¿por qué pasa eso? Pasa porque tu energía, en ese momento en que aquello ocurrió, se ha quedado presa, estancada en esa clase de fenómeno energético que llamamos bloqueo.
La sumatoria de diversas pérdidas a lo largo de tu vida hace que tu estado hoy pueda ser de depresión, tristeza o incluso una negatividad que te hace mirar la vida como si ésta no valiera la pena.
Todo esto es muy triste, pero muchas personas que se encuentran en esta situación ni siquiera tienen noción de que es posible salir de ella, de que las cosas pueden ser más fáciles y de que es posible ver la vida con el brillo que le es peculiar.
El proceso inicial de cura se verifica cuando admitimos que tenemos un problema y que es preciso cuidarnos; nuestra verdad, verbalizar lo que sentimos y eliminar las máscaras y fingimientos será el único camino que nos llevará a la paz interior y a la completa conexión con el Universo, con el Supra Consciente. Con esta conexión establecida, todo puede obtenerse en la vida y todo se vuelve mucho más fácil para ti.
Esta conexión plena con el Universo significa, en el lenguaje a que estamos hoy acostumbrados, lo siguiente: el Universo se convierte en un Google Universal, o sea, a través de la conexión de nuestro Supra Consciente liberto de bloqueos emanamos lo que deseamos para nuestra vida y el Universo, después de la búsqueda, nos trae aquello que hemos solicitado.
¡Qué forma fácil de vivir! Sí, esto es posible y está disponible y al alcance de todos; para ello solo tenemos que liberarnos de la tendencia a lo negativo y de nuestros bloqueos.
Las pérdidas existen en la vida de todo ser humano; pueden venir de varias formas, como la pérdida de un ser querido, la pérdida de dinero por negocios mal planificados, la pérdida de un gran amor, la pérdida de un empleo, la pérdida de nuestra autoestima y poder personal por situaciones vividas en nuestro día a día. La pérdida de nuestros deseos de vivir puede incluso provenir de procesos de rechazo continuos a lo largo de nuestra vida.
Todas las pérdidas deben ser vivenciadas en toda su intensidad energética, pues ellas sin duda alguna nos consumen, pero jamás podemos dejar nuestra energía presa al momento en que ocurrió uno de estos acontecimientos. Si sucede eso, tú dejarás de vivir tu vida en la plenitud que te es peculiar.
Algunas personas se equivocan considerando que la felicidad puede ser creada solamente en su exterior, que todas las circunstancias en su entorno deben atender a sus deseos, y que cuando esto llegue a ocurrir, la felicidad formará parte de su vida. No obstante, a lo largo de nuestra vida, observamos y aprendemos que la felicidad está dentro de nosotros. Aprendemos que somos los únicos responsables por nuestra felicidad. Tenemos, entonces, que crear una vida feliz dentro de nosotros para que, de este modo, todo lo que está a nuestro alrededor se torne de un colorido diferente. Esto solamente es posible cuando eliminamos de nuestra vida el sufrimiento y la tendencia a lo negativo.
Una cosa muy importante a tener en cuenta es que siempre hemos de permanecer en alerta respecto de no considerarnos víctimas del mundo, ya que ninguna persona o situación es responsable por tu estado de espíritu hoy. ¡Trasmuta lo que sientes y notarás así que una nueva forma de vivir empieza a florecer para ti!
La felicidad es el objetivo final de la vida de todo ser humano y, para alcanzarla, basta eliminar la infelicidad de tu vida.
La mesa radiónica tiene exactamente esta función, la de eliminar los bloqueos energéticos que no dejan que tu vida ande tal como desearías; ella proporciona el completo equilibrio de tus frecuencias energéticas, haciendo que tu vida se ponga en Orden Divino.
Hace algunas semanas atendí a una muchacha que se sentía muy infeliz, no lograba realizar su sueño de aprobar unas oposiciones; había estudiado Derecho y quería a toda costa ingresar en la Carrera Fiscal. Sentía de corazón que si aquello no se realizase, su vida no tendría sentido. Obsérvese esto, en ese punto ella estaba situando la felicidad en su exterior. Continué escuchándola, pues el desahogo forma parte siempre del proceso de cura, ya que traemos a lo consciente sentimientos enmascarados que tenemos guardados desde hace mucho tiempo.
Observé su forma de vestir y de comportarse y en ello me di cuenta de que su autoestima tampoco existía. La parte femenina de sentirse guapa y deseada prácticamente no existía en su vida. Andaba de abrigo y tenis, con los cabellos atados, sin pendientes, los labios sin pintar, nada de eso que forma parte de la vida de nosotras las mujeres. ¡Imagina si alguna mujer que tuviese toda su autoestima saldría sin cualquiera de esos aderezos! Era como si fuesen a molestarla todo el día. Para esa muchacha, aquello ni siquiera formaba parte de su vida, ella se recogía en su cuarto y estudiaba día y noche para aprobar la oposición, lo cual no llegaba a suceder, pues decía que cuando llegaba el momento del examen se quedaba en blanco.
Empecé, entonces, el tratamiento con la mesa radiónica y verificando los bloqueos encontré tres registros en épocas diferentes, pero que tenían por detrás siempre la misma circunstancia de no aceptación personal y dificultad extrema de convivencia en sociedad, debida a procesos de rechazo intenso desde el momento de su nacimiento.
Trabajé en la mesa radiónica todos los procesos de rechazo y le sugerí que empezase a pensar sobre su visual, que a decir verdad estaría asociado a su marketing personal, y a pensar en la posibilidad de buscar un empleo. De inmediato, reaccionó de forma contraria. Así, le expliqué: “acabas de pasar por un proceso de tratamiento y desbloqueos de tus energías, vas a observar en los próximos días que tu comportamiento y forma de ver la vida se modificarán”.Ella no se lo creía demasiado, yo únicamente le rogué que se observase durante los próximos días y la invité a participar en mi curso básico de radiestesia y en el curso avanzado de mesa radiónica, en los cuales enseño a modificar los patrones de vibración y a trabajar objetivos personales.Pasados sesenta días, esta muchacha me telefoneó pidiendo una nueva consulta. Me pareció que el plazo era algo dilatado para que nada hubiese ocurrido, y concerté la cita. Al llegar a mi consultorio era otra persona, bien vestida, incluso se había pintado los labios, dijo estar trabajando en un despacho de abogados y muy feliz. Las oposiciones habían pasado a ser un entretenimiento y el bagaje adquirido por todo aquel estudio le estaba dando una proyección profesional que nunca había imaginado. Entonces, le dije: “tú has eliminado las pérdidas de tu vida y has pasado a no ocultarte detrás de algo que ni siquiera era tu ideal, sino una forma de no exponerte al mundo para no ser rechazada nuevamente”.
