Perdón
por Wilson Francisco em STUM WORLDAtualizado em 20/07/2006 12:23:00
Traducción de Teresa - [email protected]
Lo que me incomoda no es lo que te han hecho, sino lo que tú estás haciendo con lo que te han hecho.
Jean Paul Sartre
Esta es una cuestión fundamental en la vida. Lo que haces tú con aquello que hacen contigo o te hacen. Y el perdón está asociado a todo eso. Perdonar, aquí, significa resolver la situación, no dejarla simplemente a un lado, tampoco pedir disculpas. En este caso que voy a narrar abordo el hecho de que tengamos bajo control el tamaño del problema y su extensión, examinándolo con nitidez y cuidado.
Me he cambiado de residencia el año pasado; me acerqué un día a la casa antigua para recoger la correspondencia y en medio de ella había una multa de tráfico. En aquel momento me fastidió, al fin y al cabo una multa es siempre un gasto extra, innecesario, y que descompone nuestro presupuesto. Pensé eso y fui andando. Como hago siempre ante situaciones nuevas o difíciles, comencé a realizar el ejercicio respiratorio. Lo hice varias veces, procuré visualizar conquistas mías; me imaginé andando y jugando con mis nietos, charlando con mi mujer, en fin, procuré cambiar las ocupaciones mentales negativas por otras positivas. Y salió bien. Continué mi camino.
Pasados cinco minutos volvió el recuerdo de la multa, pero ahora acompañado de enemigos. ¿Sabes qué me había venido al pensamiento? Que aquel dinero de la multa hubiese sido bueno para ir con mi mujer a la playa, pasar un estupendo fin de semana, o bien para comprar los regalos de Navidad para Ícaro, Luccas y Allan, mis nietos.
Entonces, casi me desplomo en plena calle. Sentí en la circulación, en los músculos, la reacción física que aquellas ideas habían provocado. Paré y volví a realizar la respiración, hice una oración bien consciente de lo que estaba diciendo, no sólo a Dios, sino también a mi cuerpo, a mi esencia espiritual y fui luchando hasta conseguir eliminar aquel monstruo de mis pensamientos. Lo había conseguido. Continué adelante, trabajé durante todo el día y aquí estoy, sano y salvo.
En realidad, el hecho de pagar una multa es apenas un gasto más. Pero establecer una relación entre el dinero de la multa y un descanso en la playa o los regalos de Navidad de los nietos sería un equipaje muy grande y pesado con el que yo no conseguiría cargar. Esto es exactamente lo que dice Sartre. La multa es pesada, pero lo que yo estaba haciendo con aquella multa habría de causar un estrago bastante grande en mi universo.
No sé si alguien me ha siseado esas ideas negativas al oído, prefiero creer que he sido yo mismo el que ha organizado y dado movimiento a este monstruo. Y como yo lo he creado, lo he liquidado yo, con paciencia e inteligencia. Y por encima de todo, con mucho amor hacia mis nietos, mi mujer y hacia mí mismo.
Ahora, imagina si en los últimos 12 meses no hubieses retirado la basura del aseo, de la cocina, el polvo acumulado; tu casa estaría estropeada. Pues bien, en tu mente pueden estar acumuladas “basuras” de muchos años, causando dolores, tumores o dirigiendo tus actitudes.
Pocos de nosotros hemos sido educados o entrenados para desarrollar métodos de limpieza emocional o espiritual.
En verdad, toda criatura, por su origen espiritual puede convertirse en un taller de reciclaje para beneficiar y reaprovechar toda la energía, pensamientos e impulsos que se hayan podido deteriorar en su universo existencial.
Y el perdón es el recurso y la herramienta disponible para esta tarea. El perdón limpia, depura, recicla y agrega valores en nuestro universo.
Realizar el perdón no fragiliza a la criatura. Observa esto: el perdón no implica abrir mano de tu defensa; ni de la justicia; no es necesario eliminar tu amor propio (si alguien te pisa un pie y sonríes, es que estás enfermo).
El perdón significa la utilización del Libre Albedrío, de tu libertad de ser un principio inteligente del Universo. Tienes el derecho de ejercer tu opción, removiendo esa montaña de amarguras, miedos, culpas y recuerdos de tu mente.
Observemos un hecho interesante. Todos hemos visto en la televisión una niña que había sido quemada, corriendo por la calle en China. La escena era dramática, horrible, y ha quedado en la memoria de los que habían ejecutado el atentado y en la de todo ciudadano de la Tierra.
Recientemente ella, ahora una mujer formada y militante en grupos de apoyo y orientación social en los EUA, ha perdonado a aquellos que atentaron contra su vida. Se ha recuperado física y psíquicamente y es hoy una mujer libre y feliz, comprometida con sus realizaciones personales y con la defensa de los derechos de los más débiles. Mientras tanto, la sociedad y aquellos que la violentaron continúan con el estigma de la violencia.
Corrie Tem Boon escribió O Refúgio Secreto (El Refugio Secreto) y Andarilha para o Senhor (Andariega para el Señor). De familia holandesa vivía en Alemania y protegía a judíos fugitivos. Su familia había sido detenida y enviada a los campos de concentración. Un oficial de Hitler fue el responsable por la muerte de su padre y de su hermana. Ella sobrevivió. Tras la guerra se incorporó a la iglesia, transformándose en misionera evangélica. Estaba en el púlpito terminando una homilía sobre el perdón, cuando un hombre se levantó en el fondo de la sala y vino en dirección a ella. En aquel instante ella está ante su pasado, sus dolores, sus pérdidas. Se le enfría el cuerpo, como si estuviese muerta. Él viene en su dirección, sin identificarla (ella era una en la multitud, él era el verdugo). El enfrentamiento está realizado, el sincronismo se ha dado. Ella recurre a su fe y encuentra fuerzas para PERDONAR y bendecir al hermano que se arrodilla ante ella.
Paso a paso del perdón:
Negación: “no, no es posible…”.
Confrontación: encara las pérdidas, el verdugo, e intégralos en tu universo.
Reacción: siéntete lastimado, no finjas que eres fuerte. Muestra la herida.
Rendición: déjate dominar por la voluntad de Dios / por la Ley Divina y por tu voluntad de eliminar aquel acontecimiento, aquella mancha.
Consciencia: yo perdono, nada tengo que reclamar. Estoy libre. La saga de dos almas
El Padre Marcelo Rossi ha revelado, tiempos atrás en la TV, que hasta sus 25 años de edad no besaba a su padre. La relación entre ambos era conflictiva, con bloqueos entre los dos.
Un día, él estaba en una iglesia oyendo Misa y escuchó una conmovedora confesión de un drogadicto, que se había convertido y desterrado el vicio de su vida. (EL RECADO).
Ese testimonio lo conmovió espiritualmente. (EL SENTIR). Salió de allí directamente para casa en busca de su padre. (LA DECISIÓN).
Él estaba en el aseo afeitándose. Marcelo entró en el cuarto de baño y, ante la mirada pasmada de su padre, le dio un beso en la cara y le dijo que lo amaba. (EL PERDÓN).
Un gran peso se apeó de sus hombros, en aquel instante. Su alma estaba limpia, sus pensamientos se iluminaron. A partir de aquel momento él tenía absoluta certeza de lo que quería y de qué hacer con su vida. Fue a su cuarto y lloró copiosamente.
Mientras tanto, en el baño, el padre se deshacía en lágrimas y se sentía levitando, la opresión del pecho que tanto le incomodaba se había esfumado. Se sentía amado y amaba al hijo querido. Con esta actitud Marcelo había abierto su camino rumbo a una gran misión: convertirse en misionero de Dios.
Oración del perdón
Sinceramente yo perdono a todas las personas, a todo, y a todo mi pasado en el universo.
Todas las personas, todo, y todo mi pasado en el universo me perdonan.
Y yo me perdono, infinitamente desde el centro de mi esencia atemporal.
toda mi paz
todo mi amor universal
toda mi gratitud y alegría
por la oportunidad de servir.
Ejercicio del Perdón
El ejercicio del perdón te libera de dolores morales y fijaciones mentales que pueden sobrecargar tu cuerpo y tu alma por toda la vida.
Sal del pasado y vive plenamente el presente organizando, planeando y realizando acciones que garantizarán una trayectoria existencial de calidad.
Demuestra, en este momento, que crees en Dios y en la Justicia Divina. Elimina de tu corazón la idea de víctima. Asume el deseo de ser mejor y más grande.
Respira, trayendo desde dentro de tu cuerpo o de tu historia existencial a la persona objeto de este ejercicio tuyo.
Siéntete junto a ella, inmerso en el Hálito del Creador. Te encuentras envuelto por el Amor Divino. Siéntete amado, tocado por la fuerza Divina.
Inspira esta energía y siente que esta fuerza circula en tu cuerpo y alma. Estás, en este momento, envuelto por esa energía superior que es tuya, tú eres Dios.
Di, ahora, con palabras provenientes del corazón:
Yo me perdono
Yo te perdono
Nosotros nos perdonamos
Dios me perdona
Dios te perdona
Dios nos perdona
Gracias, Señor.
