Peste Emocional
por Silvia Malamud em STUM WORLDAtualizado em 08/04/2020 11:35:28
¿Conoces el término Peste Emocional y su relación con el Narcisismo Perverso?
En su magnífica trayectoria por el planeta, Wilhelm Reich, sabiamente denominó Peste Emocional a todo alejamiento que el ser humano puede tener de sí mismo y de todo lo que él puede tener de humano.
Para Reich, toda represión que la humanidad ejerce sobre sí misma, con el propósito de contener impulsos y emociones naturales, trae como consecuencia una represión corporal que encamina todo el flujo de energía vital saludable y creativa hacia toda clase de violencias y competición desmedida. Un ciclo enloquecido de poder y odio del uno sobre el otro.
En nuestra actualidad claramente podemos trazar un paralelismo entre la Peste Emocional de Reich y el perfil del abusador emocional, los narcisistas perversos y otros del mismo espectro.
En un tiempo en que el vacío y el enaltecimiento del ego y de todo lo que signifique espectáculo es sólo lo que vale, en un universo donde lo efímero se vuelve moda, nace el juego del todo vale y de la competición desmedida, todo ello para ser, continuamente, el tipo guay del momento.
Dentro de ese presupuesto, los predadores urbanos del siglo XXI hacen el servicio de intimidar inhibiendo cualquier forma de expresión de la identidad de las víctimas. Un autoritarismo despótico camuflado por la estética de la belleza y del bienquerer.
Reich, en la locución que la asimila al narcisismo perverso y a las patologías afines, revela que el individuo con peste emocional está continuamente intentando imponer a los demás su manera de vivir; y como parte de su estructura, posee una envidia acompañada de un odio mortal a todo lo que es saludable; e intentará, en todas las circunstancias y por todos los medios a su alcance, modificar el ambiente para que su manera de vivir y de ver las cosas no se vean en peligro.
"Los apestados se aglutinan en círculos sociales, cuya influencia se manifiesta sobre todo por una opinión pública de intolerancia en relación a todo lo que es amor natural. Son conocidos y temidos: su punición golpea toda manifestación amorosa bajo falaces pretextos 'culturales' o 'morales'. Además, pone en funcionamiento un sistema elaborado de difamación y delación; esas personas que juzgan en secreto la sexualidad sana de sus semejantes, tienen el peso de muchas vidas humanas en sus conciencias." - W. Reich. Esta última locución de Reich puede ser observada de modo análogo a los abusadores del momento, cuando éstos secretamente viven en dos mundos, uno que pune y critica y otro donde hacen lo que mejor les parece, pero siempre manipulando las situaciones y las personas, para quedar bien y ser bien vistos.
Esos seres con aberraciones repletas de juegos de culpa y distorsiones de la realidad objetiva forman parte de la sociedad del espectáculo, en la cual es inadmisible ser mal visto, por peores que sean los actos cometidos. Presas y abusadores formar parte del mismo contexto espacial de la era del espectáculo.
Existe, no obstante, un antídoto para la peste emocional y para todas las formas de abuso; ese antídoto se llama "El camino del regreso a uno mismo", un lugar de protección absoluta que puede ser alcanzado por medio de terapia, autoconocimiento, meditación, prácticas deportivas y artísticas. Ocurre al practicar algunas de estas modalidades propuestas, en el acto de consciencia, que tiene la capacidad inequívoca de traer la sensación de que el alma vuelve al cuerpo en comunión con el universo que la protege. A partir de este momento, la incorruptibilidad de ese estatus hace que el ser humano honre más que nunca su sagrada jornada. Es la conquista de un lugar sin apegos emocionales donde lo que empieza a valer es sólo lo absoluto del bienestar.
En este sagrado momento, una fuerza irrebatible retorna al cuerpo y al psiquismo, juntamente con la libertad de ser y de existir con imbatible presencia.
¡Cuanto más despiertos, mejor!
