¿Por qué la Diosa se ha convertido en Dios?
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 06/02/2013 14:39:20
por Regina Ramos - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
La literatura esotérica habla de un pasado remoto en el cual el poder divino era ejercido por la Diosa, pues se entendía que si la vida se originaba del cuerpo de la mujer, el Creador del universo debía ser la Madre Divina, la Madre generosa que provee en todo a sus hijos. Sin embargo, para aturdidora sorpresa del poder andrógino (dominación del hombre sobre la mujer y dominación del más fuerte en una organización social estratificada), las excavaciones arqueológicas más recientes, mediante métodos científicos, como la datación del carbono radiactivo o Carbono 14 y los métodos de datación por el diámetro de los árboles, han revelado que sí existían sociedades matriarcales, en que las mujeres desempeñaban papeles-clave en todos los aspectos de la vida y que “la sabiduría de la madre era honrada y acatada por encima de todo”. (EISLER). Esas sociedades estaban organizadas de modo a que no hubiese supremacía de un sexo sobre el otro; eran sociedades agrícolas, igualitarias y claramente matrilineales, o sea, la descendencia y la herencia estaban determinadas por la madre. Estamos hablando de organizaciones sociales de los períodos Paleolítico y Neolítico, entre ocho y siete mil años a.C.
Los habitantes en esas sociedades de la Antigua Europa eran pacíficos y amantes de la vida y del arte, y la estructura organizativa era de asociación y no de dominio. El culto a la Diosa predominó durante 800 años (de 6.500 a 5.700 a.C.). En el mayor yacimiento arqueológico neolítico, Catal Huyuk, en Turquía, se halló un centro artístico muy avanzado con pinturas, relieves, estatuillas y esculturas de la Diosa, que revelaban la adoración a la deidad femenina. Todo el arte del Neolítico muestra la ausencia de imágenes del tipo de dominador-dominado y señor-súbdito, tan características de las sociedades dominadoras”. Era el glorioso tiempo del Cáliz, del amor, de la asociación, de la Diosa.
Entonces, ¿por qué la Diosa fue destruida y su puesto ocupado por Dios? ¿Por qué la Madre Creadora se convirtió en El Padre Creador? ¿Por qué hemos pasado del Cáliz a la Espada? Según las extraordinarias pesquisas llevadas a cabo por equipos de científicos zoólogos, botánicos, antropólogos, paleontólogos y arqueólogos, lo que provocó el cambio radical de la sociedad matriarcal a la patriarcal, del culto a la Diosa y a las cualidades femeninas de dulzura, gentileza, amor, asociación, a la cultura de la dominación, guerras y violencia, fue la invasión de la Antigua Europa por las bandadas de nómadas provenientes del nordeste de Europa y de Asia. Esos pueblos eran guerreros gobernados por una casta de sacerdotes guerreros y su dios era feroz, vengativo y colérico. Así se instalaron el patriarcado por la fuerza, las guerras, los robos y saqueos – toda esa destrucción comenzó en torno al 5º milenio a.C. y perdura hasta los días de hoy.
No obstante, empezamos a ver anuncios de cambio, a Dios gracias, en el horizonte, pues la humanidad en general parece no aceptar más guerras, violencia ni regímenes autoritarios, y se teme la destrucción del planeta, nuestra casa. Ya se empieza a hablar de retorno de la Diosa, o sea, una organización social de consorcio, sin dominación del hombre sobre la mujer ni tampoco del hombre sobre otros hombres. Uno de los indicios que percibimos es el hombre ayudando a su compañera en las denominadas “labores femeninas” sin que se le llame “afeminado” como sucedía hace algunas décadas; y los que todavía persisten en ser “machotes” están más para jurásicos que para “Hombre con H mayúscula”. Las mujeres sólo están recobrando sus puestos, como ya sucedía incluso en la Antigua Grecia, cuando Diotema era maestra de Sócrates y Platón recibía a mujeres como discípulas en su Academia. Y todos iban a Delfos para aconsejarse con la pitonisa.
Ojalá tengamos el coraje, la habilidad y la responsabilidad de traer de vuelta la sociedad de los remotos tiempos de nuestra prehistoria. Recordando además que en tiempos no tan remotos Jesús predicó los llamados valores femeninos de amor y amabilidad y libró a la pecadora de ser apedreada, teniendo también a mujeres como discípulas.
A nosotros incumbe elegir entre el Cáliz y la Espada.
(Este artículo está basado en la extraordinaria obra de Riane Eisler “El Cáliz y la Espada”)
