Procrastinación: el eterno posponer
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 04/10/2011 21:32:22
por Andre Lima - [email protected]
Traducción de Silvana Partucci - [email protected]
Para quien no conoce este termino, procrastinar significa posponer alguna acción útil o importante que podrías hacer ahora. Algunas personas posponen decisiones y acciones por días, meses, años, y aún por una vida entera, generando insatisfacción, ansiedad y otras consecuencias.
La procrastinación puede ocurrir en las más diversas áreas, impidiéndonos de realizar una variedad de cosas que nos llevarían a un vida más plena. Por ejemplo: hacer un curso, hablar con alguien sobre un tema no muy agradable, organizar el guardarropa, contratar una persona para hacer un servicio, arreglar un defecto del auto, llamar al electricista para arreglar algo en casa, comenzar a ejercitarse, hacer una dieta, aprender un idioma, hacer un viaje, comenzar a ahorrar, iniciar un nuevo proyecto profesional, comenzar a meditar, hacer un tratamiento de salud, leer el manual gratuito de *EFT (técnica para la auto limpieza emocional, fíjate como recibir un manual gratuito al final del artículo), comenzar a auto aplicarse EFT, etc..
La procrastinación no se da por “debilidad” o por falta de inteligencia. Personas consideradas “fuertes” también tienen episodios de procrastinación y lo mismo ocurre con personas vistas como muy inteligentes. Cuando estamos posponiendo algo que es importante, estamos vivenciando la manifestación de mecanismos saboteadores conscientes e inconscientes.
Por detrás del eterno posponer, existen varias creencias, pensamientos y sentimientos negativos que están atándonos y que muchas veces no conseguimos percibir. Muchas excusas pueden surgir para justificar la tomada de acciones: preciso esperar el mejor momento, soy demasiado joven, soy demasiado viejo, preciso antes aprender tal cosa, tengo que volverme una persona de tal manera para poder hacer eso, no me siento lo suficientemente capaz, cuando la economía mejore lo haré, en ésta ciudad no hay como comenzar, solo cuando esté más flaco, si fuese más lindo ya tendría comenzado, no comencé aún porque mi familia no me apoya, preciso que determinada persona me ayude y ella nunca tiene tiempo y es por eso que aún no comencé, voy a hacerlo cuando tenga más dinero…
Raras veces las razones que surgen son 100% impeditivas de realizar lo que se desea. Normalmente, son apenas obstáculos que pueden ser superados con un poco de actitud y creatividad. Otras veces, no pasan de excusas que sirven apenas para mascarar otros sentimientos más profundos: miedo al éxito, miedo al fracaso, miedo a ser juzgado, cuestiones más profundas de autoestima, etc..
Observa el ciclo saboteador de la procrastinación. Una amiga mía, hoy con 34 años, se arrepiente de no haber hecho un curso superior cuando era más joven con veinte y pocos años, Cuando ella tenía esa edad, veía otras personas más jóvenes graduándose o cerca de concluir un curso superior. Entonces, ella pensaba que ya estaba un poco grande para comenzar y acababa desistiendo. El tiempo pasó, fue llegando cierta de los 30 y ella pensaba: “Ah, era muy joven, pero en aquella época creía que no era más, si hubiese comenzado el curso en aquella época ya me habría graduado. Pero ahora tengo 30 años”. Pasan algunos años más, y en momentos de reflexión surgen pensamientos muy semejantes. “Pucha, si hubiese comenzado a los 30, estaría graduándome ahora, pero ya me parecía demasiado tarde”. Los pensamientos resurgen en la medida que el tiempo va pasando, aún con el mismo mecanismo. La persona siempre cree que antes podía, y que ahora no puede más y vive en un eterno sentimiento de arrepentimiento por no haber intentado antes, lo que alimenta más la inercia y la procrastinación, generando aún sentimientos de insatisfacción, incompetencia y otros que acaban bajando la autoestima.
Fíjate un e-mail que recibí de una lectora después de enviar un texto por
e-mail:
“Querido amigo André… No se trata de querer o no mejorar, pero lo que ocurre es que yo no tengo dinero y ya soy viejita, entonces, no puedo hacer ningún curso o aprendizaje. De cualquier manera agradezco su atención…Un abrazo”.
Observa otro e-mail que recibí de otro lector:
“André Lima, soy profesor universitario jubilado y tengo 88 años. Antes, ya conocía la EFT y me aplicaba la técnica de vez en cuando, pero sin mucho entusiasmo, Después leí tu Curso Besico de EFT, muchas cosas cambiaron. Pasé a aplicarme con más frecuencia y con más atención a los detalles, sobre todo en relación a los aspectos específicos de los problemas. Sin embargo, lo que más me entusiasmó fueron los resultados obtenidos en las aplicaciones. Te considero el Gary Craig brasilero; además, me llamó la atención el hecho de que ambos son ingenieros. Ahora estoy muy interesado en divulgar la técnica y la lectura de tu Manual.
Felicitaciones por tu trabajo.
José Sarques”.
En el primer e-mail, podemos observar dos bloqueos saboteadores que se manifiestan en la lectora y que sirven de excusa para que ella no comience a beneficiarse con la EFT: Soy muy vieja y no tengo dinero. Dos razones que no impiden en nada que ella comience. El manual es gratuito, cualquiera puede leerlo y comenzar a aplicar a partir de éste, como hizo el otro lector José Sarques. La edad tampoco es un factor impeditivo. Mira José dando un gran ejemplo. A los 88 años está cuidando de si mismo, disfrutando los beneficios de la EFT sin crear obstáculos. La mayoría con esa edad ni accede a internet. La forma como él escribe transmite jovialidad.
En un curso dictado en la ciudad de Porto Alegre con el tema EFT y Prosperidad Financiera, tuve una alumna que tenía apenas 83 años de edad. Según su relato, aprovechó bastante el curso. Fue participativa, hizo preguntas y comentarios muy interesantes y que contribuyeron con el tema de la clase. La edad podría ser una excelente excusa para quedarse en casa y decir que no tiene más que aprender y como beneficiarse, pero no para ella.
Las excusas que usamos tienen fuerza emocional negativa por detrás de ellas, y es por eso que ellas parecen verdaderas y nos sabotean. La EFT es una herramienta que limpia profundamente los aspectos emocionales de las creencias y pensamientos negativos que cargamos. Al hacer ésta limpieza, las excusas pierden su fuerza emocional y comienzan a parecer sin sentido (tanto racionalmente como emocionalmente) y así dejamos de sabotearnos. En otro texto, estaré dando un ejemplo práctico sobre como podemos hacer EFT para disolver la fuerza de las excusas que usamos que nos llevan a la procrastinación.André Lima - EFT Practitioner. *EFT - Emotional Freedom Techniques
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