¿Qué debemos curar en nosotros?
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 03/02/2010 13:59:11
por Mauro Kwitko - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
¿Qué debemos curar en nosotros? Todo tipo de comportamientos, de razonamientos, de características de personalidad, que nos diferencian de nuestros hermanos más evolucionados del Plano Astral, de los Maestros, de los Orientadores.
Ellos están allá arriba, en un lugar de frecuencia vibratoria más elevada. Lo que nosotros tenemos y ellos ya no tienen son las impurezas y las imperfecciones, de las cuales hemos venido a libertarnos. Nuestro camino nos dirige hacia la perfección y ellos nos señalan el rumbo; pero para ello es preciso que no echemos la culpa a nada ni a nadie y comprendamos que nuestras imperfecciones son cosas nuestras, que nos acompañan desde hace mucho tiempo, muchas encarnaciones. Y si esto ocurre es porque no hemos venido aprovechando realmente nuestras encarnaciones para libertarnos de ellas, para curarnos, purificarnos.
El ser humano es muy incompetente en su evolución espiritual. Generalmente lidia mejor con lo terreno, lo material. La regla de oro es: ante un acontecimiento desagradable, consérvate bien atento a lo que emerge de negativo de dentro de ti. ¡Ahí está la imperfección que ha venido para ser eliminada! Si consideras que tienes razón para sentir esa imperfección, entiende que ese razonamiento proviene de tu Yo Inferior, una fuente nada digna de confianza... Nuestro Yo Inferior siempre considera que tiene razón para sentir y manifestar rabia, amargura, tristeza, miedo, etc. Mientras, desde arriba, nuestro Yo Superior está haciendo votos para que frente a las situaciones que hacen aparecer esas imperfecciones, nosotros aprovechemos para curarnos de ellas, comprendiendo que esas situaciones, aparentemente negativas, son potencialmente positivas para nuestra evolución espiritual (purificación).
Colocar las cuestiones aparentemente injustas o desagradables como cuestiones potencialmente positivas y no negativas, o sea, experiencias que nos darán oportunidades necesarias para nuestra evolución, hace que el paciente, en vez de tenerse por víctima, pase a comprender que esos hechos son, en realidad, pruebas necesarias e indispensables, y si él las venciere estará cumpliendo su Misión. Si fuese derrotado, esta encarnación irá poco a poco perdiendo su sentido, por la repetición de errores y equivocaciones (amargura, rabia, miedo, inseguridad, etc.) ya cometidos en encarnaciones anteriores.
El camino hacia la victoria es la libertad emocional, de uno mismo y de los demás, a través de la comprensión de la relatividad de la persona y de sus ilusiones, por su carácter temporal, de tan solo una encarnación. En verdad, cuantos más “obstáculos” encontremos por el camino, más exigiremos de nosotros mismos para vencerlos y superarlos. Y si los tests y pruebas parecen en exceso pesados, una de dos: o somos evolucionados lo suficiente y nos hemos propuesto en la fase pre-encarnatoria enfrentarlos para intentar vencerlos, o somos “merecedores” de aquello por acumulación de errores y equivocaciones en vidas terrenas anteriores y hemos optado por vivenciarlos en la esperanza de superarlos.
Somos seres en evolución en este planeta y ello implica en la necesidad de pasar por las situaciones aquí vigentes, que nos alcanzarán y nos traerán conflicto. La finalidad de ello es hacer salir a la superficie lo que hay para curar en nosotros, aquello que aún tenemos de imperfecto. Así bajamos del Plano Astral de la Tierra para encontrarnos con esas situaciones, y éstas son consideradas como malas, injustas y crueles porque hacen aflorar lo que tenemos de desagradable en nosotros. Por ejemplo, alguien que necesita curar una antigua tendencia a sentirse lastimado, abandonado y rechazado, necesitará pasar por situaciones que le hagan confrontarse con eso para que salga a flote esa tendencia. En un primer momento él se sentirá lastimado, abandonado y rechazado, pues esto es lo que ha venido “dentro” de él para ser curado; y si continúa toda su vida con esos sentimientos negativos, con esa tendencia, pasará por más y más situaciones semejantes y de nada servirá el sufrimiento resultante, ya que lo que debe ser curado y no lo está siendo, continuamente será confrontado con situaciones semejantes (gatillos). Si desencarnase con esa tendencia, volverá a encarnar para pasar por situaciones idénticas en su contenido emocional, a fin de intentarlo nuevamente.
Entonces, en este ejemplo, si una infancia extremadamente traumática, con un padre o una madre ausente, ha hecho emerger tales síntomas, visto según el enfoque terreno, ilusorio y patógeno, ha sido una situación injusta y cruel, que “generó” la amargura y el sentimiento de rechazo. Sin embargo, visto según el enfoque reencarnacionista, nada ha sido injusto o cruel, sino experiencias necesarias, elaboradas en el propio tejido del destino de aquella Alma, y que tienen por objeto hacer aflorar lo que ha venido para ser curado en esa encarnación y que necesitaba de tales situaciones para ser revelado y poder ser curado. Quien ha venido a curar el orgullo va a tener que pasar por situaciones que hagan aflorar el orgullo; quien ha venido a curar el resentimiento va a tener que pasar por situaciones que hagan aflorar el resentimiento; quien ha venido a curar la rabia va a tener que pasar por situaciones que hagan aflorar la rabia; y así sucesivamente.
A quien ha venido a trabajar cuestiones como dinero, belleza, poder, etc., desde la infancia van a surgirle situaciones y experiencias que harán salir a flote lo que ha venido para ser curado. Si esto se encara desde el punto de vista de la Personalidad Inferior, lo más probable es que la verdad sea distorsionada y las ilusiones predominen, generando consecuencias en su comportamiento en desacuerdo con los objetivos de la Esencia. Esto se aplica a quien reencarna en familias con gran poder adquisitivo, en una “cáscara” muy bonita, atrayente, etc. Y también lo contrario, a quien nace en familias muy pobres, en una “cáscara” fea, etc. El psicoterapeuta reencarnacionista debe siempre recordar a su paciente que existe un por qué para que él haya venido en una familia rica, o en una pobre, con un vehículo físico bonito, o feo, etc. Todo tiene una explicación y una finalidad, y siempre tiene por objeto aflorar lo que necesitamos purificar en nosotros. Una persona no vale por lo que aparenta, sino por lo que es realmente. Muchas veces, alguien de una clase inferior, para emplear un término de estratificación social, es más evolucionado espiritualmente que otro de clase más elevada, aunque sea tratado como inferior. Conozco servidoras domésticas más evolucionadas que sus amas, y secretarias más evolucionadas que sus jefes.Mientras aún estamos lejos del tiempo en que todas las personas ejercerán trabajos gratificantes y edificantes, que tengan por objeto la evolución de sí mismos y de la humanidad, es de fundamental importancia que los terapeutas y las terapias en general atiendan a esas cuestiones que hemos expuesto aquí. A los que no saben lo que están haciendo aquí, los que no consideran importante vivir, lo que se prenden en sentimientos negativos, en pensamientos autodestructivos, los que escapan en las drogas, socialmente aceptadas o no, los que viven por vivir, los que se prenden a lo fútil y a lo superficial, así como a todos aquellos que no saben de qué estamos hablando aquí, el psicoterapeuta reencarnacionista debe mostrar que existe, sí, un objetivo en vivir, que es importante, sí, que estemos aquí, que la vida terrena es como una carrera de obstáculos y que es de fundamental importancia para sus Esencias que sus Personalidades terrenas salgan vencedoras en esa prueba. Es preciso que sepan que esos obstáculos desaparecerán cuando hayan sido vencidos, pues ya no serán necesarios, y que no son negativos en sí, sino experiencias que hacen posible la victoria.