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¿Qué es la cura espiritual?

por WebMaster em STUM WORLD
Atualizado em 26/02/2010 14:02:19


por Mauro Kwitko - [email protected]

Traducción de Teresa - [email protected]

Si recordamos que Dios nos ha puesto en esta Tierra para que un día trascendamos esta situación y retornemos a Él, la cura es la liberación de la condición humana. Muchas personas ya lo han logrado y podemos seguir su ejemplo. Todas ellas se han liberado de sí, y han vivido para la humanidad, señalando el camino para el retorno a Dios.
Recuerdo una clase, en que una alumna, tras la sesión de regresión incorporó a un Mentor y él nos dio una lección maravillosa, enseñando que no debíamos buscar el liberarnos de las cosas materiales, sino de nosotros mismos. O sea, Mauro no debe procurar liberarse de las cosas materiales, sino que yo debo liberarme de Mauro… Esto significa mi cura espiritual, la cura de mí mismo, pues mientras Mauro se apega a verdades ilusorias, como su nombre, su familia, su género sexual, su color de piel, su nacionalidad, Yo, que soy mi verdadera identidad, mi Esencia, no tengo nombre ni familia, ni género sexual, ni color de piel, ni nacionalidad. Mauro es el nombre de la “cáscara”, Yo soy el “meollo”. La cáscara, con sus ilusiones, se morirá, Yo permaneceré. Mauro es polvo y al polvo volverá, desaparecerá en la Tierra; Yo, un día, me religaré y desapareceré en el Todo. Mauro quedará en mitad del camino, Yo llegaré al término de éste. Si Mauro comanda mi vida, me perderé cada vez más en esta Tierra; si Yo asumo el comando, empezará la liberación.

La cura espiritual es el traspaso del mando del Ego para el Espíritu, de lo temporal para lo permanente, de lo ilusorio para lo real. El comando de los Egos ha convertido a la Tierra en razas, en países, en clases sociales, ha creado la competición, las guerras, ha establecido la riqueza y la pobreza, ha dividido, instaurado el conflicto, ha enfermado a la humanidad. El comando de los Espíritus tendrá la capacidad de convertirnos en una sola raza, determinará el final de la competición, de las guerras, igualará a todos en una sola condición material, en una vida digna para todos, traerá la unidad, la paz, la salud, el amor, para toda la humanidad, haciendo que todos percibamos lo que realmente somos: hermanos, hijos del mismo Padre.

La cura espiritual es la entrega del Ego, es desvestirse de la propia voluntad, es desarmar la auto-imagen, es ponerse a servicio superior, es obedecer las órdenes del Espíritu, aceptar nuestra Misión. La cura espiritual es desear al otro lo que deseas para ti mismo, es no hacer al otro lo que no quieres que te hagan a ti, es amar al prójimo como a uno mismo y a Dios por encima de todo.

1. Desear para el otro lo que deseas para ti mismo – Todos deseamos paz, amor, salud, felicidad, una vida saludable y digna. Pero no podemos tener el anhelo de acumular riqueza, pues sabemos que ésta genera la pobreza; entonces, para seguir esta enseñanza cristiana, nuestro anhelo ha de ser que todos tengan lo mismo que nosotros. Y esto significa que quien tiene más dinero debe ayudar a quienes tienen menos. Los más inteligentes deben distribuir su inteligencia, generando condiciones para que todos la usufructúen. Sin embargo ¿qué es lo que vemos? El predominio del egoísmo, de la codicia, del cada-cual-por-sí, del no-tengo-nada-que-ver-con-eso… Todos afirman querer vivir en paz, pero muchos arman las guerras, fabrican armas, producen y venden películas y juegos, “de juguete”, que promueven la violencia. Todos dicen anhelar la seguridad, pero crean la miseria, los guetos periféricos de las grandes ciudades, hacen uso de drogas y estimulan su tráfico, beben y fuman y dan ese ejemplo a sus hijos. Gran parte de la humanidad dice una cosa y practica otra, cree en una cosa y hace otra, piensa una cosa y siente otra.

2. Tratar al otro tal como quieres ser tratado – Todos queremos ser bien tratados y bien recibidos, por ejemplo, en un organismo público, en un médico, en todas partes. A nadie le gusta ser tratado con desdén, con prisas, sin consideración o respeto. ¿Por qué, entonces, muchas personas reciben mal a los demás cuando no son de su interés, por qué no les dan la debida atención, a no ser cuando el que llega sea alguien “importante”? En nuestro medio, casi todos se dicen cristianos, la mayoría pertenecemos a una Religión cristiana, o sea, creemos en Jesús, pero ¿podemos decir que tratamos a los demás tal como queremos ser tratados? Gran cantidad de personas creen en Jesús pero no siguen sus enseñanzas.

3. Amar al prójimo como se ama a uno mismo – Quien aconsejó esto es aquel tipo que las pinturas presentan como rubio, cabellos largos, ojos claros, generalmente con un aire triste, caminando, curando, o clavado en la cruz, sangrando, pidiendo a Dios que perdone a sus verdugos porque éstos no sabían lo que estaban haciendo. Y nosotros ¿sabemos lo que estamos haciendo? Hagamos un ejercicio de memoria: ¿Cuántas veces por mes vamos a nuestra Iglesia o Templo? ¿A quién le rezamos? A Dios y a Su hijo Jesús. Muchos de nosotros rezamos diariamente, algunos incluso más de una vez al día. ¿A quién? A Dios y a Su hijo Jesús. ¿Qué es lo que queremos? Que Dios y Jesús nos amen, nos acepten, nos perdonen. Pedimos paz, pedimos salud, pedimos felicidad, pedimos éxito. ¿Amamos a nuestro prójimo como a nosotros mismos? Está bien, no somos Jesús. ¿Intentamos siquiera amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos? Sí, a nuestro prójimo. ¿Quién es nuestro prójimo? “Nuestros” padres, “nuestro” cónyuge, “nuestros” hijos, “nuestros” amigos, siempre los “nuestros”. Pero Jesús no dijo: Amad a vuestros padres, a vuestro cónyuge, a vuestros hijos, a vuestros amigos, como os amáis a vosotros mismos, sino al prójimo… Y ¿quién es el prójimo? Además de “nuestros” prójimos, que en este caso es fácil, es aquel que está a nuestro lado en el ómnibus abarrotado, es quien está en el coche de delante circulando despacio cuando tenemos prisa, es el mendigo en la acera que fingimos que no existe, es el hincha del equipo adversario, es el simpatizante de otro partido político, es el soldado de otro país con el cual nuestro país está en guerra… Y Dios y Jesús desde arriba solo mirándonos, aguardando nuestro crecimiento, nuestra evolución de la fase infantil en que aún nos encontramos. No hemos llegado siquiera a la adolescencia de la humanidad, qué diremos a la fase adulta…4. Amad a Dios sobre todas las cosas – Dios es Perfección, Amor, Paz, Luz, Armonía, Serenidad. Amar a Dios es querer sentir más amor en nuestro corazón, más paz en nuestros pensamientos, más luz en nuestros sentimientos, más armonía en nuestras palabras, más serenidad en nuestros actos. ¿Qué es desear ser perfecto? Es no mentir, no robar, no trapacear, no engañar, no fingir, no fumar, no beber, no usar de drogas. ¿Qué es querer sentir más amor en nuestro corazón? Es procurar ser más suave, más tranquilo, más amoroso, más cariñoso. ¿Qué es querer sentir más paz en nuestros pensamientos? Es no desear el mal, no pensar en vengarse, no ingeniar planes para perjudicar a alguien.
¿Qué es desear más luz en nuestros sentimientos? Es procurar no sentir resquemor, irritación, sentimiento de rechazo, soledad.

Amar a Dios sobre todas las cosas es amar la Perfección en nosotros, es querer, nuevamente, ser perfecto.


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