¿Qué soy...?
por Saul Brandalise Jr. em STUM WORLDAtualizado em 08/02/2009 22:12:10
Traducción de Monica Aliss - [email protected]
Todos ya nos enfrentamos a esta duda y con la necesidad de entender lo que efectivamente somos.
Primero, necesitamos asimilar que somos una Esencia que puede transformarse en un Alma. Ella lo será dependiendo de la cantidad de energía positiva que estamos produciendo con nuestros pensamientos y consecuentes actitudes. Puesto así, para facilitar, digamos que somos un Alma, que tenemos actitudes correctas y que pasamos la vida vigilando nuestros pensamientos en busca del correcto entendimiento de nuestra evolución. Listo. Ahora estoy preparado para la felicidad... Mentira. Ahora estoy preparado para entender las dificultades.
Hoy mi Maestro ND me dijo:
Saúl, la vida tiene más cosas de las cuales no gustamos de aquellas que apreciamos. Tú tienes que aprender a ver esto. A toda hora el ser humano juega ping-pong con su vida. Si la pelota jugada está llena de energía ruin…La vida retornará lo mismo.
Por lo tanto, así comenzamos a saber con que nos transformamos. Pero es importante que registremos que somos efectivamente una Esencia/Alma que está “AGREGADA” de otros conceptos conforme a nuestra elección, repito, conforme a nuestra elección para evolucionar y aprender. Todas las dificultades vividas son fruto de opciones que tomamos pre-encarnados ó por aquello que plantamos en esta vida. Por lo tanto es importante entender la influencia de algunos vectores en la formación de nuestro carácter y, consecuentemente, de nuestro destino.
El primero de ellos tiene que ver con nuestros familiares. Nuestros padres se vuelven, en la mayoría de los casos, los principales responsables por lo que somos. Copiamos patrones de ellos de manera directa ó indirecta. En esta escala podemos agregar a nuestros hermanos y demás parientes.
En segundo plano, se encuentra nuestra creencia religiosa. Ella puede ayudar ó castrar nuestra evolución. Cuanto más miedo colocan en nuestra mente, menos podemos ver. Mientras menos vemos, más difícil se vuelve vivir sin la dependencia de “alguien que me hizo así” ó se volvió eso que soy.
En tercer lugar, viene el medio en el que vivimos. Nuestras relaciones causan un impacto directo enorme en los conceptos que aplicamos en nuestras vidas. Todo aquello que nos gusta en las personas de nuestro medio, lo asimilamos e incorporamos.
El cuarto vector es representado por nuestros compañeros de jornada, los (las) compañeros(as) de vida. Y, en secuencia, nuestros hijos.
Por lo tanto, soy lo que admito como verdadero en mi familia, mi religión y las personas con las cuales convivo. Ese soy yo.
Y, este yo en el que me convierto es el responsable de lo que soy. Es con estas verdades que encaro la vida, que consigo entender los libros que leo y acepto las “novedades” que acabo descubriendo como tales. Éste es el quinto vector. Así, necesitamos dejar registrado que nada en esta vida, en términos de evolución, se enfrenta como cierto o equivocado. Nos encontramos sí, con lo bueno y lo malo.
En la situación, en el momento, del bien y del mal, tenemos un termómetro que nos permite entender el pasado. Este período debe ser analizado de forma imparcial para que podamos efectivamente saber lo que he creado para mí mismo. Sembró... Cosechó.
Si sabemos encarar la vida y con ella aprendemos, encontraremos en nuestro interior una verdad única y, disculpe la redundancia, singular, llamada SABIDURIA. Nadie se vuelve sabio copiando valores creados y practicados por otros. Eso es demagogia de la religión.
El verdadero sabio descubre sus verdades en su interior y por sus actitudes.
Sé que nos veremos
Beso en el alma