Reconciliarse con uno mismo
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 03/03/2019 08:30:00
Autor Paulo Tavarez
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Traducción de Teresa
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Los que sufren son justamente aquellos que presentan una desconexión entre el cuerpo y el alma. Cuando el alma no acepta el cuerpo, todo un escenario problemático se desarrolla. Mirarse con reprobación es el primer paso para una vida de sufrimiento y dolor. Es una gran equivocación tratarse con desdén, mirarse con desprecio, considerar que el cuerpo no está a la altura de los propios anhelos.
El cuerpo debería ser tratado como un templo, un lugar bendecido, creado para promover experiencias engrandecedoras y no como un enemigo. Al actuar con desprecio contra sí mismo, el hombre no percibe que se hunde, que se sumerge en abismos de bajas frecuencias donde sólo hallará dificultades. En esas franjas pesadas, la vida cesa de funcionar, las personas se alejan, las oportunidades desaparecen, las dificultades económicas se presentan, la salud se ve comprometida, en fin, el sujeto estará viviendo en el infierno.
Las primeras señales de esa desconexión están en el ansia de conseguir mejoras constantes en el cuerpo, a fin de cuentas, la indumentaria orgánica necesita estar ajustada a las pautas estéticas contemporáneas. Maquillaje, régimen, operaciones quirúrgicas, ropas de marca, en fin, es grande el arsenal empleado para conseguir cambios que traigan la aprobación de otros, logrando así que suba la autoestima del individuo. Cuando todos los esfuerzos se revelan inútiles, el desánimo es implacable.
Desanimarse es perder el ánima (alma), pero esa misma ánima nunca logró encarnar perfectamente el cuerpo, ya que siempre ha perseguido un patrón externo imposible de alcanzar y no ha encontrado en sí la solución para esas demandas.
Es preciso aceptarse enteramente, entendiendo que cada ser es único. Es muy raro encontrar personas satisfechas consigo mismas, la gran mayoría vive falseando su naturaleza. Pocos logran admirarse o ser naturales. Personajes como el de la canción "Marina Morena" de Dorival Caymmi, que prefiere la belleza natural de su amante, casi no existen. Más difíciles de encontrar son aquellos que descubren el dolor y la delicia de ser lo que se es - como se dice en otra canción, de otro bahiano ilustre - y no les importan las evaluaciones, aprobaciones, juzgamientos, en fin, están libres de la imposición de un mundo enfermo.
Los patrones estéticos culturales cambian constantemente. La delgadez de hoy no encantaría a nadie en el siglo XVII. Mientras andemos en busca de una adecuación perfecta a los modelos transitorios de belleza, estaremos inmersos en la ilusión. Nadie necesita surfear en la ola ilusoria de patrones estéticos reforzados por los medios.
La primera actitud de aquel que busca la realización es justamente aceptarse por entero, independiente del color, el peso, la estructura ósea, en fin de toda la indumentaria que alberga la propia alma. Es preciso reconciliarse con la realidad, mirarse con el más profundo amor, entendiendo que todo esfuerzo utilizado para 'reformarse' ha estado siempre representando una guerra contra sí mismo. El hombre necesita entender que está en el cuerpo, pero no es el cuerpo, y que su esencia es poderosa y necesita ser investigada mediante una inmersión profunda en el propio ser.
Ha llegado la hora de empezar a hacernos preguntas nunca antes hechas, y escuchar las respuestas que vendrán de nuestro interior.
Cuando logremos liberarnos de eso el mundo estará ante un marco civilizatorio, pues ese problema está presente en todas las culturas, desde las más civilizadas hasta las más atrasadas.
Una mujer jirafa de Myanmar puede considerarse inferior al ver a una amiga con más argollas que ella en el cuello. Un indio botocudo puede sentirse disminuido al depararse con otro indio portando un botoque mayor que el suyo. Los ejemplos son infinitos, pues la estética siempre ha marcado presencia en el mundo.
No hay crisis para la vanidad; incluso durante la guerra civil española las mujeres se enfurecían cuando eran obligadas a cambiar de alojamiento, donde no tendrían los mismos recursos para cuidar su belleza.
Sé tú mismo, acéptate, sal de esa trinchera contra la realidad, aprovecha la oportunidad de estar aquí para aprender con esa experiencia y poder graduarte en busca de la liberación.