Regresión: Cómo, cuándo y por qué
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 15/06/2012 12:06:02
por Flávio Bastos - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Mucho se ha cuestionado sobre la valía de la regresión de memoria como forma de añadir calidad al proceso de auto-conocimiento. Preguntas y respuestas que han contribuido a esclarecer o confundir al profano y a envolver la regresión en una niebla de misterio, con una “pizca” de folclore popular.
Pese a todo, cuando se hace acompañada por un profesional habilitado en el área de la psicoterapia, una experiencia regresiva es algo mucho más serio de lo que se pueda imaginar. Empezando por el significado que la experiencia representa en el proceso psicoterapéutico, que tiene como meta investigar los orígenes del sufrimiento psíquico de la persona.
En el área de la salud mental, tanto de la línea tradicional como de la alternativa, que profundiza en la investigación del inconsciente más allá de la vida intrauterina, la regresión debe hacerse cuando haya indicaciones para su prescripción. Corresponde al psicoterapeuta adoptar criterios basados en su método de trabajo y verificar si es el momento oportuno de establecer conexiones entre pasado y presente.
Otra situación que debe ser considerada es la voluntad de la persona, que viene acompañada por un conjunto de creencias y de valores interiorizados. En este sentido, la decisión personal de hacer o no la regresión, podrá depender de lo que transmiten la praxis terapéutica y la imagen del psicoterapeuta. Por tanto, la seguridad en el método aplicado y la confianza en el profesional son factores que influyen en el momento de la decisión.
La regresión sin criterios, o por curiosidad, no es recomendable porque puede reforzar procesos obsesivos mediante la creación de cuadros mentales relativos a desequilibrios psíquicos, que nada tienen que ver con una experiencia regresiva de memoria cerebral o extra-cerebral.
Cito como ejemplo el caso de obsesión que envolvía la relación pasional de una mujer hacia un hombre. En la primera consulta, la persona que la atendió la llevó a la regresión. La experiencia, sin embargo, se convirtió en un “montaje”, o sea, una proyección de cuadros mentales producidos por su inconsciente, y no exactamente en una sesión regresiva de memoria. Experiencia que ha reforzado su neurosis sin dar solución a su problema, como más tarde quedaba constatado, cuando pasó por una regresión con un psicoterapeuta.
La regresión de memoria sin una metodología que investigue el inconsciente del individuo a partir de la vida actual, es dar un paso hacia las incertidumbres. La experiencia regresiva debe ser una certeza que forme parte de un contexto que establezca las conexiones necesarias entre la experiencia propiamente dicha, la psicoterapia y la queja principal de la persona.
El objetivo de la regresión de memoria es agilizar la investigación psicoterapéutica y cualificar, con esa experiencia, el auto-conocimiento. Principalmente cuando la persona accede a informaciones de su memoria extra-cerebral, lo cual le da el derecho de “adentrarse” por la puerta del auto-conocimiento de ámbito interdimensional.
Otro de los problemas es la auto-regresión, orientada por libros o sitios en Internet. Esa inconsecuencia puede conducir a la persona a situaciones inimaginables, en que los riesgos a su integridad física y mental se convierten en una posibilidad real.
Imaginemos a una persona profana en la cuestión, que por curiosidad o por necesidad, sigue esas instrucciones y hace auto-regresión a un acontecimiento psíquicamente traumático ocurrido en una vida pasada. Sin el acompañamiento de un psicoterapeuta, ¿cómo habrá ella de lidiar con la intensidad de las emociones que la embargan? Sin las interconexiones de un proceso terapéutico, ¿qué asociaciones o elaboraciones logrará ella, sin la ayuda de un profesional habilitado?
La regresión de memoria ha venido para añadir conocimiento a la vida del ser humano y para estimular la auto-sanación de sus dolores del alma. Emplear ese recurso fuera de un seguimiento psicoterapéutico es pisar en el falso terreno de las improbabilidades que no conducen a parte alguna.
En ciertos casos la regresión es prescindible, y corresponde a psicoterapeuta evaluar su innecesaridad. En otros casos se hace imprescindible e incumbe al profesional encaminar el momento oportuno para su realización, que depende de la voluntad de la persona y de los criterios inseridos en el método de trabajo.
Disfrutemos, por tanto, con consciencia, de aquello que la naturaleza nos ofrece como medio para llegar a un mejor nivel de auto-conocimiento, que son las informaciones obtenidas mediante una sesión regresiva hecha con buen criterio, encaminada a la auto-sanación, y asociada, claro está, a interpretaciones y elaboraciones de un proceso psicoterapéutico seguro y confiable.