Renuncia/Donación (Tarot Espiritual – 26/09/17)
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 03/10/2017 09:20:34
Autor Patricia Marques Barros
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Traducción de Teresa
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La naturaleza habla a quienes saben oír. En medio de la aridez y la desolación, aparece una consolación fresca, eternamente joven, para regar la tierra, que da ánimo para esperar y adquirir confianza.
La esperanza viene de la misma fuente que la Consciencia y si se sabe discernir, por medio de la intuición se adquieren fuerza y capacidad para la superación de cualquier obstáculo. Es profundamente sabia la creencia de que “está todo bien”. Sí, está todo bien. Todo lo que es aparentemente negativo tiene una razón de ser, tiene una función. A menudo no conseguimos vislumbrar el Bien en acontecimientos que parecen negativos, pues nuestra comprensión es limitada.
La fe en la Protección Superior y los esfuerzos personales resultan en la transformación interior, que consiste en hacer dejación de quererlo todo para sí y en la aspiración a compartirlo con la humanidad. Este es un ejemplo de liberación. Cuando dejamos todo para entrar en la oscuridad de una renuncia completa, entonces aparece la Luz que conduce a una existencia plena. Es lo que han enseñado los Maestros Jesús y San Francisco, si interpretamos sus enseñanzas de manera más profunda. Jesús dijo: “Es más fácil para un camello pasar por una aguja que para un rico entrar en el Reino de los Cielos”.
El Maestro estaba enseñándonos sobre el desapego de todo lo que está relacionado con el ego. Dios, como padre que es, desea la felicidad de sus hijos, y reserva prosperidad y abundancia para todos nosotros. Pero la Divinidad no desea que nuestros propósitos sean egoístas, pues Dios es Amor y el Amor es donación, es abundancia, es el desbordar, es compartir con alegría. Si el amor duele se debe a que no es este Amor.
El Amor no puede surgir a partir de la baja autoestima. ¿Cómo podría la baja autoestima llevarnos a una conexión con Dios, con el Yo Superior? En modo alguno. Debemos amarnos a nosotros mismos, pues somos Hijos de Dios, perfectos, maravillosos, hechos a Su imagen y semejanza. Sólo así podemos entrar en contacto con nuestra propia Luz. Sólo después de eso es posible amar sin sentir que nos falta el aire, que la Vida nos es sorbida, pues entonces somos capaces de amar a partir de la abundancia y no de la carencia.