Resolviendo la Formula del Apego
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 02/06/2008 10:00:19
por Vanessa Mazza Furquim - [email protected]
Traducción de Silvana Partucci - [email protected]
Generalmente se confunde apego con dedicación, desvelo o simple interés por el otro. El hecho es que al centrar tanto nuestra atención en otro ser humano, la mayoría de las veces muy preciado y querido para nosotros, acabamos desenfocando un ser muy especial e importante: nosotros mismos.
Al acompañar los pasos, pensamientos, actitudes y palabras de otro, establecemos la primera parte de la fórmula, el apego.
La cuestión es que el apego no anda solo. Él se conecta con otros aspectos y genera muchas reacciones. Observa la fórmula:
Fórmula inicial
Apego = Responsabilidad + Control + Tensión
Fórmula final
Apego = Pérdida + Culpa
Cómo la fórmula trabaja en la práctica?
Todo comienza cuando nos apegamos a alguien. Entonces, pasamos a observar todos sus pasos, interfiriendo con la excusa de querer ayudar, ya que “se está de afuera”.
Entonces, si comenzamos a pensar que tenemos el deber de observar los pasos ajenos para poder corregirlos o prevenirlos de errores, comenzamos a sentirnos responsables por ellos, como un profesor con su alumno o un médico con su paciente. Esta se torna entonces una relación desigual, pues colocamos la persona abajo de nosotros e inevitablemente pasamos a vigilarla y controlarla.
Es obvio que a nadie le gusta este tipo de seguimiento, primero porque constantemente humilla al señalar las fallas, segundo que estas personas se sienten responsables por suplir las expectativas ajenas a su respecto.
Vivir constantemente con el foco en el otro genera igualmente tensión. Como puedes relajarte, disfrutar de tus actividades, si tienes que supervisar a alguien? Cómo conseguirás dormir mientras él no llega? Mil preguntas quedan resonando en la mente afligida: “Y si se perdió? Y si se metió con alguien malo? Y si él no se acuerda aquello que le enseñé?” Como conseguirá al fin, tener una vida propia y única de ésta forma?
Al final, la tendencia es que el objeto de toda esta atención huya lo más deprisa de su “protector”, desvinculándose totalmente de él, o por lo menos evitando o disminuyendo su convivencia.
Es en este momento entonces que, con la perdida, se instaura el sentimiento de culpa, aquel sentimiento de que no se debería haber exagerado tanto, de que no fue bueno lo suficiente para hacer que la otra persona entienda tus reales intenciones.
En otras palabras, la única forma de neutralizar esta ecuación es reemplazándola por otra mejor:
Amor = Libertad + Respeto + Colaboración
Como dice la famosa canción: “ Si amas a alguien, déjalo libre”.
Yo sé que da cierto dolor en el pecho de todas las personas apegadas, pero es importante que se corte este vínculo emocional vicioso.
Si tú amas de verdad: libera, respeta y colabora. Está ahí para ayudar, pero no interfieras. Respeta la diversidad, la elección personal, la privacidad. Da espacio para que la persona pueda respirar y hacer sus cosas, cosas que no necesariamente quiera hacer acompañado. Permite que ella tenga el mérito sobre las cosas buenas que realiza y que pueda asumir siempre que cometa algún error. De esta manera, ella no quedará con aquella sensación de que realizó algo debido a tu presencia y que se equivocó por culpa tuya.
Desapégate. Pues cada uno de nosotros viene con una cantidad determinada de energía para invertir en la propia vida. Apegarse demasiado a los otros es desperdiciar esta energía.
Renuévate y sé un ejemplo al revés de un supervisor.
