Salud y Longevidad
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 17/05/2011 12:36:09
por Roberto Debski - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
La Salud no es algo estático, un punto final a alcanzar, sino un estado dinámico, de equilibrio, en que el bienestar físico, mental, social y espiritual es experimentado en plenitud. Para que esto ocurra, debemos tener para con nuestra salud un cuidado continuo que se refleje en nuestros actos, costumbres, pensamientos y sentimientos. El foco de atención en la salud debe entreverar nuestra vida, como una inversión cuya compensación se produce a cada momento y nos permite disfrutar de la vida en abundancia.
Es posible llegar a los 80 años y además con salud y calidad. Actualmente la expectativa de vida viene aumentando, pero aún hay falta de educación para la salud y un cuidado mayor para llegar a longevidad con ella.
La medicina y la psicología convencionales aún priorizan el tratamiento de las dolencias ya instaladas en vez de invertir en la prevención y en la promoción de la salud.
Un ejemplo de esto fue presentado en un trabajo de la Universidad de Oxford, que demostró que tres factores de riesgo, el tabaquismo, la dieta inadecuada y el sedentarismo son los responsables por cuatro enfermedades crónicas: la diabetes melitus, las enfermedades cardiovasculares, las dolencias pulmonares y algunos tipos de cáncer, que en 1990 eran la causa de cerca del 50% de las muertes, y en 2020 lo serán de un 70% de las muertes en el mundo.
Lo más terrible y que más reflexión suscita es que estos tres factores de riesgo son componentes de nuestro estilo de vida, o sea, nosotros elegimos cómo alimentarnos, si fumamos o no y si practicamos o no una actividad física regular; y esto determinará nuestra salud en el futuro.
Otro estudio de la Universidad de Stanford muestra que en cuanto a los factores que determinarán nuestra salud después de los 65 años, el 20% dependen del medio ambiente, un 17% de nuestra genética, el 10% de la asistencia médica y el 53% de nuestro estilo de vida, lo cual nos coloca en una posición de responsabilidad respecto de la vida que queremos y que habremos de llevar en nuestra vejez.
Con el paso de los años nuestro cuerpo va perdiendo su potencial de responder a las agresiones del mundo, perdemos masa ósea, muscular, percibimos la disminución de las respuestas fisiológicas, metabólicas e inmunológicas, de la flexibilidad física y mental; sin embargo este proceso será más o menos acentuado dependiendo del estilo de vida que llevemos, no siendo igual para todas las personas. Parte del proceso depende de nuestros genes, y parte es epigenético, o sea, va más allá de lo genético, dependiendo directamente del estilo de vida que elegimos llevar.
La alimentación sana, que priorice el equilibrio entre proteínas, carbohidratos y lípidos, que nos mantenga en una zona de equilibrio antiinflamatorio, la actividad física regular que fortalezca nuestros músculos, tendones y huesos, y que mantenga nuestra flexibilidad y agilidad, la gestión del estrés mediante técnicas como la Meditación, el sueño restaurador, las buenas y enriquecedoras relaciones interpersonales, el mantenimiento de la actividad mental a través de la lectura y de nuevos aprendizajes; vivir nuestra misión personal, nuestro proyecto de vida, conectados con la espiritualidad, tratarnos mediante especialidades que busquen la prevención y promoción de la salud, la homeostasia o el equilibrio dinámico de nuestras funciones como la homeopatía, la acupuntura, la reposición de vitaminas y minerales a través de la ortomolecular; son, entre otros, los principales métodos para retrasar el envejecimiento y proporcionar salud y calidad de vida a cualquier edad.
La independencia personal es uno de los seis dominios de la calidad de vida; los otros son la salud física, la salud psicológica, las relaciones interpersonales, el medio ambiente y la espiritualidad. Mantener la disposición, el dinamismo y la independencia será consecuencia de la vida que llevemos desde la juventud.
Eligiendo un estilo de vida que armonice con la salud y la calidad de vida, tenemos la posibilidad de vivir más y mejor; elige siempre lo mejor para ti, pensando y reflexionando a largo plazo acerca de cuáles serán las consecuencias de tus actos de hoy.
Mantente siempre en movimiento, físico y mental, ejercita la curiosidad como un niño, ten hambre y sed de conocimiento y de crecimiento durante toda tu vida. Conserva el buen humor y vive buenas emociones, ábrete hacia lo nuevo y hacia los demás. Ayuda a quien lo necesite, conserva la conexión con la Espiritualidad.
Mantén tu espíritu joven y tu cuerpo lo acompañará. Sintonízate con la prosperidad y la abundancia del Universo y agradece siempre, pues la vida vale la pena vivirla bien.
