Seguridad
por Elisabeth Cavalcante em STUM WORLDAtualizado em 23/10/2011 11:31:41
Traducción de Silvana Partucci - [email protected]
Vivimos todo el tiempo ansiando seguridad material, financiera, afectiva, en fin, una sensación de comodidad absoluta donde nada nos amenace.
Al final, nos enseñaron desde temprano a buscar esto y a tener este objetivo como meta principal en nuestra vida. Pues, aprendemos, que es en la seguridad absoluta que reside la felicidad.
Infelizmente, no nos informaron sobre algo esencial: la naturaleza de la vida es inseguridad. La no permanencia, principal característica de nuestra existencia, hace con que todo y cualquier deseo por seguridad absoluta sea apenas una ilusión.
Cambiar nuestra visión y aprender a encarar la inseguridad no como una maldición, y si como una oportunidad valiosa de crecimiento y evolución, es nuestro gran desafío.
Cuando la vida nos sorprende con el quiebre de nuestra inseguridad, es esencial que no nos dejemos llevar por la desesperación. Por más difícil que sea, precisamos, en estas circunstancias, recordar del poder que existe dentro de nosotros y encontrar allí, la fuerza necesaria para vencer el obstáculo, con la seguridad de que saldremos de aquella situación, más fuertes y más resistentes.
Buscar en nuestra intuición la dirección para superar desafíos y encontrar soluciones únicas para cada problema que nos aflige, es la única salida para que podamos vivir en la inseguridad sin dejarnos dominar por el miedo.
Al final, si nada es seguro y todo puede cambiar a cada instante, podemos hacer de esta realidad una motivación para vivir cada momento de manera plena, sin dejar nada para mañana. Así, cuando la rueda de la vida gire, ningún arrepentimiento o culpa podrá alcanzarnos, pues tendremos disfrutado al máximo de esta experiencia valiosa y única que es la vida.
“Vida es inseguridad. Cada momento es un moverse hacia una inseguridad cada vez mayor. Es un juego. Nunca se sabe lo que va a suceder. Y es bello que no se sepa. Si fuese previsible no valdría la pena vivir. Si todo fuese como nos gustaría, si tuviésemos seguridad de todo, no seriamos absolutamente hombres, seriamos máquinas. Solamente para las máquinas todo es certero y seguro.
El hombre vive en libertad, La libertad necesita de inseguridad e incerteza. Un verdadero hombre de inteligencia está siempre vacilante porque no tiene ningún dogma en el cual apoyarse. Él tiene que mirar y responder.
Lao Tzu dice: “Yo vacilo y ando alerta en la vida porque no se lo que va a suceder. Y no sigo ningún principio. Tengo que decidir a cada momento. Nunca decido de antemano. Tengo que decidir cuando el momento llega.
Entonces, es necesario estar listo para responder. Eso es responsabilidad. Responsabilidad no es una obligación, no es un deber, es la capacidad de responder. Un hombre que quiere saber lo que es la vida tiene que ser responsable.
…Siglos de condicionamiento te hicieron una máquina. Perdiste la humanidad, la cambiaste por la seguridad. Tienes seguridad y comodidad y todo fue planeado por los otros. Y ellos pusieron todo en el mapa, midieron todo. Y todo es absolutamente una tontería, pues la vida no puede ser medida, es inconmensurable. Y ningún mapa es posible, porque la vida es un flujo constante. Todo está cambiando. Nada es permanente, excepto el cambio. Heráclito dice: “No se puede pisar dos veces en el mismo rio.”
Y los caminos de la vida son tortuosos. No son como los rieles de un camino de hierro. No, la vida no corre sobre rieles. Es esa su belleza, su gloria, su poesía, su música – es siempre una sorpresa.
Si estás buscando seguridad y certeza, tus ojos se cerrarán. Y cada vez te sorprenderás menos, y perderás la capacidad de maravillarte, tendrás perdido la religión. Religión es la abertura de un corazón maravillado, es la receptividad hacia el misterio que nos circunda.
No busques seguridad, no busques consejos para vivir la vida. Las personas que me buscan y dicen, “¿Osho, como debemos vivir nuestras vidas?”, no están interesadas en saber lo que es la vida. Quieren que se les imponga una disciplina.
…Yo no estoy aquí para eso. Estoy aquí para ayudarte a volverte libre, inclusive de mi también. Quiero ayudarte a librarte de mi. Mi sannyas es una paradoja. Te rindes a mi para volverte libre. Yo te acepto y te inicio en el sannyas para ayudarte a volverte absolutamente libre de todos los dogmas, de todas las escrituras, de todas las filosofías, y estoy incluido en esto. El sannyas es tan paradojal cuanto la propia vida. Y por eso es vivo.
Por lo tanto, no le preguntes a nadie como vivir la vida. ¡La vida es tan preciada! ¡Vivela! No estoy diciendo que no cometerás errores, cometerás. Recuerda apenas una cosa: no cometas el mismo error dos veces. Solo eso. Si puedes encontrar un nuevo error cada día, hazlo. Pero no repitas errores, pues eso es una tontería. Un hombre que puede encontrar nuevos errores para cometer, crece continuamente. Esta es la única manera de aprender, es la única manera de llegar a la propia luz interior”.
