Sensibilidad
por Elisabeth Cavalcante em STUM WORLDAtualizado em 07/01/2010 15:24:43
Traducción de Teresa - [email protected]
La idea más comúnmente relacionada con el concepto de sensibilidad es la de una persona capaz de emocionarse y expresar sus sentimientos sin restricciones.
Sin embargo, el significado más profundo del término alude a cierta capacidad de estar atento y plenamente sintonizado con todas las dimensiones de la vida.
El sentimiento de unión con todo lo que existe, seres humanos, naturaleza, animales, llena automáticamente a aquel que empieza a despertar de modo verdadero su sensibilidad.
Cuanto más enraizados estemos en nuestra propia esencia interior, más fuertemente percibiremos el ensanchamiento de esta cualidad. Ella nos hace abiertos y receptivos a cuanto hay de más bello en el Universo.
La música, la poesía, la pintura, o cualquier otra forma de manifestación artística se convierten, naturalmente, en el blanco de nuestra atención e incluso aquellos que nunca se han sentido impresionados de modo especial por el arte, pasarán a percibirla de un modo totalmente nuevo.
Cuanto más sensibles nos volvemos, más fácil se hace entrar en sintonía con cualquier forma de expresión que brote del alma de otro ser humano, y no sea tan solo fruto de su intelectualidad.
Nuestro verdadero ser vibra en sintonía con el Cosmos y con el alma universal, que se expresa en cada persona de modo individual, pero que sigue siendo una parte esencial del Todo.
La meditación es el único camino capaz de llevarnos a este encuentro, y el practicarla ensanchará cada vez más la conciencia de nuestra propia sensibilidad.
Los sentidos físicos se vuelven más aguzados y la emoción más apurada, o sea, dejamos de identificarnos de modo especial con los sentimientos negativos como el dolor, la ira, el resentimiento, y pasamos a conectarnos más fácilmente con aquellos que nos ponen más felices, como el amor, la gratitud y la paz.
Nada en este camino debe ser pesado u obligatorio; por el contrario, debemos encararlo como un juego, una práctica divertida y ligera, que nos llevará al encuentro de la Fuente de alegría e inocencia de la cual nos originamos.
El Arte de Vivir
“El hombre nace para alcanzar la vida, pero todo depende de él. Él puede perderla. Él puede seguir respirando, él puede seguir comiendo, él puede seguir envejeciendo, él puede seguir moviéndose en dirección a la tumba – pero eso no es vida.
...Entonces, tenemos que comprender primero qué es lo que entiendo yo por ‘vida’. Ésta no debe ser simplemente envejecer. Debe ser desarrollarse. Y eso son dos cosas distintas. De envejecer, cualquier animal es capaz. Desarrollarse es prerrogativa de los seres humanos. Solamente unos pocos reivindican ese derecho.
Desarrollarse significa moverse a cada momento más profundamente en el principio de la vida; significa alejarse de la muerte – no ir en la dirección de la muerte. Cuanto más profundo vas hacia dentro de la vida, más comprendes la inmortalidad dentro de ti.
Tú te estás alejando de la muerte: llegas a un momento en que puedes ver que la muerte no es nada, tan solo un cambiar de ropas o cambiar de casas, cambiar de formas – nada muere, nada puede morir. La muerte es la mayor ilusión que existe.
¿Cómo desarrollarse? Simplemente observa un árbol. Mientras el árbol crece, sus raíces crecen hacia abajo, se hacen más profundas. Hay un equilibrio; cuanto más alto va el árbol, más profundo van las raíces. En la vida, desarrollarse significa crecer profundamente hacia dentro de sí mismo – que es donde están las raíces.
...El primer paso en el arte de vivir será crear una línea de demarcación entre ignorancia e inocencia... Siempre que percibas que has perdido la oportunidad de la vida, el primer principio que hay que traer de vuelta es la inocencia.
Abandona tu conocimiento, olvida tus escrituras, olvida tus religiones, tus teologías, tus filosofías. Nace nuevamente, vuélvete inocente – y la posibilidad está en tus manos.
Limpia tu mente de todo conocimiento que no sea descubierto por ti mismo, de todo conocimiento que haya sido tomado prestado de otros, todo cuanto ha venido por tradición, convención, todo cuanto te ha sido dado por otros – padres, profesores, universidades. Simplemente deshazte de eso. Nuevamente sé sencillo, una vez más sé un niño. Y ese milagro es posible por la meditación.
La meditación es tan solo un método quirúrgico no convencional que corta todo cuanto no es tuyo y solo preserva aquello que es tu auténtico ser. Ella quema todo lo demás y te deja desnudo, solo bajo el sol, al viento.
...El segundo principio es la peregrinación. La vida ha de ser una búsqueda – no un deseo, sino una pesquisa: no una ambición para convertirse en eso, para convertirse en aquello, un presidente de un país, o un primer-ministro, sino una pesquisa para encontrar ‘¿Quién soy yo?’. Es muy extraño que las personas que no saben quiénes son, estén intentando convertirse en alguien. ¡Si ni siquiera saben quiénes son en este momento!
Ellas no conocen sus seres – pero tienen un objetivo de llegar a ser. Llegar a ser es la enfermedad del alma. El ser es que tú descubras tu ser, es el comienzo de la vida. Entonces cada momento es un nuevo descubrimiento, cada momento trae una alegría.
...Tú te vuelves tan sensible que incluso la menor hoja de hierba pasa a tener una importancia inmensa para ti. Tu sensibilidad hace que para ti sea claro que esa pequeña hoja de hierba es tan importante para la existencia como la mayor estrella; sin esa hoja de hierba la existencia sería menos de lo que es. Y esa pequeña hoja de hierba es única, es insustituible, tiene su propia individualidad.
Y esa sensibilidad te creará nuevas amistades – amistades con árboles, con pájaros, con animales, con montañas, con ríos, con océanos, con las estrellas. La vida se vuelve más rica en cuanto el amor crece, en cuanto la amistad crece...
Cuando tú te vuelves más sensible, la vida se vuelve más grande. Ella no es un pequeño pozo, ella se convierte en oceánica... Toda esa existencia se convierte en tu familia y a menos que toda esa existencia sea tu familia, no habrás conocido lo que es la vida – porque hombre alguno es una isla, nosotros estamos todos conectados. Somos un vasto continente, unidos de mil maneras. Y si nuestro corazón no está lleno de amor por el todo, en la misma proporción queda nuestra vida disminuida.
La meditación te trae sensibilidad, una gran sensación de pertenencia al mundo... En segundo lugar, la meditación te aportará un gran silencio – porque toda la basura del conocimiento se ha marchado, los pensamientos que son partes del conocimiento se han marchado también...
...Haz que todas las cosas sean creativas, haz lo mejor a partir de lo peor – a esto es a lo que llamo arte. Y si un hombre ha vivido toda la vida haciendo, a todo momento, una belleza, un amor, un disfrute, naturalmente su muerte será el supremo pico en el empeño de toda su vida....Comienza con la meditación y muchas cosas crecerán en ti – silencio, serenidad, éxtasis, sensibilidad. Y lo que quiera que venga con la meditación, intenta traerlo a tu vida.
Comparte eso, porque todo cuanto se comparte crece más rápido. Y cuando te llegue el momento de la muerte, sabrás que no existe muerte. Puedes decir adiós, no existe ninguna necesidad de lágrimas de tristeza – quizá lágrimas de felicidad, pero no de tristeza.”
OSHO (El Libro de la Cura)
