Ser Solidario
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 25/01/2013 11:03:16
por Maria Cristina Tanajura - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Empezando una nueva etapa, llenos de buenas intenciones, nos deparamos con las mismas escenas tristes en cada rincón de nuestras ciudades. En los semáforos, mientras no cambia el color de la luz, personas de fisonomías tristes nos piden la ayuda de unas monedas. En algunas aceras, otros, verdaderos harapos humanos, viven al relente, sucios, maltratados, conmoviendo nuestros corazones. Al llegar a casa y poner la tele, damos con noticieros que son verdaderas páginas policiales, relatándonos asesinatos, robos, fraudes.
¡Qué triste está nuestro mundo, amigos!
Me pongo, entonces, a pensar: ¿cómo se puede resolver todo esto? Los violentos y ladrones no dejan de ser enfermos del alma que necesitarían ser socorridos y tratados de alguna forma, pues no soluciona nada el sólo apartarlos de nuestra convivencia, pues en la primera oportunidad volverán a hacer lo mismo o peor. Siempre pienso que alguien, en algún lugar, podría haber ayudado a aquel individuo a mejorar. Los que están abandonados en medio de las calles o en casas de salud, asilos, orfanatos, ¿habrán nacido de la nada? ¿Nunca han estado ligados a nadie, por algún tipo de lazo?
Percibo que sólo hay una solución para esta realidad triste con que nos deparamos a todo instante: difundir y poner en práctica la solidaridad. Siempre podemos ayudar de alguna forma, en algún lugar, a alguien. ¿Por qué no lo hacemos? Si cada uno de nosotros cuidase del prójimo más próximo, de la manera posible, todo sería diferente. No basta con evocar la luz. Es preciso encender nuestra propia luz, mediante la práctica amorosa, o permaneceremos sin movernos del sitio y nuestro mundo interior y exterior continuará siendo el mismo.
¿Será que las personas que han convivido con un asesino exterminador, durante toda su vida, jamás han sospechado que algún día él podría llegar a enajenarse de forma tan violenta, como terminó haciendo? En la escuela que frecuentó, entre los amigos, en familia, ¿nadie jamás caviló sobre la necesidad de tratarlo, por estar enfermo?
Ya no podemos seguir empujando la vida con la barriga, dejándolo todo para hacerlo mañana. Los momentos de decisión son siempre ahora, y tal como se pone la vida, ¡decidamos que debemos comprometernos con el mejoramiento de nuestra sociedad, o todo se irá poniendo cada día más caótico! Si la luz de la presencia amorosa de Dios ya nos ha tocado, ¿a qué estamos esperando para iniciar el trabajo urgente que nos incumbe?
Lo que cada uno pueda hacer, cada uno lo sabe. Basta vivir alertas al momento que pasa. Es preciso desapegarnos de nuestros pequeños yosy realmente mirar a nuestros hermanos que van caminando a nuestro lado. En el ascensor, en los puestos de trabajo, en las calles, en nuestras familias, entre nuestros amigos, en Internet. En fin, hay MUCHO por hacer.
Es práctico vivir echando siempre la culpa a los demás porque no hacen esto o aquello, pues es fácil encontrar culpables para todo. Pero no es nada fácil convivir con la tristeza de este nuestro mundo, donde ya los valores morales parecen no existir y donde las cosas materiales se han convertido en el sueño de felicidad para la mayoría, ¡como si tener un poco más fuese a aplacar nuestro dolor, nuestra falta de amor!
Mucha energía positiva está arribando a nuestro planeta, mucha ayuda estamos recibiendo de hermanos iluminados de otras dimensiones, pero es preciso que hagamos nuestra parte. No basta con soñar, hay que trabajar, comprometernos con la tarea grande e importante que tenemos por delante, o nada será alcanzado.
Aquello que Jesús nos enseñaba hace tantos años está esperando que todos nosotros lo pongamos en práctica. Ante cualquier situación, ¿por qué no preguntarnos qué haría Jesús en un momento así?
Pienso que en el comienzo de un nuevo año, nuevas resoluciones han de tomarse. Cambios que darán origen a transformaciones.
Ya sabemos que la paz del mundo comienza en cada uno y que el Amor se expresa a través de todo e incluso de nosotros. Si cada uno da lo poco que pueda de comprensión, paciencia, respeto y amor por el prójimo, ¡estaremos realmente iniciando un año nuevo! Si no hacemos nada, continuaremos viviendo en el viejo, el resultado de nuestra inercia, de nuestra acomodación, sólo que con consecuencias cada vez más tristes y graves.
Podemos cambiar, basta con querer. El mañana será mejor, si cuidamos de mejorar.
¡Que 2013 sea EL AÑO de amarnos, a nosotros mismos, y al otro como a nosotros mismos! No queda tiempo, pues el momento ha llegado ya.