¡Si tú no hablas, el otro no tiene cómo saber!
por Rosana Braga em STUM WORLDAtualizado em 14/06/2017 09:30:55
Traducción de Teresa
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Dani estaba saliendo con Pedro hacía menos de un mes. Se estaban conociendo ¡y todo iba muy bien! Hasta que, cierto día, se produjo una situación que incomodó a Dani profundamente y ni siquiera tenía qué ver con Pedro, aunque estuviesen juntos en el momento del incidente.
Dani quedó irritada, en silencio y con cara adusta. Pedro consideró que la reacción de ella era exagerada y criticó su comportamiento de forma explícita. Ella pensó “él no sabe de qué está hablando. ¡No sabe todo lo que ocurrió hasta llegar a esta situación!”. Y ella tenía razón. Era cierto que él no lo sabía.
No lo sabía porque no estaba presente desde el inicio de la historia. Y no sabía tampoco porque ella no lo contó, incluso después del comentario de él. Se enojó por el juicio que él había hecho sin tener todas las informaciones y continuó en silencio.
El caso es que, por culpa de todo eso, él se fue antes de lo previsto y ellos no se hablan hace casi una semana. A pesar de los mensajes que ella ha estado mandando y de las respuestas evasivas y lacónicas de él, no se están entendiendo y ella no sabe qué es lo que está pasando.
En tu opinión ¿quién se ha equivocado? ¿Dani o Pedro?
A decir verdad, hubo un fallo de comunicación significativo entre ellos ¡y ahora ambos están lidiando con las consecuencias! Y esos fallos son extremadamente corrientes en las parejas, por desgracia. Mejor dicho, entre las personas, sea cuál fuere la relación que mantengan.
¡Ahora, imagina ese fallo repetido durante años y más años! ¡Imagina el silencio ocupando un espacio cada vez mayor entre los dos! ¡Imagina una secuencia de malentendidos y de situaciones no comprendidas por uno y por otro!
¡Listo! Está declarada la crisis en la relación. Y si no se cuida, es cierto que va a convertirse en un desgaste desastroso del amor, de la confianza, de la conexión y del deseo de compartir sueños, vida y sentimientos.
¿Y bien? ¿Qué es lo que quieres para tu vida y para tus relaciones? ¿Claridad o confusión? ¿Conversaciones o silencios? ¿Aproximación o alejamiento? ¿Confianza o desconexión?
Imagino (y espero) que tú quieras todo lo bueno y lo mejor para ti y para las personas que amas. Entonces, toma nota: es absolutamente necesario que tú te expreses. Mantén conversaciones, habla, aclara lo que estás pensando y sintiendo.
Pero no es preciso que lo hagas acusando al otro, criticando sus actitudes y comportamientos. Mira cómo Pedro y Dani podrían haber hecho diferentemente:
Cierto día, se produjo una situación que incomodó a Dani profundamente y ni siquiera tenía nada qué ver con Pedro, aunque estuviesen juntos en el exacto momento del incidente. Dani quedó irritada, en silencio y con cara adusta. Pedro consideró que la reacción de ella era exagerada, pero decidió intentar comprender lo que estaba sucediendo.
Él dijo que, en principio y en su opinión, aquel comportamiento de ella le parecía exagerado, pero que le gustaría entender por qué ella estaba sintiéndose de aquella manera. Y ella, a su vez, tendría, al menos, dos opciones: o contaría a Pedro todo lo que había pasado y por qué ella estaba tan arrasada, O BIEN, le diría que en aquel momento no se sentía en condiciones de hablar porque estaba muy irritada, pero en cuanto se encontrase mejor se lo explicaría. Podría incluso disculparse por el silencio y explicarle que es así como ella lidia con la irritación, pero que pronto le pasaría.
Ante esa clareza, lo más probable es que ambos se sintiesen cómplices el uno del otro, acogidos y escuchados ¡y que todo quedase bien! A ti ¿qué te parece?
¿Cuáles nuevos comportamientos podrías tener ante una situación como esa? ¿De qué forma podrías ser más clara y generar una comunicación mucho más creativa y eficiente con las otras personas?
En fin, ¿cuánto estás dispuesta a invertir en el éxito de tu relación y en la construcción diaria de tu amor?