Sicko
por Acid em STUM WORLDAtualizado em 26/07/2007 16:24:31
Traducción de Teresa - [email protected]
Caso llegue al Brasil, id a ver el más reciente documental de Michael Moore (Tiros en Columbine, Fahrenheit 9/11), Sicko. Es un tema que, a primera vista, no nos interesa mucho (el servicio de salud de los EUA), pero no os olvidéis de que nosotros, indios brasileños, nos miramos en el espejo de lo que los EUA tienen de peor, y el modelo de salud sigue casi a rajatabla lo que viene siendo adoptado por los EUA desde los años 70, o sea, disminuir las inversiones en salud hasta el punto de causar un colapso en el sistema público, obligando a la gente a depender de un seguro privado.
La película tiene momentos fantásticos, del tipo de “sólo no voy a decirlo con todas las palabras porque me procesarían, pero si no eres un completo idiota, lo vas a entender”, especialmente en la parte de la corrupción de los congresistas norteamericanos (mirad qué cosas, nosotros también hemos importado esto… ¿o será que lo hemos enseñado?). Tiene un final realmente emocionante, con la ida de los héroes del 11 de septiembre (rechazados por los seguros privados y sin dinero para hospital) a Cuba (¡eso mismo!) para obtener un tratamiento DIGNO, y un sencillo homenaje de los cubanos.
Pero la parte que más abre los ojos es aquella en que Moore visita a otros países que se dicen “civilizados”, como Canadá, Francia y Gran Bretaña, donde el servicio de salud es gratuito, universal, y, lo más importante: de CALIDAD. La entrevista con Tony Benn, antiguo diputado británico, es una lección de ciudadanía:
¿Cuándo ha surgido esta idea de que cualquier ciudadano británico debería tener derecho a cuidados de salud?
Si volvemos atrás, todo comenzó con la democracia. Antes de que pudiésemos votar, todo el poder estaba en manos de los ricos. Si tenías dinero podías tener cuidados de salud, educación, previsión para la vejez… Y lo que ha hecho la democracia ha sido dar el voto a los pobres, y el poder del mercado ha pasado a la cabina de voto, de la cartera al voto.
Y lo que ha dicho la gente ha sido muy sencillo, han dicho: “En la década de 1930, hemos tenido desempleo en masa, pero no hubo desempleo durante la guerra. Si se puede tener empleo pleno por matar alemanes, ¿por qué no se puede tener empleo pleno para construir hospitales, para construir escuelas, contratando enfermeras, contratando profesores?” Si logramos conseguir dinero para matar a la gente, logramos conseguir dinero para ayudar a la gente.
Este panfleto fue lanzado en 1948 de una forma muy directa:
“Tu nuevo Servicio Nacional de Salud comienza el 5 de julio. Te prestará todos los cuidados médicos, dentarios y de enfermería. Cualquier persona, rica o pobre, hombre, mujer o niño puede servirse de él, de cualquiera de sus partes. No tiene coste, excepto para algunos casos especiales, no hay obligaciones de seguro, pero no es una caridad. Estáis pagando cuando sois contribuyentes, y aliviará vuestras preocupaciones económicas en tiempos de enfermedad.”
De alguna forma, estas pocas palabras lo resumen todo.
Considero que la democracia es la cosa más revolucionaria del mundo. Más revolucionaria que las ideas socialistas o de cualquier otra persona. Si tienes poder, éste es usado para proveer a tus necesidades y a las de tu comunidad. Y esta idea de elección, de la que el capital habla constantemente, “tiene que tener una elección”, la elección depende de tu libertad de elegir. Si estás cubierto de deudas, no tienes libertad de elección. Parece que el sistema se beneficia si el trabajador común está cubierto de deudas. Las personas en deuda pierden la esperanza, y personas sin esperanza no votan. Dicen que todas las personas deben votar, pero creo que si los pobres, si ellos votasen a personas que representasen sus intereses, sería una verdadera revolución democrática. Y no quieren que esto ocurra, por eso mantienen a la gente oprimida y pesimista.
Pienso que hay dos formas de tener a la gente controlada: en primer lugar, asustar a las personas, y en segundo, desmoralizarlas. Una nación educada, saludable y que confía en sí misma es más difícil de gobernar. Y considero que hay un elemento en el pensamiento de algunas personas: “no queremos que la gente sea educada, saludable y confiada en sí misma, porque quedarían fuera de control.” El 1% de la población mundial detenta el 80% de la riqueza. Es increíble que la gente tolere esto, pero las personas son pobres, están desmoralizadas, están asustadas. Y entonces piensan que lo más seguro es seguir órdenes y esperar lo mejor. Y esperar por lo mejor es lo que estamos haciendo desde el momento en que hemos nacido.