Simplificando la vida
por Elisabeth Cavalcante em STUM WORLDAtualizado em 06/08/2009 14:28:35
Traducción de Teresa - [email protected]
La vida nos parece, la mayor parte del tiempo, una sucesión de desafíos, algunos de ellos infranqueables. Y algunas veces tenemos, además, la sensación de que cuantos más obstáculos superamos, más surgen ante nosotros.
En cambio, observamos que para algunas personas la existencia parece un eterno mar en calma.
Siempre están serenas, aunque tengan, como la mayoría de nosotros, problemas que afrontar.
Lo que, sin duda, marca toda la diferencia, es la actitud que asumen frente a las dificultades, sean éstas pequeñas y rutinarias o verdaderamente desafiadoras.
La única forma de alcanzar tal equilibrio y protegernos contra la angustia y la ansiedad de querer superar los obstáculos rápidamente, es relajarnos y permitir que la propia vida nos traiga poco a poco la respuestas a nuestros interrogantes.
A algunos esto parecerá un imposible, visto que a cada problema que surge se sienten como condenados, cuya vida depende de que encuentren, de inmediato, una solución para aquella cuestión.
Aprender a confiar en la existencia y en nuestro guía interior, teniendo la seguridad de que él, de algún modo, nos indicará el mejor camino, es un aprendizaje aparentemente difícil. Sin embargo, cuanto más nos dediquemos a esta práctica, más rápidamente descubriremos el poder que ella posee de ayudarnos a descubrir la fuente de sabiduría que hay en nosotros.
La religión es sencilla, no la hagas complicada. No crees teorías en torno a ella y no la hagas innecesariamente ardua. El ego quiere dificultar las cosas, el ego no está interesado en cosas sencillas.
Cuando os digo, En este exacto momento podéis convertiros en Budas, algo dentro de vosotros dice: ¿Cómo es posible? ¿Tan simple? ¿Tan fácil?
Os gustaría que fuese algo muy difícil, entonces podría convertirse en un desafío para vuestro ego. Dios no es un desafío. Dios es como un caso de amor. Dios no es el Everest que tengáis que escalar. Dios es la profundidad – no tenéis que escalar ningún lugar. Podéis simplemente dar el salto en este momento, y desapareceréis.
Dios no es una escalinata que tengáis que subir lentamente, paso a paso.
Dios es un salto cuántico. Podéis caer en Dios del mismo modo como os enamoráis. Es fácil. Hazlo ser fácil. Y en el momento en que empieces a escuchar verdades fáciles, sencillas verdades, el ego empieza a desaparecer. El ego está siempre interesado en cosas difíciles. Ve a la Luna – dice el ego. Sí, esto atrae. Esto lo voy a comprar. Sí, vamos a la Luna...
... Si os vais a la Luna, no iréis a lugar alguno; permaneceréis siendo los mismos. Si tomáis una droga, no vais a cambiar.
Continuaréis siendo los mismos, incluso podéis haceros peores.
Las ilusiones no pueden ayudar. Pero el hombre está siempre en busca de alguna ilusión, una meta distante; entonces él puede encarar un viaje mental, una proyección. Entonces él puede empezar a pensar en el futuro y olvidar el presente.
Por tanto, la insistencia de todos los Budas: En este verdadero momento todo es posible – no es preciso que esperéis por un momento único, no hay necesidad de postergar. Haz que la vida sea fácil, haz que sea sencilla – la vida es Dios. Déjate absorber por la vida. La vida es el verdadero santuario. A través de la vida conoceréis aquello que está oculto.
Nunca te pongas contra la vida, nunca luches contra la vida. Ve con la vida, fluye con la vida. Ve con el río de la vida... y ya el río va hacia el océano.
Aquel que realice este fluir con la vida es un srotaapanna – Buda lo ha llamado.
Ha entrado en la corriente que fluye, ahora no hay preocupación. Yo llamo hombre sannyasin a aquel que ha entrado en la corriente que fluye. Ahora no hay preocupación, ahora nada tiene que ser alcanzado – él se ha relajado...
Osho, en Zen: The Path of Paradox.
