Sin piedad ni enjuiciamiento
por Wilson Francisco em STUM WORLDAtualizado em 23/09/2006 14:01:44
Traducción de Teresa - [email protected]
Si te estás separando o tu marido acaba de dejarte con un montón de compromisos y ningún apoyo, será preciso que tengas el valor de reinventar tu vida. Reinventa un modo de ser diferente, conviértete en otra persona, reseña nuevas actitudes y establece nuevas metas. Y, más que todo eso, SUEÑA, SUEÑA y SUEÑA. Este es el combustible de los buscadores, de los realizadores.
G. era así, pañuelo a la cabeza, delantal colgado en la barriga, zapatillas de casa, medio destrozadas. Sus andanzas pobres y doloridas, del pilón a la cocina, de ésta al fregadero y de allí para la novela del salón, miles de veces durante el día, eran lo que causaba el destrozar de su alma.
Un día su marido se marchó. Quedó petrificada, se sentó, desalentada. ¿Y ahora, qué hacer? Tenía un hábito saludable. Vez que otra navegaba en Internet, y fue por medio del computador como me ha conocido y dio comienzo a la terapia en el Projeto Mutaçäo (Proyecto Transformación). Llegó al Alvorecer tímida y sin lozanía, el cuerpo tomado por las fronteras del miedo, el alma en desaliño.
Hoy, G. conduce su coche, ha encontrado un empleo y trabaja en una buena empresa, cuida de la educación de los hijos, ayuda a su madre enferma. Y, para espanto general, está saliendo con un ex-amigo de hace muchos años atrás, después de que hemos iniciado la canalización de los sentimientos.
De vez en cuando, ocurre por allá, en su Universo personal, lo que denomino la estampida de la boyada Sí, los bueyes pueden dar la estampida, vez que otra, y no dejar piedra sobre piedra. Los mojones del cercado serán derribados, el fango y el polvo teñirán de marrón el horizonte y un sólo ruido restará, en la llanura. Deja que la boyada dé la estampida... Ella volverá, te pertenece... Es parte de ti. Está compuesta por tu ego, tus idiosincrasias, tus proyectos, tus miedos.
Y cuando llegue el silencio, y de tu pecho aflore un dolor inmenso, deja que también estallen en tus ojos estas perlas de Dios, las lágrimas, para que ellas bañen tu rostro, tu cuello y tus pasos. Ellas blanquearán tu cuerpo y tu alma. Después, ve para el campo y reúne lo que ha quedado, levanta los mojones, tensa la alambrada, cura las llagas que han surgido en tus manos y vuelve a rehacer este escenario que es solamente tuyo. Y mantente en tu camino, caminando.
Una situación con la hija, fue asustadora. La niña estaba en la fase de quererlo todo sin saber de nada. No quería horarios, ni estudios, ni obligaciones, ni pensar. Y la madre la enfrentaba, le exigía, y la niña se distanciaba. Un día, le propuse el proceso de "conversar con el alma" de la hija.
Es así: esperas a que se duerma, pides permiso a Dios, al Yo Superior de tu hija, solicitas auxilio a su Ángel de la Guarda y " (siempre que vayas a realizar este proceso avísame, para que yo entre en conexión contigo (no es recomendable que se realice esto a solas, sin el apoyo de un Amparador) ) conversas(*) con la niña de alma para alma", diciéndole lo que sientes e indicando con cariño y respeto caminos y decisiones, que tú sientes que son importantes y necesarios.
Unos días más tarde, me dijo que la niña estaba airada y se temía lo peor.
La orienté para que se relajase y se mantuviese en meditación. Y por encima de todo, que tuviese coraje, mucho coraje. Le dije: ¡cree en ti misma y en la fuerza divina que hay en ti!
George Leonard afirma que aunque nuestras imperfecciones sean innumerables, en el fondo de todos nosotros existe una "pulsación silenciosa" (la tal fuerza divina que he mencionado) de ritmo perfecto, un complejo de formas, ondas y resonancias absolutamente individuales y únicas que nos vincula con el universo. El acto de colocarnos en contacto con esa pulsación puede transformar nuestra experiencia personal y alterar el mundo que nos rodea.
Pasada una semana, la buena noticia llegó; "la niña está bastante más calma, ya hemos conseguido conversar, mirándonos como dos mujeres. Uno de estos días, hemos ido, mi hija, mi hijo, mi madre y yo, a pasear al Centro Comercial, cosa rara en mi vida. Era la primera vez que paseábamos, sin atropellos ni riñas". El proceso había dado resultado.
En el último proceso, en el Instituto Alvorecer, ella trajo otra buena noticia, los ojos brillando de emoción. Su ex-marido telefoneó desde el hospital, le dijo que tenía cáncer y quería ver a la hija. Ella, decidida, insistió con la niña y no hizo caso alguno a los rezongos de su madre: tomó el coche y fue a la zona sur a visitarlo.
Él se mostró sorprendido. ¿Cómo podía ella haber ido allá, conduciendo, sin nadie que la orientase? Miró para él con orgullo. La "otra" estaba del otro lado de la cama, haciendo una caricia, dispersiva.
Recordó las amenazas, los dineros negados para la peluquería, las horas insoportables de sexo sin amor. Resentimientos, rabias y otros sentimientos afloraron, amenazando dominar su corazón y pensamiento.
Allí mismo, en la habitación del hospital, delante de todos, pero totalmente única en su Universo, rescató su conciencia, inspiró profundamente buscando la Luz Divina y soltó la respiración, eliminando del pecho toda aquella sensación y recordó la recomendación que hemos dejado en el Universo de su mente y de su conciencia: En cualquier situación, actúa sin piedad ni enjuiciamiento. Compasión... Ten a mano esa actitud, siempre.
Nuevamente se armó de valor, llamó a su hija, se despidió de todos y dio por terminada la visita, triunfante.
Es una nueva mujer... La crueldad y el desamor de aquel hombre, ella los ha transformado en pequeños ladrillos con los cuales ha reconstruido su vida.
Al terminar este último proceso, preguntó, sonriente: ¿Y ahora, Sr.Wilson? Vaya, ¡ahora sé feliz! Después de que ella ha cerrado la puerta del Alvorecer, una persona ha comentado: ¿Qué le ha pasado a esa mujer?
Respondí: Ella ha encontrado su identidad y está realizando su historia, sin piedad ni enjuiciamiento, para con todas las criaturas que han estado y están en su camino.