¡Solo ser bueno no resuelve los problemas del mundo!
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 08/04/2020 11:34:13
por Bruno J. Gimenes - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Ya no se puede ser solo "bueno". Esto ha pasado a la historia, ¿lo sabías?
Pues sí, el universo marcha a todo vapor, las cosas suceden, las personas se ponen en movimiento y la zona de confort hoy día es una completa ilusión. No digo que no sea posible tener paz y una vida tranquila, ¡claro que sí! Me refiero aquí a ser buena persona, pagar religiosamente las cuentas, y no hacer daño a nadie: ya no es suficiente para que la persona tenga evolución espiritual o esto solo no garantizará que la misión de esa persona esté plenamente realizada. ¡Muy lejos de eso!
Estamos viviendo un momento de la actualidad en que el universo está "cerrado por balance". ¿Qué significa eso? Que estamos en franco movimiento, que todo está siendo cuestionado, los anaqueles de nuestra conciencia están siendo valorados. Nuestro acervo divino está siendo cuestionado. A decir verdad, ese balance que el universo está haciendo se refiere a una verdadera auditoría en el alma de cada ser que habita esta dimensión.
¿De veras te parece que solo ser bueno, pagar las cuentas, atender a las obligaciones y ser del bien lo arregla todo? ¿De veras, cuántos años te parece que un planeta tan enfermo como el nuestro resistiría con personas que solo son buenas? Nuestro momento es crítico, es preciso desarrollar la bienaventuranza y un estado de conciencia basado en el deseo interior de ayudar al todo y no únicamente mirarnos el propio ombligo.
El objetivo de este texto es ayudarte a despertar tu conciencia para la espiritualidad y con ello adquirir la capacidad de comprender que trabajar duro para ayudar al planeta a evolucionar es mucho más que una causa noble, es una necesidad emergente. Por ello, ser bueno es solamente una negligencia, ya que el planeta está enfermo. No podemos pasar por alto la enfermedad, sino que hay que tratarla, la conciencia ha de ser promovida, estimulada.
Con todo esto, lo que trato de decirte es que si tienes tu conciencia mínimamente espiritualizada, sin que nadie tenga que recordarte tus responsabilidades, tu propia conciencia más compasiva te mostrará los papeles y las decisiones que has de tomar. Cuando la persona comprende que nuestros hermanos, vecinos, amigos, enemigos, forman parte de un todo en el cual estamos insertos, y que ese todo recibe como reflejo las vibraciones psíquicas y emocionales de esas mismas personas, se comprende que nadie puede ser feliz él solo.
Está claro que querer ayudar al prójimo es un acto de compasión, ya que se basa en querer ayudar a esa persona a reducir su dolor y sufrimiento. Veo personas increíbles ofertando amor, estimuladas por una energía linda que viene del corazón. Personas que ayudan incondicionalmente, y llego a sentirme realmente extasiado con tal compasión. ¡Pero vale recordar que, a decir verdad, esto no debería llamarse compasión, sino buen sentido!
Es importante decir que la compasión es y será uno de los principales sentimientos y energías capaces de renovar nuestra mente y nuestro corazón en este siglo y en este período evolutivo de la historia de la humanidad. En este caso, lo que quiero decir aquí es que esa compasión, que debemos desarrollar hacia nuestro semejante, no es más que una cuestión de inteligencia.
¿Cuán espiritualizado eres tú, si no logras darte cuenta de eso? ¿Qué nivel tiene tu conciencia espiritual si no la desarrollas por medio de actos sencillos que hacen un poco mejor tu día a día y el de las personas que te rodean?
Recientemente la humanidad experimenta un período increíble de acceso a informaciones, espiritualidad, religiones, etc. Esto hace posible que al fin tengamos la libertad de acceder a literaturas, cursos, enseñanzas, vivencias, en cualquier doctrina, religión o filosofía, lo cual es un regalo de Dios a estos hijos suyos que estamos viviendo en la actualidad. Fíjate en que nunca, en ningún período de la historia, se ha podido estudiar la Biblia, los Sutras Budistas, los Vedas, el Bhagavad gita, el Evangelio según el Espiritismo, el Tao Te Ching y otros libros sagrados, todos ellos juntos, sin problema alguno, ¡nunca! ¡Y esto es posible ahora!
Todo ello facilita la inmersión espiritual a cualquier persona. Ayuda a cualquiera a encontrar sus caminos de crecimiento espiritual, lo cual se configura como óptimo instrumento de apoyo para elevar nuestra conciencia.
Pero todo es cuestión de equilibrio, ya que la espiritualidad es un estado de conciencia. Ese estado de conciencia básicamente debe anular el determinismo, el exceso de ego, la arrogancia y otras inferioridades. Entonces, pregunto: si somos arrogantes, egocéntricos, dogmáticos y deterministas, ¿qué tipo de conciencia espiritual es esa? ¿Cuán espiritualizados somos en realidad?
Con base en esa reflexión, concluyo que la espiritualidad de alguien es un estado de conciencia que aporta capacidad para aniquilar algunas inferioridades del ego. Pues bien, entonces sería acertado decir que las personas más espiritualizadas del mundo están en las iglesias, en los templos, centros espíritas/espiritualistas, o en otras casas que se dicen de Dios.
Esta sería la verdad más sensata y coherente, ¿no es cierto? Lo que vemos en la realidad no es eso. Claro que no estoy generalizando. Lo que quiero decir es que si espiritualidad es un estado de conciencia que debería anular las inferioridades del ego, entonces ¿por qué esas casas, templos e iglesias están inundados de personas llenas de dogmas, paradigmas, determinismo y arrogancia? Personas que se llenan de "razón" y que tienen el coraje de teorizar acerca de conceptos espirituales que no pueden ser explicados con palabras o razonamientos de la tercera dimensión.
Algunas personas se dicen espiritualizadas, aunque están convencidas de que el camino adecuado sigue esta o aquella receta. Algunas personas se dicen evolucionadas, aunque hablan de culpa, castigos y puniciones divinas. Algunas personas se dicen espiritualizadas, pero discriminan a los homosexuales, sidosos, toxicómanos e incluso a los que tienen la piel de otro color. Y esto lo vemos todos los días en la TV, en la radio o en las revistas. ¿Qué espiritualidad es esa, que hace tanta distinción en cuanto al poder adquisitivo o la apariencia?
La conciencia espiritual nos aporta la noción de que somos espíritus en evolución, que nuestro cuerpo físico y estructuras de vida no son más que instrumentos para nuestro adelanto y, principalmente, son temporales, no permanentes. ¿Qué ser espiritualizado es ese que no comprende esta lógica cósmica? ¿Cuán espiritualizados somos, si no respetamos los caminos o elecciones ajenas o el libre albedrío de cada cual?Y eso es lo que nos entristece: ver que las estructuras religiosas, en su gran mayoría, están en crisis. Están burbujeando personas que no son ni una gota espiritualizadas, porque si así fuesen, jamás se fijarían únicamente en una doctrina, enraizadas como una higuera de cuarenta años de vida, rígidas e inmóviles. Pienso que la verdadera espiritualidad es un estado que va más allá de eso, y que sus pilares están basados en la sencillez y levedad que vienen del canal del corazón.