¿Su vida no tiene sentido?
por Bel Cesar em STUM WORLDAtualizado em 24/03/2012 13:37:25
Traducción de Celestina Zangrandi - [email protected]
Con la agenda llena y mucho plazos que cumplir, llegamos a sentirnos estresados y hastiados fácilmente. Podemos producir mucho, pero corremos el riesgo de perderle el sabor a nuestros logros. Así que, cuando caemos en la sensación de que nuestra vida no tiene sentido, es momento de hacer algo para recuperar su frescor.
¿Qué te da la sensación de placer en la vida? Le hice esta pregunta a un grupo de 20 personas y escuché respuestas como, por ejemplo, despertarnos felices,
compartir los resultados durante la participación en una red interdependiente de personas y acontecimientos, hacerle frente a los errores y aciertos, con la intención de aprender y mejorar, tener contacto con la naturaleza y relacionarse con los bebés.
En otras palabras, lo que crea placer en la vida es mantener un estado de apertura a la existencia. Es decir, dejarse sorprender por las personas, lugares, ideas, sentimientos y emociones. Cuando estamos abiertos al mundo, nos permitimos experiencias en la medida que van surgiendo. El punto más importante aquí es entender que este paso sólo se da cuando tenemos espacio para que el otro entre.
Mientras más receptivos seamos con el otro, ese otro podrá ofrecernos más. En este sentido, cuando perdemos el encanto por la vida y tenemos una señal de que estamos demasiado centrados en el ego: nos convertimos en el centro de atracción. Al utilizarnos nosotros mismos como el centro de atracción, empezamos a compararnos demasiado con todo y todos.
Cuando ya nada nos sorprende, es señal de que ya estamos cerrados y rígidos en nuestros hábitos y creencias, que perdemos la apertura necesaria para dejarnos tocar por un extraño. ¡Estamos llenos de nosotros mismos!
Con el avance del mundo tecnológico, hemos perdido el contacto con las personas. El exceso de automatización ha dejado nuestras relaciones tan superficiales, que hemos perdido la profundidad humana sin darnos cuenta. Sólo cuando reconocemos la fragilidad de los lazos afectivos, como la falta de compromiso en una relación, es cuando nos detenemos para pensar en qué nos equivocamos. Cabe señalar, que esto ya no es un error personal, ya es un riesgo colectivo.
Una vez que la automatización nos aleja de la realidad exterior, nos desconectamos por el exceso de conexión superficial. La superficialidad y la automatización nos han convertido en personas insensibles, sin ese brillo existencial.
Por el exceso de conceptualización pensamos más de lo que realmente vivenciamos. Sin embargo, la experiencia de vivenciar el conocimiento, es lo que nos da el placer de conocer algo.
De acuerdo con el maestro budista Lama Yeshe, nos volvemos seres inseguros al desarrollar un conocimiento intelectual que no sea capaz de tocar nuestras propias experiencias de vida. El decía: “Muchas personas adquieren con facilidad un increíble entendimiento intelectual del budismo, pero ese entendimiento será en vano si no se cultiva en el corazón”. En este sentido, Lama Yeshe nos estaba alertando, sobre no permitir que nuestros pensamientos se tornaran mecánicos, ya que al ocurrir esto, nuestros pensamientos dejarían de producir algo que nos despertaría interiormente.
De esta manera, si queremos recuperar el encanto por la vida, tendremos que abrirnos para transformarnos por medio de las experiencias que la vida nos ofrece; inclusive si estas experiencias son agradables o no. Así aprenderemos a lidiar tanto con el placer como con el dolor.
La vida tiene sentido cuando existe constante interés propio y curiosidad. Superar nuestros miedos de abrirnos es un obstáculo que tendremos inevitablemente que enfrentar. Pero, recuerde: esta dificultad no es sólo suya.