Supera el síndrome del pánico
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 08/08/2013 14:29:15
por Vinicius Francis - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Muchas personas padecen una enfermedad que presenta un cuadro muy delicado, el Síndrome del Pánico. Seguramente ya habrás oído hablar de ese problema que afecta a muchas personas. Y yo quiero invitarte a charlar aquí conmigo sobre ese asunto y quién sabe, encontrar la curación. He dicho “quién sabe” porque no hay curación sin buena voluntad y disciplina. Ah, sobre todo, fe.
Porque, para empezar, toda víctima sólo se hunde en el problema. Si deseas curarte, del mal que fuere, entonces fíjate en esto, jamás te sientes en la vibración del cuitado. Si eres fuerte para meterte en los problemas, si fuiste decidido para eso, puedes serlo también para resolver lo que te hace sufrir.
¡Vamos a ello, entonces! El síndrome del pánico es una dolencia caracterizada por cuadros de profundo estrés emocional, donde el individuo sufre con crisis de ansiedad fortísimas que desencadenan un cuadro de brote nervioso e incluso psicótico. Y lo que ocurre es que cuando la persona sufre las crisis es como si todas sus fuerzas la oprimiesen de tal manera que ella simplemente “no es capaz” de reaccionar.
Y esas crisis pueden producirse en cualquier lugar y a cualquier hora. Son imprevisibles y en determinados casos, con el agravamiento de la dolencia, son incontrolables. La sensación en quien sufre una crisis es realmente de pánico, agobio, dificultad para respirar, una profunda opresión en el pecho, tensión desmedida, entre otros.
Hay personas que lloran intensamente, lo cual genera, aparte del síndrome, que ya bastante daño hace a sus “víctimas”, la depresión, que es otra dolencia, bastante peligrosa y que ha de ser tomada en serio, en el sentido de que merece atención y tratamiento adecuados.
Pero, dentro aquí de nuestro asunto, vamos a procurar identificar los síntomas, algunos ya los he citado aquí, e intentar encontrar las causas para que así llegue la tan soñada curación. Quien lo sufre sabe lo mal que se pasa. Y dentro de los síntomas referidos, vamos a desvendar dónde todo ello comienza y por qué el sistema de defensa del individuo reacciona de esa forma tan brusca y violenta.
Entonces, razona conmigo: Si la sensación es de opresión, agobio, miedo y realmente de pánico, entonces eso debe haber tenido un inicio lógico. Pues todas las “reacciones” de nuestro sistema nervioso se deben a trastornos ocurridos en la mente, que a su vez, surgen a causa de los pensamientos o ideas que la persona adopta.
Aquí en este caso es conductual.
Bueno, vayamos a la cosa, a la metafísica de la salud, para revelar lo que está por detrás. ¿De veras quieres saberlo? ¡Mira que te lo voy a decir! Es lo siguiente: Presión, opresión y estado nervioso incontrolable significan que tú, en algún momento de tu vida, has hecho eso exactamente contigo mismo.
Eso es así, amigo mío, todo en el cuerpo, a nivel de dolencias y desequilibrios, es mera reacción del organismo a determinados desequilibrios mentales y ¿quién causa esos desequilibrios? ¡La abuelita Mafalda no!
Eres tú. Que con lo que has elegido hacer en el pasado, en nombre de algún ideal chiflado, has reprimido alguna cosa ahí dentro, que de tanto ser reprimida te está haciendo perder el equilibrio emocional.
En resumen, es “ave encerrada”. Temperamento reprimido, prisión interior. Las personas crecen, dejan de ser lo que son y después cosechan ese montón de trastornos, entre ellos el síndrome del pánico, que yo podría traducir aquí como represión del alma.
Si no estás de acuerdo conmigo y padeces de eso, entonces contéstame:
¿Haces lo que te gusta?
¿Eres libre para ir y venir y expresar cómo te “sientes” en tus adentros?
¿Has dejado de hacer y de ser como un día fuiste porque te has convertido en padre (madre), marido (mujer), entre otros papeles?
¿Eres el mismo de cuando eras niño, en el sentido de naturalidad y esencia?
¿Qué es lo que has reprimido ahí dentro? ¿Qué es lo que retienes que de alguna forma, para tu caletre, no puede salir a la superficie porque si saliese, sería “feo” y pegaría mal?
Yo no sé de nada, sólo lanzo aquí a ver si te fijas. Esas fuerzas que reaccionan de esa forma horrible y que te hacen sufrir con ataques de ansiedad son las mismas que rechazaste por algún motivo, allá atrás. Si el cuerpo llega a reaccionar de esa forma tan violenta es porque tú, querido mío, has debido hacerte mucho daño. Si uno se reprime, empuja y ahoga algo en sí mismo que debería estar vivo y aflorado, ¿qué crees que puede pasar? De tanto oprimir ciertos aspectos de tu temperamento natural, ahora hay una reacción negativa por su parte.
¿Cuántas veces tu verdadera persona, esa que tanto niegas, ha querido salir fuera y ser quien es, tal como es, y natural como realmente es? Entonces tú, vestido en ese papel falso, en ese personaje ridículo con el fin de ser algo aplaudible para la sociedad, te has asfixiado emocionalmente. Ahora vives esa vida pesada y aburrida y además te manipulas porque no puedes ser como realmente querías ser.
Presta atención a ti mismo. Suelta esos fardos. Esas “obligaciones” mentales. Deja de hacerte reproches, de torturarte, de querer controlarte tanto. Date un tiempo para ser quien eres y hacer lo que te gusta, pues esa locura emocional está reflejando la tensión que provocas sobre ti mismo.
Amigo, ¡aquí la cosa se pone complicada! Tus fuerzas son como una bestia salvaje.
Prueba a sujetar a una bestia a la fuerza. Prueba a impedirle ser libre y observa lo que va a hacer contigo. Y lo que ocurre es que la mayoría, en lugar de encarar el miedo y enfrentar el problema de la auto-represión, se atiborra de medicamentos y se dopa, haciéndose adicto y dependiente. ¿Y la vida? Uy, sigue siendo una gran PORQUERÍA.
Porque no es posible vencer lo que no se encara. Mientras no hagas las paces con quien realmente eres, vas a sufrir. Lo siento mucho. Puedes ir al centro espírita a hacer limpieza, pero no lo resolverá. A la Iglesia, a descargarte y a una “limpieza góspel” que de nada servirá.
Porque tú te machacas a ti mismo. Si decides ser nuevamente aquella persona maravillosa, feliz y motivada que eras antes de entrar en una “locura mental”, ciertamente tu energía mejorará y todo eso se irá curando solo.
Quien se hace libre y feliz se da salud a todos los niveles. Oye el mensaje de tu alma que dice: ¡Yo quiero salir! Yo quiero ser libre y probar las cosas que me hacen bien. Tú puedes ser responsable con tus compromisos sin tener que ser loco. Sólo depende de tu madurez para saber ser y actuar según la ocasión y el momento.Mira, el Universo entero fluye en el bien y si tú estás con problemas es porque estás eligiendo vibrar en el mal. Y la elección es sólo tuya en cambiar o no. ¿Hacemos un trato? Promete a ti mismo que esta semana empezarás a rescatar aquellas viejas y buenas cosas que has abandonado y a revivirlas nuevamente, en fin, a ser quien tú eres de verdad.
Todo tu sufrimiento viene de la negación de tu verdad interior. Confía más en ti y permítete vivir, sin ataduras. Presta atención, aprende, ejecuta y después cuéntame.
Sé Feliz,
Vinícius Francis