¡Tener a alguien con quien poder hablar!
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 11/05/2014 10:27:57
por Paulo Salvio Antolini - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Cuán importante es tener a alguien con quien se pueda contar en las horas de mayores dificultades, sean cuales fueren éstas.
Algunas veces se encuentra a esa persona en el propio matrimonio, otras veces en amistades o incluso en personas con las cuales, aun sin mucha cercanía, se tiene una gran confianza, pues ellas corresponden a esa confianza, además de ser acogedoras.
Encontrar a ese alguien no es fácil, ni depende tan sólo de quien elige, sino también de esa correspondencia a la confianza que antes hemos mencionado. Las personas hablan abiertamente sobre sus problemas sin verificar dónde y a quién están hablando. Después empiezan a pasar cosas que aquel que ha hablado "descuidadamente" no logra comprender por qué suceden.
No todo se debe hablar con todos. Hay situaciones que son muy personales, íntimas, y que sólo han de compartirse con quien realmente sepa oír y de alguna forma ayudar. Aunque esa ayuda no sea más que escuchar.
Intensa angustia, fuerte opresión en el pecho e inmensas ganas de llorar. El pensamiento no fluye con facilidad. Quiere comprender lo que está pasando, pero no lo consigue. Piensa en círculo, no logra reflexionar sobre sus propios pensamientos y sentimientos. Empieza a actuar de modo desorientado, algunos actúan obstinada e inflexiblemente, pues tienen miedo de hacer "tonterías", y otros se vuelven "intratables".
Cuando alguien guarda sólo para sí mismo algo que le es importante, pues teme no ser comprendido o ser mal interpretado, o juzgado, empieza a sentir una opresión interior que literalmente le lleva a tener dificultades para moverse, aparte de otras consecuencias fisiológicas y emocionales.
En consultorio es muy común que las personas salgan extremadamente aliviadas sólo por haber podido hablar de cosas que tenían guardadas a "siete llaves". El hablar y ser oído, por sí sólo ya es terapéutico. Seguramente todos hemos tenido la experiencia de, al no poder soportar más determinada situación, buscar a alguien y "desahogar". A partir de ahí, se nos quita un gran fardo de los hombros.
El poder hablar de lo que incomoda tiene el efecto de también escuchar mientras se habla, o sea, al estar relatando y explicando algo, en ese exacto momento tenemos la comprensión real de lo que estamos diciendo. Es el momento en que se producen los "clics". Las ideas se cierran, se comprenden mejor. ¿Cuántas veces, al estar contando algo a alguien, no habréis dicho: "Caramba, ahora que hablo de esto, es cuando me estoy dando cuenta."?
Mantener un estado cerrado dentro de sí genera un agrandamiento constante del problema, pues las proporciones de los acontecimientos se van haciendo más voluminosas, perdiendo entonces su verdadera dimensión. Las situaciones se hacen grandes en demasía y cuando son reveladas alguien, inmediatamente se produce la sensación de alivio. Algunos dicen: "Ya no podía soportar el tener eso guardado".
Tras haber conseguido expresar sus temores, sus angustias, éstas se vuelven más llevaderas y la persona percibe que las situaciones o acontecimientos no eran tan graves como le parecían.
Muchos dependientes químicos recaen por no conseguir expresar a los que les rodean sus ansiedades, sus presiones internas y, entonces, no soportando ese estado, buscan la droga, que les llevará a la "descarga" emocional y física para volver a empezar.
Algunas personas, por no ser capaces de hablar de sus aflicciones, de sus problemas, van viéndolos crecer dentro de sí, de tal forma que ya no encuentran posibilidades de salida; actúan entonces a la desesperada, cometiendo crímenes y suicidándose.
En los días actuales poca atención se ha venido prestando a las relaciones. Cuando surge la necesidad de un "hombro amigo" es cuando las personas se deparan con que no han cultivado una amistad sólida, transparente, sin remilgos ni intereses, y lo que ven entonces es que están solos entre tanta gente. Dos preguntas para ti: ¿tienes a alguien con quien realmente puedas abrirte? Y las otras personas ¿pueden contar contigo si lo necesitasen?
