Terapia de la Risa
por Conceição Trucom em STUM WORLDAtualizado em 13/07/2006 14:26:19
Traducción de Teresa - [email protected]
En 2001 he creado el Proyecto “Quiero Vivir en un Planeta que Ríe”, que señalaba la Terapia de la Risa como la oportunidad de que diésemos “La gran carcajada para la vida”.
Por tanto, este texto forma parte de ese Proyecto que desea llevar la posibilidad de la práctica de la Terapia de la Risa a cada hogar brasileño.
El primer punto que se colocará aquí es que nuestras percepciones, sensaciones, sentimientos y pensamientos son materias-primas que determinarán la calidad de nuestras acciones.
O sea, nuestras actitudes son una mera cristalización de lo que percibimos, sentimos y pensamos. Por este orden.
Así, cuidar, en meditación o en estado de alerta, de todo lo que entra en nosotros, sean alimentos, percepciones, sentimientos y pensamientos, es hacer uso de una llave poderosa, el secreto de nuestro éxito.
Por tanto, cabe a todos nosotros ser el gran alquimista de nuestra vida y del planeta, pues, sirviéndonos de esta llave poderosa, podemos transformar lo denso en sutil, y así sublimar.
La Terapia de la Risa es una técnica terapéutica de sutilización, pues posibilita el rescate de nuestro optimismo, del buen astral, del buen humor, en fin, del estar a bien con la vida; un estado natural de nuestro niño interior, un ser absolutamente espontáneo y sutil. Así la Terapia de la Risa tiene como propósito esencial facilitar el Rescate del Alma, una parte absolutamente sutil de nuestro Ser. Una persona desanimada está sin ánima (Alma). Una persona malhumorada está densa y no identificada con su alma, con la levedad, con la inspiración.
Según Buda, la sonrisa comienza en el alma y el primer punto en que aquélla toma forma en el cuerpo físico son los ojos, reconocidamente las grandes ventanas del alma. De ese modo, el optimismo comienza en los ojos, pero cuando llega a ser percibido en ellos, todo el cuerpo físico ya está sintiendo su unidad con el alma. Ojos, cara y cuerpo comienzan a irradiar un brillo, una luz.
Pero el buen astral no es apenas un estado de alma, es también una oportunidad de percibir, sentir y pensar la vida tal como es. Como se presenta o magnetiza. Cada desafío pasa a ser percibido como una oportunidad para transformar, superar, crecer.
Esta es la gran alquimia de la vida: transformar desafíos en superación, sublimación.
Siempre me gusta sugerir a mis alumnos la creación de imágenes alegóricas, para usarlas como iconos en sus mentes creativas y así recurrir a estas imágenes cada vez que deseen rescatar sus almas, sus niños interiores, sus inspiraciones: transformaciones.
La imagen de una persona desanimada o malhumorada puede visualizarse como un hilo suelto y desencuadernado, o sea, con oportunidad mínima de hacer contacto o percibir sincronismos.
Ya la imagen de una persona en estado de risa es la de un gran cáliz (ver figura), brazos en alto, palmas de las manos en concha hacia arriba, recibiendo todo lo que es fluido del universo, siendo nuestro corazón el fondo de este gran Grial.
De este modo, la Terapia de la Risa es un trabajo que habla de los efectos terapéuticos y curativos de la risa y de cómo utilizarla de forma práctica en la vida diaria para que cada vez más podamos experimentar la sensación contagiante de bienestar que el positivismo y el buen astral nos aportan.
El poder de cura de la risa implica conquistar más confianza en uno mismo y mayor poder de comando de la propia vida.
Reír es la forma más sencilla que conozco para rescatar el ánimo, la energía personal, y de hacernos ver el lado positivo, muchas veces cómico, divertido, hilarante, patético, de todas las desavenencias que tenemos con nosotros mismos y con el mundo.
Sin embargo, hemos de permanecer en alerta para no transformar, o entender, la Terapia de la Risa como una panacea milagrosa, y sí afirmar que la risa y la carcajada constituyen un excelente regalo de la naturaleza, que con su práctica durante 5, 10, 30 minutos diarios, desencadena la producción de sustancias que tanto benefician la salud del cuerpo físico, así como el alma y el espíritu.
Desde el punto de vista psicológico, podemos decir con Gérard Jugnot que “la risa es como un limpia-parabrisas; nos permite rodar adelante, llegar a nuestro destino, aun con lluvia o temporal”. No hay nada mejor que una película o espectáculo humorístico, una sección de chistes y carcajadas para recobrar el aliento cuando la tristeza o el malhumor nos atacan.
No se trata de negar las heridas de la vida, sino de sobrevivir a ellas. Como ha declarado el Dr. Christian Tal Schaller, “la emoción es una energía que necesita manifestarse en lo físico a través de gritos, llantos, danzas, risas o… de una enfermedad”. La Terapia de la Risa sugiere optar por la risa antes que esperar por la enfermedad.
Aprendiendo a Reír
Aprender a reír significa también aprender a curarse de forma alegre y divertida, de todas las limitaciones: de la falta de confianza, de las inseguridades, de los miedos, de la ansiedad, del estrés, de la tristeza, de los estados depresivos y de la baja auto-estima.
Y sentirse cada vez más creativo, valioso y con fuerza interior, para crear en tu vida el “todo lo bueno”. Y encontrarse cada vez menos ansioso, confiando más en la fluidez de la vida, en la fuerza de su sembrar.
En el acto de reír se activan en nuestro cerebro la producción y liberación en la sangre de unas sustancias hormonales denominadas endorfinas, que tienen el poder de construir una sensación de bienestar, optimismo, alegría, euforia y felicidad.
Esta sensación nada más es que la droga natural de la felicidad, que está dentro de nosotros y que todos podemos movilizar para disfrutar del día y de la vida de forma positiva.
Las endorfinas pueden compararse a prismas, que nos hacer ver la vida con más transparencia, color, brillo y poder, transformando nuestras actitudes para con nosotros mismos, para con los demás y para con la vida.
Todo lo que de bueno sucede nos da alegría y todo lo que no está de acuerdo con nuestras expectativas nos causa tristeza e infelicidad. Pero en general, estamos tan poco preparados (realmente iludidos) para vivir la alegría y la felicidad, tan cerrados a las infinitas posibilidades de victoria que la vida nos ofrece; ponemos nuestras expectativas tan distantes de la realidad, que cuando viene la sensación de victoria, sentimos miedo y acaba durando poco.
En cambio, siempre dejamos bastante espacio a los pensamientos negativos, a la bioquímica de lo denso, del pesimismo. Incluso, cualquiera tiene el poder de robarnos energía y desequilibrarnos ¿no es cierto? Pero hay un adagio que afirma: ¡El Diablo no entra a donde no ha sido invitado! ¡Y la única persona que puede hacer esta invitación eres tú mismo!
Para y piensa: ¿cuánto cedemos de poder a los otros?
Conclusión: Decídete a asumir la responsabilidad por tus percepciones, sentimientos y pensamientos; por tu poder y alquimia de la felicidad y paz interiores.
Reír a carcajadas durante 5, 10 e incluso 30 minutos cada día, por la mañana, ante el espejo o de la mejor forma que encuentres.
O entonces, marca grupos de encuentro semanal con tus amigos, familiares, compañeros de trabajo, en fin… Empieza a comandar tu alquimia de sutilización y transformación.
A fin de cuentas, la propuesta es vivir en un Planeta que Ríe y, a partir de toda esta fuerza alquímica que todos habrían de producir, sublimar este planeta Tierra.