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Todo Camino para el cielo es el cielo

por Wilson Francisco em STUM WORLD
Atualizado em 20/12/2007 02:09:17


Traducción de Teresa - [email protected]

Hoy, empiezas conmigo una jornada. Vamos a conocer juntos el camino de las oportunidades. Oportunidad de vivir, aprender, amar y soñar.

¿Qué sabes tú de ese camino? ¿Has indagado ya, por casualidad, a esa vía que recorres, si ella es el rumbo acertado? Tú miras el tránsito, admiras los murales, te encantas con las criaturas que pasan apresuradas... Observas todo y a todos. O casi todo. ¿Sueles tú mirar por dónde andas, sientes que pisas el suelo sin entender exactamente por qué estás en esta Tierra?

Cuántas veces, has sentido gratitud por esa calle que abriga tus pasos, por las flores que la Naturaleza ha permitido existir en tu patio, en tu balcón. Juan de Matus, maestro de Carlos Castañeda, hace una observación interesante. Dice: indaga si tal camino posee un corazón, sin el cual toda caminada es estéril. Y puedes quedar patidifusa. ¿Cómo voy a conversar con un camino?

La tierra tiene alma. Ella se humedece para recibir en su seno las raíces de las plantas que habrán de transformarse en flores y dar frutos sazonados que alimentarán y deleitarán el paladar de las criaturas. La tierra tiene encantos, cuando te inclinas sobre ella y escuchas el sonido que proviene de sus entrañas, como diciendo que allá en lo infinito de su ser existe otro Universo de sonidos y canciones que acunan la memoria que tenemos de nuestros muertos queridos.

La tierra tiene sortilegios, amuletos que dan suerte. Una piedra, una ramita de un árbol cualquiera; una lágrima que se oculta entre las hojas verdes, como expresando la pesadumbre de un corazón que hizo su jornada triste sin afecto y sin poderla compartir; un pétalo dejado por una mujer enamorada que anduvo por allí en busca de decisiones para su corazón.
“Me quiere, no me quiere”, puede parecer un tanto infantil, un poco fuera de tiempo, pero qué dulzura, qué poesía en esta imagen de adolescente deshojando con delicadeza y cariño una linda flor, en busca de un camino, una señalización para ese sentimiento tan intenso que envuelve y domina el corazón.

En algunos lugares, donde la civilización incendia las almas, con la algarabía de las gentes, del comercio voraz, de la actividad insana sustentadora de proyectos y sueños, la jornada se hace bajo el Sol inclemente, porque las torres de los condominios, el asfalto y la rudeza de la lucha del día a día, no permiten que él se aproxime tan dócil para bañar el cuerpo de los hombres y mujeres. Pero es también un camino, donde puedes realizar tus encuentros.

Hay espíritu en el asfalto de la ciudad grande. Ten agudeza visual, despierta en ti la calma que te puede ensanchar la visibilidad, ensaya toques de gratitud, en el cartero que trae noticias y posibilidades; en el conductor del autobús que lleva tu alma hacia nuevos sueños; en el crío que vuelve retozante de la escuela, animado por el deseo de aprender a leer y a escribir. Y por paradójico que sea, hay pájaros y encantos, en ese universo de piedra, que abriga tu cuerpo y alma.

Bendice a cada uno que pasa, en tu camino, realizando en la práctica la enseñanza de los Terapeutas de Alejandría: “Bendecir al otro es decirle una buena palabra. Es privilegiar y cuidar aquello que, en él, no es enfermo.”

Por tanto, en la jornada, encántate con las personas, observa sus vestimentas, los colores que sus almas buscan; percibe la forma en que cada uno se mueve, cómo las criaturas viajan por el universo de sus querencias. Detente un instante, saluda a alguien, inventa un tema, sólo para poder decirle algo, siguiendo tu intuición.

No, no repitas los caminos que tus padres y los antiguos han dejado. Les han servido a ellos, les han dado glorias o lágrimas. Ve en busca de tu rumbo propio, encuentra también tu destino y transforma tu futuro, con actitudes nuevas y encantadoras. Haz que las personas sientan deseos de estar contigo, para rescatar la flama y los deseos de vivir. Permite que, incluso en la ciudad, y afrontando las luchas por la supervivencia, pueda tu universo mantener una estancia plena de encantos, donde los pájaros vengan a posarse y a hacer sus nidos.

Albert Einstein filosofaba, diciendo que “el ser humano vivencia sus pensamientos y sentimientos como si estuviese separado del resto del Universo. Es una ilusión. Y esa ilusión es una prisión que nos restringe. Nuestra tarea es librarnos de esa prisión, ensanchando nuestro círculo de compasión para abarcar todos los seres y toda la naturaleza.”

Que sepas esto, tú eres un ser que abarca, allá donde estés. Cada actitud tuya interactúa con el Universo, desde los minerales hasta los ángeles y en cada reino puedes recoger instrumentos para realizar una vida encantadora. Y esa interacción no se da tan sólo por el propósito de auxiliar, de dar algo a alguien, que camina a tu lado.

En la Polinesia, hay un respeto supremo en relación a las piedras. Y ninguna es tocada sin reverencia, ni retirada de su lugar sin permiso. Ellas, las piedras, están en la tierra, completando la geometría sagrada.

Haz tu propio camino, tú no estás en la Tierra para iluminar a las personas. Tú puedes, sí, iluminar caminos, indicar direcciones. Créelo, solamente podemos facilitar al otro el crecimiento que ya hemos logrado en nosotros mismos; sólo podemos conducirlo hasta el punto a que hemos llegado nosotros. No es posible iluminar para el otro una parte que, en nosotros, es oscuridad.

Catalina de Sena dice que “el viaje es el destino. Cuando la vida se convierte en búsqueda, las viejas distinciones entre victoria y derrota, fracaso y éxito desaparecen. Todo camino para el cielo es cielo. La jornada es siempre mejor que la meta.” En el camino es donde aprendes, te encantas y te ennobleces. El camino se vuelve todavía mejor cuando te dispones a sentir el aroma de las flores y a observar la belleza de los ríos.

Y ahora, tras leer este artículo, pronuncia con reverencia y amor la Oración de la Madre Tierra:

Madre Nuestra que estás en el Cielo, en la Tierra y en todas partes.
Bendita sea tu belleza y tu abundancia.
Trae a nuestros corazones la llave que abre el Portal del Amor.
Que cada uno de nosotros pueda respetar los caminos de todos los seres.
Y la acción del perdón forme parte de nuestra existencia.
Que podamos acoger en nuestra mesa, a aquellos que quieren compartir con nosotros el alimento sagrado.
Madre Nuestra que estás en el Cielo, en la Tierra y en todas partes.
Que el propósito mayor guíe nuestros pasos,
Y que el latido de nuestros corazones pueda unirse al toque del corazón de la Tierra y así podamos pulsar en un solo ritmo.
Que las estrellas nos guíen en las noches oscuras y que el sol brille intensamente en nuestros cuerpos.
(Jaguar Dorado)


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wilson
Wilson Francisco é Terapeuta Holístico, escritor e médium espírita. Desenvolve o Projeto Mutação, um processo em que faz a leitura da alma da criatura e investigação do seu Universo, para facilitar projetos, sonhos e decisões, descobrindo bloqueios, deformidades e medos que são reprogramados energeticamente. Participe do Projeto Mutação confira seus artigos anteriores
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