Traición conyugal y sus consecuencias
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 14/06/2018 10:00:52
Autora Hee Jin Myung
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Traducción de Teresa
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Todo problema sentimental es un problema espiritual.
¿Por qué una persona traiciona a su cónyuge?
Generalmente el hombre traiciona para reafirmarse (para dárselas de machote) o bien por estar insatisfecho sexualmente; y la mujer traiciona por creer que ha encontrado "el amor de su vida" o por venganza.
Es preciso entender que amor y pasión son cosas diferentes. Como ananás y martillo.
La pasión es una ilusión instilada en la mente por espíritus obsesores con la finalidad de destruir la vida de la persona. Los obsesores transmiten pensamientos e imágenes falsas repetitivas en la mente de la persona hasta que ella cree haber hallado un gran "amor". La pasión se acaba cuando la consciencia de la persona despierta. Un iluminado jamás se apasiona por alguien.
"Amar no es gustar, amar no es un sentimiento. Amar es una decisión de suplir todas las necesidades del otro sin esperar nada a cambio".
(Myles Munroe).
Las personas traicionan a sus cónyuges porque no saben que el matrimonio es un contrato "espiritual" para toda la vida. Quien rompe un contrato tiene que pagar una multa, pero las consecuencias de romper el sagrado lazo del matrimonio pueden ser funestas.
Los espíritus de cónyuges traicionados pueden convertirse en obsesores de la persona vida tras vida hasta retornar como marido, hijo, madre o padre para la justa reconciliación.
¿Qué es lo que esos obsesores pueden causar en la vida de la persona?
- Enfermedad física o mental;
- Infelicidad en el amor;
- Separación;
- Suicidio;
- Dependencia química;
- Agresión, traición o asesinato cometido por el actual compañero (los obsesores pueden servirse de la mente de las personas para hacer eso).
María, de 48 años, acudió a mí porque padecía depresión, ansiedad, insomnio, alcoholismo y oía voces acusadoras.
Su primer marido, con el cual había tenido tres hijos, vivía acusándola de traición y había intentado estrangularla tres veces.
Su segundo marido bebía mucho y discutía por celos infundados.
Su hijo mayor, Juan, le reprochaba el haber abandonado a los hijos por el segundo marido. Juan tenía una relación de amor y odio con la madre, era drogadicto y ya había intentado suicidarse.
En la primera vivencia, María era una joven muy guapa que fue obligada a casarse con un hombre viejo y rico (el primer marido de esta vida). María se sentía muy carente pues su marido no le daba atención. Entonces se enamoró del dueño del mercado que frecuentaba. Un día fue pillada en flagrante y murió apedreada en plaza pública.
En la segunda vivencia, María era una joven enamoradiza que se casó con un rico hacendado (su segundo marido en esta vida). A su marido le gustaban las fiestas y vivía cortejando a otras mujeres. María entonces decidió pagarle con la misma moneda y se envolvió con uno de los empleados de la hacienda. El marido lo descubrió todo y mató a ambos.
En la tercera vivencia, María era una muchacha casada con un pobre campesino (su hijo Juan de esta vida) y tenía dos hijos pequeños. Un día un rico señor feudal se enamoró de ella y le pidió matrimonio.
María abandonó a la familia para casarse con el señor feudal. Pero ella era demasiado fogosa, empezó a tener un lío con uno de los guardias del castillo hasta que su suegra lo descubrió todo y lo contó al marido; éste mató a los amantes.
Es evidente que María tenía una debilidad por el sexo opuesto y un comportamiento repetitivo de traicionar a sus maridos vida tras vida (probablemente en otras muchas vidas).
Sus obsesores eran los amantes que murieron por culpa suya y los muchos maridos que ella traicionó en vidas pasadas. Ellos le estaban causando la depresión, el insomnio, el alcoholismo, sirviéndose de su compañero para acusarla y agredirla.
¿Cuál sería la solución para el sufrimiento de ella?
- Un profundo arrepentimiento por sus errores;
- Reforma interior (aprender a ser fiel)
- Rescatar el pasado (hacer el bien para anular el mal).
