Tu enojo no cambia la realidad
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 21/11/2016 08:22:51
Autor Nelson Theston
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Traducción de Teresa
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¿Te has dado cuenta de que cuando nos enojamos no cambiamos, necesariamente, la realidad? Quien se muestra indignado, o enfadado, o incluso fastidiado con algo, no cambia la realidad sólo por tener ese sentimiento.
Aprendemos, a menudo de forma cultural, que es muy importante reaccionar, no aceptar determinada situación. Así, en ese contexto, empleamos el mecanismo del enojo. Ese mecanismo, esa sensación de indignación, es una sensación de desahogo que acaba por aliviarnos y nos da la impresión de que, a algún nivel y de alguna forma, hemos resuelto el asunto. Es la misma dinámica de cuando nos desahogamos con alguien.
No obstante, piensa conmigo, ¿hicimos, efectivamente, algo para resolver esa "pelea"? ¿Marcamos la diferencia para nuestra vida o para la vida del otro? Bien, no estoy diciendo que haya que apelar a la violencia para resolver, ya que, a fin de cuentas, si procedemos con violencia, estaremos siendo iguales o peores que aquellos que estamos "combatiendo", y después de esa indignación, viene la venganza. Y entonces, como vengadores, estaremos siendo peores, también, que la persona de la cual queremos vengarnos por lo que ha sucedido en relación a nosotros. Y, otra vez, nada resolvemos.
Entonces, cuando aparezca el enojo, observa sólo si hay el pensamiento "yo hice algo" y ya está. Percibe si, para resolver algo importante, necesitas de una acción, aparte del enojo.
A continuación, es preciso tener, además del enfado, una acción equilibrada y adecuada para que esto genere un efecto que contemple y contente, sin pérdidas, a las partes involucradas.
En las Constelaciones Familiares observamos claramente que es necesario aprender a lidiar con la jerarquía. Por ejemplo, tenemos a los mayores, que preceden a los más jóvenes, o en una empresa, donde deberemos saber cual es nuestro lugar.
Lo que quiero decir es que, cuando nos enojamos, tendremos que partir para una acción que ayude al todo, es decir, desde nuestro lugar, desde nuestra función, actuar de modo a contentar, a equilibrar el todo donde estamos insertos.
Entonces, reflexiona si sólo te estás mostrando indignado, teniendo la sensación de que has hecho algo, cuando absolutamente nada se ha resuelto.
Sigue feliz.
