Tú eres el jarro divino
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 18/08/2008 13:10:44
por Wilson Francisco - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Yo no tengo el remedio para tus miedos, tus dolores. Ofrezco, eso sí, recursos, informaciones y herramientas que pueden darte seguridad, opciones y convicciones para que decidas tomar nuevos rumbos y elegir caminos más seguros para tu existencia.
La crisis, puedes estar seguro, es el movimiento de la crisálida que está transformándose en mariposa.
Todo ese esfuerzo que ella lleva a cabo para salir del capullo, hasta el punto de casi lastimar su cuerpo, es lo que va a limpiar su cuerpo y por consiguiente permitir que sus alas estén listas para sus vuelos como mariposa.
Tú recibes informaciones y las archivas en tu cerebro.
Tú recibes cariño y lo guardas en tu corazón.
Tú recibes toques y los instalas en tus huesos, nervios, miembros y órganos.
Has de ser selectivo. Ten en tu agenda caminos, decisiones y proyectos. Conquista y encanta.
Tú puedes amar al pecador, pero no es preciso que ames su pecado.
Tú debes amar a tus padres, pero no estás obligado a amar sus actitudes y enseñanzas.
Hay algo que hemos de comprender con exactitud en nuestra vida. Tu padre y tu madre son personas especiales, elegidas por Dios y por ti para materializar tu intención de vivir en un cuerpo y habitar la Tierra, para nuevas e importantes tareas de desarrollo espiritual.
No obstante, tus padres son personas corrientes, sujetas a fallos, y sólo podrán transmitirte aquello que han aprendido; serán capaces de transferir amor a tu vida, siempre que hayan recibido y aprendido a amar; podrán convertirse en referencia importante en tu existencia, si han logrado solucionar sus graves y profundos conflictos personales. Recuerda, tus padres, como seres humanos, son comunes, falibles, por lo tanto tú puedes y debes objetarles cuando sea oportuno.
Haz tu historia, realiza tu propio camino. Si la experiencia vivida por uno o los dos o por ambos fuese útil y necesaria, no tengas empacho en seguirlos, pero con la misma intensidad ten el valor de dejar los equipajes que no vayan a tener la mínima utilidad para tu vida, aunque hayan pertenecido a uno de ellos. Tu compromiso en esta existencia es contigo y con Dios. No pertenecemos a nuestros padres, hemos venido a través de ellos, no de ellos. Somos criaturas divinas, creadas por Dios.
Tengamos plena conciencia de que estamos en la Tierra con sagradas misiones, una de ellas y principal, hacer la felicidad nuestra. Y has de saber que cada paso victorioso que des; cada sonrisa que brille en tu rostro, en tu vida; cada triunfo en el amor que ejecute tu corazón, quedará eternamente grabado en las estrellas, sirviendo de rumbo a otras tantas criaturas que hacen la misma jornada, como tú.
Y en la relación con Dios, observa estas palabras de aquel gran pensador, Rabrindranath Tagore:
“Continuamente vacías ese jarro
para en seguida colmarlo con el agua de tu amor.
Llevas por valles y montañas, esa flautita de bambú
Y en ella soplas tus melodías inmortales.”
Observa qué interesante. Dios es el gran realizador de nuestra vida. Somos el jarro, donde Él deposita la simiente divina, con el tiempo vamos desarrollando y haciendo crecer esa planta, que en el futuro da hojas para proteger, flores para perfumar y frutos para saciar el hambre y encantar el paladar.
Y Dios va más allá, Él puede hacer de nosotros un instrumento musical, a través del cual entona la música divina, alentando con las melodías de la inmortalidad a los corazones que sufren y de cuando en cuando sopla fuerte a través de nuestra voz, anunciando nuevas y mejores etapas en la vida de la humanidad. Podemos ser los mensajeros de Dios, cuando manifestamos Su voluntad. Y ¿cómo es eso? – dirá alguien. Bueno, Dios te quiere feliz, haz eso por ti y con ello serás siempre un anunciador de la Buena Nueva, contemplando a las criaturas que están a tu lado con el mensaje de la sonrisa, de la paz y de la salud.