¿Tú te saboteas?
por Silvia Malamud em STUM WORLDAtualizado em 22/01/2015 10:07:28
Traducción de Teresa - [email protected]
Es sabido que muchos de nosotros, por más que anhelemos cambiar de vida para situaciones mejores, acabamos por sabotearnos.
Si tú eres de los que cuando están a punto de alcanzar sus objetivos son invadidos por pensamientos de fracaso, puedes estar seguro de que hay alguien ahí dentro que no quiere verte bien, o que teme que triunfes… Pero ¿quién podría ser y por qué? Qué tipo de enemigo podemos tener dentro de nosotros mismos que justo en el momento en que todo puede salir bien, parece actuar en sentido opuesto, o sea, en la derrota.
Aunque sea de modo inconsciente, nuestro cerebro reconoce que en un cambio de vida todo nuestro sistema de funcionamiento tendría que remodelarse en algo totalmente nuevo para nosotros mismos. Sería algo así como si repentinamente te tocase la lotería y pasases de una situación de miseria a la extrema riqueza. Es probable que desde fuera pueda parecer sencillo un cambio a mejor, pero lo cierto es que lo que ocurre, por muy satisfactorio que pueda ser, a veces no es tan fácil ni tan sencillo de asimilar. Imagina que hay personas que pasan años y años dentro de una cárcel y que en el momento en que obtienen la tan anhelada libertad, echan de menos el ambiente conocido de cuando estaban presas, y no pocas veces llegan a cometer delitos, de modo consciente o inconsciente, con el objetivo de volver al lugar donde se encontraban y donde experimentaron el sentimiento de pertenencia.
En la vida fuera de las rejas también hay otros muchos tipos de “rejas” en las cuales nos hemos acostumbrado a vivir y cuando tenemos la ocasión de liberarnos hacia una historia mejor, nuestros sistemas de sobrevivencia pueden temer, considerando que no van a ser capaces de reprogramarse, incluso aunque la situación sea muy deseada. Historias así no faltan.
Nuestros sistemas nos sujetan, desde la más tierna edad, con los más diversos mecanismos, para que seamos capaces de dar cuenta de todo lo que de algún modo nos aflige.
Con el tiempo, tras algunos aprendizajes, a la primera señal de peligro instantáneamente nuestra máquina cerebral escanea y elige en sus archivos los actos que entiende más adecuados, en favor de nuestra seguridad personal, y literalmente se acomoda y se envicia en los mismos patrones de respuesta. Lo nuevo generalmente asusta, da trabajo al sistema para readecuarse.
Ocurre que la vida en sí trae otras innumerables informaciones y posibilidades existenciales que acaban viéndose afectadas en calidad debido a que ese sistema funciona en una especie de piloto automático.
Además de todo, se sabe que un hábito de funcionamiento aprendido genera una serie de recompensas que sugieren sobrevivencia, aunque sean rencas, caóticas o ultrapasadas.
Si eres de los que están atrapados en este ciclo vicioso de auto-sabotaje, sin lograr nunca salir de la misma cota, ten en cuenta estas preciosas claves como cimientos para tu desarrollo, tanto personal como en todas las áreas de tu vida. Empieza por entrenar tu cerebro, desde las pequeñas cosas, a ser diferente de lo habitual. Aprende a aceptar cambios de esquema por simples que puedan parecer. Son informaciones de nuevas posibilidades para que los circuitos de tu cerebro puedan ir modificando gradualmente los vicios de funcionamiento. Desoxídate, abriendo espacio a lo nuevo. Para ello, aquí van sugerencias con algunos ejercicios iniciales, que después ampliarás, creando tú mismo los tuyos:
1 – Si recorres siempre la misma ruta para ir a determinados lugares, cambia de caminos.
2 – Prueba comidas nuevas que jamás probarías antes y ábrete a sentir nuevos sabores con el corazón abierto.
3 – Vigila los pensamientos derrotistas y, si por acaso se te presentan, haz algo inmediatamente que te dé placer o piensa en algo bueno.
4 – Actúa y haz cosas que hace tiempo vienes postergando, exígete a ti mismo, aunque no sea más que ordenar un cajón que hace tiempo lo necesita.
5 – Oblígate a hacer cosas diferentes de lo acostumbrado. Puede ser todo, desde vestidos, aficiones, etc. La regla, sin embargo, es hacer lo que te da placer.
La hora es ahora. Atrévete y conquista.
