UMBRAL - Parte 2
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 08/10/2011 09:44:12
por Maísa Intelisano - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
En el Umbral, todo lo que está fuera de nosotros es consecuencia de lo que está dentro. Todo lo que existe en nuestro mundo personal y nos sucede es reflejo de lo que traemos en la conciencia. Así, el Umbral no es más que una franja de frecuencia vibratoria a que se ligan los Espíritus desequilibrados, cuyos intereses, deseos, pensamientos y sentimientos son afines. Es una región energética donde los afines se encuentran y viven, donde pueden dar rienda suelta a sus instintos, donde conviven con lo que les es característico, para que un día, cansados de tanto insistir contra el flujo de amor y luz del universo, se entreguen a los Espíritus en misión de rescate, que están siempre por allí en trabajos de asistencia.
Algunos autores describen el Umbral como una secuencia de anillos que envuelven y penetran el planeta Tierra, y van desde su núcleo de magma hasta varias franjas hacia fuera de sus límites físicos.
Lo que ocurre es que los Espíritus se reúnen obedeciendo, única y exclusivamente, a la sintonía entre ellos y acaban formando anillos energéticos en torno al planeta, o mejor, en torno a la humanidad terrena, pues ésta forma parte de la humanidad espiritual que lo habita y es asimismo el foco de atención de todos los encarnados ligados a él.
Las franjas descritas en algunos libros son un recurso didáctico más, al objeto de facilitar la comprensión y el estudio del mundo espiritual, ya que no hay límites precisos entre ellas, al igual que no hay líneas divisorias exactas entre un barrio y otro de una misma ciudad, aunque sean de clases sociales muy diferentes.
Es exactamente lo que nos dice Lancellin, en su libro "Iniciación - Viaje Astral", por psicografía de João Nunes Maia: "Las personas, al igual que los Espíritus desencarnados, se reúnen por simpatía, por atracción de aquello que piensan y sienten, pues son felices al estar con sus iguales, tanto en la Tierra como en el mundo espiritual."
Ese mismo mecanismo de sintonía es lo que crea regiones "especializadas" en el Umbral, como el Valle de los Suicidas, descrito por Camilo Castelo Branco, por psicografía de Yvonne A. Pereira, en su libro "Memorias de un Suicida". Espíritus con experiencias de suicidio, viviendo los mismos dramas, sufrimientos, dificultades, se agrupan por pura afinidad y forman regiones vibratorias específicas. Lo mismo sucede con franjas energéticas ligadas a las drogas, al aborto, a los trastornos psíquicos, a las guerras, a los desequilibrios sexuales, etc.
En su libro "Driblando el Dolor", por psicografía de Irene Pacheco Machado, el Espíritu Luiz Sergio, joven desencarnado en accidente de automóvil en la década de los 70, cuenta el trabajo de su equipo junto a grupos de drogadictos y traficantes. En otro de sus libros, "Déjame Vivir", por psicografía de la misma médium, se refiere más específicamente a la situación de los Espíritus abortados y los practicantes de abortos, viviendo lado a lado en la franja vibratoria de sus actos.
En el libro "El Abismo", de R.A. Ranieri, orientado por André Luiz, vamos a encontrar una descripción dramática de los Espíritus que viven ligados al subsuelo del planeta, en condiciones terribles de degradación moral y periespiritual.
El Prof. Wagner Borges, investigador de la proyección astral y fundador del IPPB - Instituto de Pesquisas Proyecciológicas y Bioenergéticas, también nos trae diversos relatos y psicografías importantes sobre ese asunto. En su libro "Viaje Espiritual", en dos mensajes orientados por el Espíritu Rama, describe imágenes del Umbral vistas por los ojos de un sacerdote desencarnado dedicado a ayudar y a rescatar Espíritus que viven allí.
En el libro "El Cielo y el Infierno", de Allan Kardec, encontramos también diversos relatos de espíritus desencarnados que se presentan por psicofonía y describen las condiciones en que se encuentran en el mundo espiritual. Allí, aparte del relato de varios Espíritus perturbados, también vamos a encontrar relatos de Espíritus relativamente felices, algunos solamente unas horas después de su desencarnación, demostrando que cielo e infierno son condiciones espirituales íntimas, alcanzadas por el merecimiento, que acompañan al Espíritu donde quiera que esté y se mantienen e intensifican por la sintonía con otros Espíritus en las mismas condiciones.
A pesar de toda la perturbación y el desequilibrio de los Espíritus que viven en el Umbral, no debemos llamarnos a engaño. Hay mucha disciplina, organización y jerarquía en los ambientes umbralinos. Es lo que nos muestra, por ejemplo, el Espíritu Ángelo Ignacio, por psicografía de Robson Pinheiro, en su libro "Tambores de Angola", y el Espíritu Nora, por psicografía de Emanuel Cristiano, en su libro "Sucedió en la Casa Espírita". Vemos allí cuán inteligentes, organizados, determinados y disciplinados pueden ser aquellos Espíritus en sus prácticas negativas, creando instituciones, métodos, ejércitos e incluso ciudades enteras para servir a sus propósitos.
Es preciso que comprendamos que todos nosotros ya estamos viviendo en una de esas "franjas" de Umbral que envuelven la Tierra y que todos nosotros creamos nuestro propio Umbral particular siempre que contrariamos las leyes divinas universales, que pueden resumirse en una única expresión: amor incondicional.
En su segundo libro, "Los Mensajeros", André Luiz cuenta la historia de varios habitantes de "Nuestro Hogar" que pasaron por las "zonas inferiores". Todos ellos salieron de la colonia llenos de esperanzas, de amigos, de auxilio y orientación. Eran, por lo tanto, Espíritus relativamente esclarecidos, amparados, iluminados. Muchos de ellos pasaron años en la colonia estudiando antes de reencarnarse con misiones definidas en la mediumnidad. Con todo, aun así, varios entre ellos se dejaron llevar por su lado todavía imperfecto y fallaron nuevamente. Todos volvieron a "Nuestro Hogar" después de desencarnados, pero no sin antes pasar por el Umbral, para drenar energías negativas acumuladas en una encarnación de descaso e irresponsabilidad para con su propia conciencia y la de otros.
Esto es necesario para el bien del propio Espíritu, a fin de que pueda librarse de energías espirituales altamente tóxicas que desequilibran y bloquean su mente para energías más sutiles y saludables, y además porque en ese estado perturbarían los ambientes más equilibrados, como el de colonias como "Nuestro Hogar", en caso de que fuesen conducidos allí en ese estado.
Es importante notar que no se trata de punición o destierro, sino de tratamiento justo, necesario y amoroso. Sí, el Umbral es creación de amor y justicia divinos, donde Espíritus desviados y profundamente desequilibrados encuentran un medio en el cual logran vivir y, al mismo tiempo, aprender, mientras se recuperan.Muchos preguntan si no será peor que el Espíritu permanezca tanto tiempo en convivencia con tantas energías negativas semejantes a las suyas, agravando e intensificando su propio desequilibrio. Con todo, no podemos olvidar que a menudo los Espíritus desencarnan en tal estado de enajenación y perturbación, que no resta otro recurso más que dejar que la naturaleza siga su curso y haga el necesario trabajo de depuración, situándolos entre sus semejantes a fin de que, juntos, filtren, unos a otros, las energías que los envenenan, y para que, observando las actitudes unos de otros, puedan comprender dónde se han equivocado y deseen retomar el proceso de mejoramiento interior.