Una Misión de Vida
por Jaime Benedetti em STUM WORLDAtualizado em 09/06/2008 12:44:13
Traducción de Teresa - [email protected]
Hace algunos años fui a visitar al tío Tito, pues se encontraba enfermo, y estar con él era algo sensacional; pasábamos horas platicando, “filosofando”, contando casos y más casos. Era (y todavía es) una persona tremendamente agradable para estar con él. De repente él dejó de hablar, me midió de pies a cabeza y “soltó”:
Bicho, ¿por qué no compras una Iglesia?
- ¿Cómo? ¿Comprar una Iglesia?
¡Sí! ¿Por qué no compras una y empiezas a predicar?
- ¿Estás de broma? Yo comprar una Iglesia... ¿y hacer qué con ella?
Voy a decirte una cosa y quiero que pongas mucha atención – me dijo con firmeza:
Con tu carisma, con el rollo que tienes, con las historias que cuentas, con tu inteligencia y con esa pinta que tienes, chaval, tú puedes arreglarle la vida a cualquiera. ¡Las personas llegan con angustia, con varios problemas y salen completamente aliviadas tras hablar contigo! ¿Pero no te das cuenta de que esa sería una estupenda opción para tu vida?
Y aún te digo más; ¡sé de quien quiere traspasar una Iglesia! Es todavía muy pequeña, no tiene nombre sonado, no es conocida, ¡pero en tus manos, bicho, tengo la más completa seguridad de que dentro de algunos años serán más de 100 mil los adeptos que estarán escuchando tus consejos y frecuentando tu Iglesia!
- Tío Tito, perdóname ¡pero no logro siguiera imaginarlo! ¡Sería imposible!
Pero no comprendes, bicho, replicó él, que lo único que se necesita es hablar a la gente de cosas buenas, contarles que la vida es bella, que los problemas tienen solución, que pueden y deben ser felices, que pueden conquistar todo en la vida, que pueden tener dinero, salud, amor, prosperidad, ¡que basta pedirle a la Vida porque ella ciertamente les dará!
¡Fíjate, qué sencillo es eso para ti! Las personas andan perdidas, sin rumbo, sin salida, desesperadas, sin saber en qué apoyarse, se creen víctimas de macumbas y envidias, se sienten desgraciadas, pobres y no tienen conciencia de su propia capacidad de auto-transformarse, ¡pues creen que han sido destinadas a la infelicidad y al dolor!
Observa que las personas viven en un mundo de lamentaciones, protestan constantemente contra su propia situación, echan pestes en todas partes por su infelicidad, están siempre a mal con la vida, no tienen fe en sí mismas, ¡no creen ya en nada ni en nadie! Echan la culpa al karma... al destino... a la vida... a la familia... al gobierno... al trabajo... al sol... a la lluvia... ¡a todo!
Bicho, mira que esas situaciones humanas son la materia prima básica, ¡son los insumos inagotables para tu trabajo! Construirás una “fábrica”, donde la materia prima es de balde y como se encuentra en todos los lugares, no será necesario siquiera un camión para transportarla... ¡No hay más que abrir las puertas!
Fijé mis ojos en el querido Tito y emocionado comenté: Tienes toda la razón, siento en mi corazón que mi destino, mi misión en esta vida es exactamente la de inspirar a las personas, transmitiendo mis experiencias y mis aprendizajes, intercambiar con ellas, aprender con ellas, vivenciar situaciones en conjunto, pero también siento que el escenario no es una Iglesia, pues en su sentido lato ella está dentro de nosotros, sino que el camino es la utilización de todas las formas de expresión, bien en la palabra escrita o hablada, a través de conferencias, artículos, talleres, libros... no importa la cantidad de personas, pues si consiguiese tocar un solo corazón ¡ya habría logrado mi objetivo de vida!
Mientras nos pongamos a protestar por la vida, lamentándonos, quejándonos, mientras permanezcamos impasibles ante nuestros “problemas”, imitando a los avestruces con la cabeza hundida en la tierra, seremos infelices y pobres ¡pero pobres de espíritu!
Es llegada la hora de que interioricemos y de reflexionar sobre cómo estamos conduciendo nuestras vidas, cómo estamos relacionándonos con las personas en torno a nosotros, con nuestros hijos, con nuestros padres, con nuestros amigos, con los demás. Qué postura estamos adoptando frente a nuestros problemas, cómo estamos interactuando con la naturaleza, con los animales, con nuestro País ¡con nuestro maravilloso Planeta Tierra!
¡Basta! Esa es la palabra que debemos utilizar ahora en nuestras vidas y empezar desde ahora mismo a reformular nuestra manera de vivir, de pensar, de proceder, de existir, pues si continuamos tal como estamos viviendo, si mantenemos una postura mezquina y arrogante, ¡estaremos sentenciados al fracaso y a la infelicidad!
¡Basta! Hay que dejar de protestar por la vida y por todo; debemos cambiar nuestra postura y enfrentar los problemas cara a cara, con valor, con lucidez, no más barrerlos para debajo de la alfombra; debemos desarrollar un Ánimo Fuerte frente a los obstáculos ¡pues tan sólo nosotros mismos podremos superarlos!
¡Agradezco la oportunidad que la Vida me ofrece de poder intercambiar con todos vosotros! ¡Gracias!
El Tío Tito ya no se encuentra físicamente entre nosotros, pero tengo la seguridad de que hoy él está ayudándome a escribir este texto ¡y creo que ya ha cambiado también de idea en querer que yo comprase una Iglesia!
No me la ofrezcan, pues no pretendo ni voy a comprar ninguna Iglesia, pero continuaré escribiendo, inspirando, enseñando, persistiendo, insistiendo, hablando, predicando, incesantemente que:
¡El Ser Humano puede ser Feliz!
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