Vamos a la lucha sin herir a nadie
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 07/03/2014 10:45:10
por Bernardino Nilton Nascimento - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Nuestra cultura exalta la ambición y la lucha, el espíritu de competición está presente por todas partes en el planeta y en todos los seres humanos. Cada uno mantiene plena actividad en sus realizaciones, y ofrece un tipo de sentimiento de éxito del deber cumplido.
No obstante, no podemos enaltecernos de esas luchas que la vida nos impone, si se combinan con el fracaso y derrota de otro cuando en ello hemos tomado parte. Esa cultura de competiciones puede ser considerada fuerte, pero sin el sentido moral de una victoria, cuando los fracasos de algunos fueron el trampolín para el triunfo de otros.
No quiero denigrar ningún tipo de competiciones, considero que existen para estimularnos a todos, para buscar fuerzas que están escondidas dentro de cada uno de nosotros. Pero esa fuerza tiene que venir con el sabor de las victorias, sin mirar las derrotas de otros como si los fracasados fuesen nuestros oponentes; en una disputa todos son victoriosos en aprender y perfeccionarse. El llamado fracaso de hoy puede y debe convertirse en la victoria de mañana. Corresponde a los que se sienten derrotados estimular su fuerza interior, analizar los errores, y seguir adelante, puesto que su victoria ciertamente habrá de llegar.
Pero como la filosofía de la vida está enraizada en la inseguridad y el temor al fracaso, esto implica que las otras personas son enemigos potenciales, y glorifica la autoafirmación truculenta, la “dureza”, en vez de la capacidad de colaborar para el bien común en todas las clases sociales, religiosas y políticas. Se olvida la diferencia entre el fluir espontáneo de buenos pensamientos y buenas energías, y una mente ansiosa y peligrosa, saludable sólo en apariencia.
Venciendo el miedo a las derrotas y dominando tu ansiedad te conviertes en una persona equilibrada; ciertamente serás admirado, y eso ya basta para que uno se sienta victorioso.
No esperes a la avanzada edad para averiguar lo que necesitas perfeccionar y aprender; cuando llegues a ese punto sólo te restará tener mayor convicción sobre lo que has de creer y demostrar. ¿Qué tal no esperar a que los años obliguen? Todos hemos de estar de acuerdo universalmente en la importancia de desear la felicidad del prójimo para la sostenibilidad de la vida en el planeta.
Hacer un planeta sostenible es tener la creencia de que podemos ser sostenibles los unos con los otros, luchar por la vida sin dañar al prójimo.
Por muy valiosas y útiles que puedan ser la percepción y la comprensión, éstas deben estar presentes en todas las edades; no retrases el darte cuenta de que somos crueles en determinados momentos, no esperes a que los recuerdos fustiguen la conciencia con la película de las actitudes y maldades con que hayas dañado a alguien. Basándome en las observaciones de mi yo interior, considero que estamos algo alejados de la buena calidad de vida que buscamos como media. Comprendo los motivos y propósitos de una competición, no con el objetivo de ver a alguien derrotado, sino de ayudar al mayor número de personas posible a sentir el sabor de la victoria.
Muchos no saben nada respecto de la naturaleza humana, aunque el más sencillo de los seres es capaz de tener la comprensión de lo que realmente vale la pena vivir. Luchar por nuestra sobrevivencia con dignidad o disponerse a una batalla por el poder, en la cual se daña la propia alma.
Considero que cada uno debería celebrar su nacimiento cuando realmente se conociese mejor, y ya no desease hacer daño a nadie, cualesquiera que fuesen los motivos. En este día es cuando realmente empezamos a nacer para la vida, para Dios.
Después de entablar una batalla interna será cuando expulsemos los malos pensamientos; y seguidamente empezaremos a vislumbrar la verdadera victoria, reconociendo que podemos luchar por una vida mejor sin dañar al prójimo.
Está en la base lógica del alma que el amor todo lo supera, todas las batallas sangrientas, todas las injusticias, todas las crueldades, todas las desigualdades sociales; el amor sobrepasa la comprensión humana, y es la única esperanza de un mundo mejor para todos.
Siempre vivimos grandes descubrimientos, los cuales acarrean tremendas transformaciones en nuestra vida material. Sin embargo, nadie, por mucho que haya estudiado, ha logrado acercarse siquiera a lo que es el amor en su plenitud. Un sentimiento mucho más allá de nuestro tiempo, mucho más allá de nuestras vidas.
Podemos, de algún modo, ser aquello que será percibido por la otra persona, esto depende de cómo deseamos ser vistos. Pero no podemos olvidar que todos los recuerdos son nuestro propio retrato. Entonces lo que podemos crear para facilitar el desarrollo del prójimo, no será una lucha ni un sacrificio, sino un conjunto de buenas actitudes, de buenas acciones y de iluminadas energías.
¡Es el retrato que vamos a llevar más allá de la vida!
BNN