¿Viajarías sin conocer el destino de tu viaje?
por Graziella Marraccini em STUM WORLDAtualizado em 17/02/2011 16:44:32
Traducción de Teresa - [email protected]
Viajar sin rumbo y sin destino es cosa de andarines. Pese a que incluso se pueda considerar interesante ir andando por la vida ‘sin destino’, al final eso sería bastante arriesgado ¿no es cierto? O sea, ¡eso sería cosa de ‘Loco’! El arcano nº 0 del Tarot, que inicia la andadura del hombre en su encarnación, significa que el ser humano, al emprender su viaje, necesitará conocer el derrotero; caso contrario, andará por la vida como alguien perdido, sin rumbo y sin destino. No obstante, el Loco posee un derrotero en sus manos y podrá elegir hacer uso de él, o no, para alcanzar su destino.
Así, al tomar conciencia de su derrotero, él se convertirá en un ‘Mago’, (Arcano nº 1 del Tarot), y continuará entonces su caminar con todas las herramientas en la mano. ¡De hecho, al adquirir el conocimiento necesario para elegir y ejercer su libre albedrío, se convertirá en artífice de su propio destino, co-autor juntamente con Dios! Haciendo uso del conocimiento astrológico y cabalístico, podemos comprender cuál será la mejor forma de utilizar nuestras herramientas para poder seguir el rumbo acertado. Podemos conocer la ruta elegida de antemano por nuestro átomo divino, ese que los ocultistas denominan ‘Átomo Nous’, que reside en el ventrículo izquierdo de nuestro corazón. Es como un pasajero que al tomar un coche – un taxi, por ejemplo – indica al conductor no solo el destino, sino el camino que quiere recorrer. Si dejamos que el conductor nos lleve hasta el destino indicado sin señalarle el recorrido, éste podría perderse o incluso ‘enrollarnos’ ¿no es cierto?
En astrología cabalística consideramos que el Átomo Divino – nuestro Sol – sirve para unir los cuatro mundos divinos de manifestación. Esa manifestación entrevera los cuatro niveles diferentes: divino, espiritual, psicológico y físico. El físico está representado por nuestro signo Ascendente, con el cual nos manifestamos en el mundo material; el psicológico está representado por el signo lunar, con que manifestamos emociones, sentimientos y también condicionamiento psíquico; el espiritual va a depender de nuestro grado de concienciación ética y moral – conseguido a lo largo de las varias encarnaciones – y puede representarse por los planetas Júpiter y Saturno, principalmente. Y lo Divino… ¡ah, este es solo para pocos iniciados y tiene enorme analogía con el planeta Neptuno! Léase más sobre este planeta en mi Web personal.
Entonces, el cuerpo físico es una máquina Elemental que funciona por la relación entre sólidos, líquidos, gases y calor, o sea, por la manifestación de los elementos Tierra, Agua, Aire y Fuego. Siendo el mecanismo orgánico en su origen, no puede funcionar sin estas interacciones elementales que hacen funcionar todas las válvulas, bombas, conductos, etc. de nuestro mecanismo biológico. Solo la perfecta integración e interacción de estas partes propicia el funcionamiento armonioso y saludable de nuestro cuerpo. Con todo, esta integración también depende de otros muchos factores. A un segundo nivel, nuestro cuerpo necesita de un buen funcionamiento químico, que opera a través de los órganos como riñones, hígado, corazón, etc. De este funcionamiento químico depende nuestra inclinación física en calidad pasiva o activa, por ejemplo. A un tercer nivel, nuestro cuerpo funciona de manera electromagnética (impulsos energéticos) para regular el nivel químico/molecular de las hormonas y de las enzimas, por ejemplo. En este caso, para manifestarse, el fenómeno de la vida va a necesitar mucho más que un campo de fuerzas actuando entre puntos de acción, flujos y reflujos, etc.
¡El fenómeno de la vida es algo que necesita de una fuerza electromagnética para existir, o sea, de un campo de energía que proviene del cerebro, de donde parten todas las órdenes para que nuestro cuerpo funcione! Pero el cerebro, éste, ¿de quién recibe las órdenes?
A mi modo de ver, recibe órdenes del pasajero – SOL –, que conoce el destino y que conoce el derrotero. Solo si estos dos elementos – corazón y mente – interactúan de forma armoniosa e integrada, podremos dar órdenes al conductor del vehículo – Luna – para que éste domine y dirija nuestros instintos – Mercurio, Venus, Marte – y nos lleve, íntegros y felices, a nuestro destino final.
A medida que mejoramos nuestro auto-conocimiento, podemos superar el umbral que separa el Destino Inconsciente (lunar) del Destino Consciente (solar) y, entonces, podremos escuchar a nuestro verdadero Yo Interior y nos sentiremos en perfecta armonía con él, promoviendo nuestras libres elecciones. Caso contrario, el Ego Social – Luna – condicionado por el ambiente del nacimiento, nos guiará por la vida sin rumbo y sin destino, de modo similar al Loco del Tarot.
Sin embargo, apreciados lectores, podemos entrar en contacto con nuestro Yo Interior donde reside el Átomo Nous. Él es nuestro Centro, el Centro de nuestro Árbol de la Vida, y tiene analogía con nuestro corazón. Pese a que los científicos consideran al corazón simplemente una ‘bomba’, es mucho más que eso. Él, que representa nuestro Sol, conoce el derrotero y el destino que debemos alcanzar. ¡Entonces, escuchemos lo que nos dice, no con los oídos físicos, ni siquiera con nuestro intelecto condicionado por el Ego, sino con nuestra intuición! Esa Voz Interior puede oírse cuando nuestra mente se calma, o sea, mediante la técnica de la meditación. ¡Pocos minutos diarios de meditación pueden hacer milagros!
Ya hice varias reflexiones sobre esos asuntos – fuerza de la mente, necesitad del auto-conocimiento, Yo Interior, Ego, etc. – en otros artículos ya publicados en el STUM y en mi Web personal, en las secciones de astrología, cábala y también en la sección que enseña la Técnica de Liberación Emocional *EFT. ¡Leed y reflexionad, conoced más!
Entonces ¿qué tal empezar a tomar las riendas de nuestro destino? ¿Qué tal conocer el derrotero que tendremos que seguir? La astrología en sus varias modalidades puede ofrecer ese derrotero, puesto que es la disciplina que lee e interpreta el designio que Dios ha reservado para nosotros.
¿A dónde nos lleva este razonamiento? A deducir que todos tenemos un Sol que nos representa, y que éste está adormecido o despierto. ¡Él debe ser el verdadero conductor de nuestro coche! ¿Te has preguntado ya cómo es tu Sol? ¿Te has preguntado si es él quien indica la ruta al conductor o bien está ‘dormido en el asiento trasero’ de tu coche? ¿Conoces tu periplo de vida? ¿Y tu destino, verdadero propósito de esta encarnación tuya? La respuesta puede estar en una simple lectura de tu mapa astral, él es la clave de tu encarnación. Con el conocimiento, rectificar el rumbo puede ser muy sencillo: aún te da tiempo de volver a recorrer el camino original. Tu vida será más armoniosa, equilibrada y feliz.Aguardo vuestras reflexiones, observaciones, comentarios. Escribid al e-mail que a continuación se indica, ¡será para mí un placer contestar y orientaros! ¡Deseo a todos una semana iluminada!
São Paulo, 11 de febrero de 2011
