¿Vives de apariencias?
por Elisabeth Cavalcante em STUM WORLDAtualizado em 26/08/2017 10:31:31
Traducción de Teresa
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Hoy, desgraciadamente, vivimos más en la era del aparentar que del ser. Muchos todavía sienten la necesidad de exhibir una imagen al mundo que no se corresponde con su yo real.
Esto sucede porque el ego tiene horror a manifestar cualquier tipo de debilidad, ya que el éxito y el reconocimiento son tenidos como trofeos a que únicamente los fuertes e infalibles tienen derecho.
Por tanto, admitir cualquier debilidad es considerarse un fracaso. Pero, contrariamente a lo que imaginamos, ser capaz de superar una supuesta derrota constituye una gran virtud.
Digo supuesta, porque la realidad de la vida es que no siempre nuestros anhelos serán satisfechos. A veces, lo que rotulamos como fracaso no es más que un acontecimiento cuya probabilidad de éxito todavía no estaba plenamente madura.
Si tenemos en cuenta las enseñanzas contenidas en el I Ching, el libro de las mutaciones, aprenderemos que todo en la naturaleza tiene su tiempo adecuado para florecer.
Y mientras las condiciones ideales para que esto ocurra no estén reunidas, nada se materializará. Lo cual, las más de las veces, no está en nuestra mano determinar.
Entonces, es importante analizar con exención cada circunstancia de la vida, para evitar que, experimentando el sentimiento de inferioridad, para compensarlo nos convirtamos en un personaje.
Demostrar la verdad de quienes somos, sin la preocupación de negar nuestras fases menos gloriosas, es señal de una vida donde la sabiduría y la madurez empiezan a predominar.
Cuanto más auténticos podamos ser, mayores serán las probabilidades de que el reconocimiento de nuestras virtudes y habilidades se verifique. No obstante, antes de que éste nos sea concedido por el mundo, es esencial que exista primeramente dentro de nosotros.