En 1929, uno de los discípulos de Freud, Otto Hank, dio inicio al estudio de la Psicología Transpersonal. Se alejó del padre del psicoanálisis por la no aceptación de sus ideas, que simplemente aceptan todas las bases psicoanalíticas y psicológicas, pero van más allá, aumentando el campo de estudio a la supraconsciencia.
Tenemos un campo energético llamado psicosoma. Cuando tenemos pensamientos, ya sean negativos o positivos, éstos se ven reflejados en el campo psicosomático, o cuerpo emocional, que hace de nexo de conexión entre el cuerpo y el espíritu. El psicosoma lleva en sí todas nuestras memorias de vidas pasadas, pues permanece presente cuando el cuerpo muere.
Cuando uno muere, el psicosoma continúa existiendo y es allí donde están grabadas nuestras experiencias, vividas en el cuerpo físico. Siendo así, sólo podemos aprender y perfeccionarnos a través de la vivencia en el cuerpo físico, por eso reencarnamos.
Durante la experiencia de regresión el paciente entra en contacto con estas imágenes grabadas en el psicosoma, y podemos así tener acceso a los núcleos traumáticos que están inconscientes. En muchos casos, dependiendo de la dificultad para entrar en contacto con estas situaciones, el paciente se sirve de mecanismos defensivos como el adormecimiento durante la terapia, o la fuga de pensamiento hacia otros focos, como sonidos externos, momento presente, otros recuerdos, principalmente de problemas cotidianos del momento presente.
El trabajo terapéutico busca, a través de la regresión, trabajar estos núcleos traumáticos, liberando así la energía bloqueada, que se manifiesta a través de sentimientos y sensaciones emotivas en el cliente.
Las vivencias surgen de forma fragmentada, y el terapeuta debe tener conocimientos profundos sobre mecanismos de defensa y pensamiento clínico para captarlos durante la vivencia, dirigiendo al paciente con comandos que puedan encaminar a la complementación del contenido vivenciado.
Es preciso traer a lo consciente los contenidos que se encuentran inconscientes, para que el terapeuta entonces pueda ayudar al paciente en la nueva elaboración de dichos contenidos. Algunas veces se produce una descarga emocional y corporal, como sudores, contracciones, dolores, entre otros síntomas. Éstos son descargas energéticas que revelan los bloqueos inconscientes y que auxilian en el resultado del proceso. Estos reflejos y descargas somáticas deben ser bien manejados por el terapeuta, pues si no fuese así, podrían acarrear mayores problemas al paciente.
Roberto Dantas es terapeuta y psicoanalista clínico. Atiende en su consultorio, próximo al metro V. Mariana -S.Paulo. Tel: 11-2619.1089 [email protected]
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